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¿Qué había en Córdoba antes de la Conquista española?: 12 mil años de historia

Los antropólogos de la UNC y científicos del CONICET, Mirta Bonnin y Andrés Laguens, hablaron con Cadena 3 sobre el pasado más lejano de la provincia. Revelaron detalles de la vida de los pueblos originarios.

19/11/2025 | 20:58Redacción Cadena 3

Perspectiva Nacional

Los antropólogos Mirta Bonnin y Andrés Laguens, en la entrevista con Sergio Suppo.

FOTO: Los antropólogos Mirta Bonnin y Andrés Laguens, en la entrevista con Sergio Suppo.

  1. Audio. ¿Qué había en Córdoba antes de la Conquista española?: 12 mil años de historia

    La Argentina Hoy

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Me llamó la atención que ustedes contaran sobre "Córdoba antes de Córdoba". ¿Qué había en Córdoba antes de la llegada de Jerónimo Luis de Cabrera y la Conquista española?

Mirta Bonnin: Muchas gracias por la invitación. Hay una historia muy larga de ocupación de este territorio, donde vivieron sociedades a lo largo de 12.000 años antes de la llegada de Jerónimo Luis de Cabrera. Durante esos 12.000 años, se promovieron y sufrieron distintos procesos sociales, políticos, territoriales, así como diferentes formas de vida y tecnologías. La unidad de análisis en arqueología es la región de las Sierras Centrales, que incluye el sistema serrano de Córdoba y San Luis, ya que en el pasado remoto no existía la división política de provincias posteriores.

Andrés Laguens: Es importante reforzar que estos 12.000 años de existencia de estas sociedades no deben pensarse como algo parejo u homogéneo. En arqueología, notamos una sucesión de cambios, desde pequeñas comunidades que fueron los primeros habitantes del territorio hasta sociedades mucho más grandes, con mayor variedad, distintas relaciones, y diferentes grupos étnicos y sociales. Esto representa un largo proceso de desarrollo y una gran riqueza cultural del pasado de Córdoba.

Los 400 años de historia posterior a la Conquista son un período relativamente corto comparado con los 12.000 años previos. La idea de que encontraron comechingones y sanavirones es apenas el último detalle antes de la conquista española. ¿Cómo podríamos sintetizar la evolución de estos 12.000 años?

Andrés Laguens: Incluso al hablar de comechingones y sanavirones, estamos sintetizando una gran variación. Existían muchísimos más pueblos con otras denominaciones, y los pueblos originarios actuales, herederos de los comechingones, marcan denominaciones específicas (por ejemplo, comechingones de la toma) debido a esta riqueza de variaciones. Para sintetizar esos 12.000 años, es clave entender que Córdoba no estuvo aislada, sino que siguió los mismos procesos de desarrollo y cambio que otras regiones de América, vinculándose con la Patagonia y el Litoral. Estos procesos incluyen la transición del modo de vida cazador recolector (grupos pequeños que cazan animales) a sociedades más complejas. Estas sociedades complejas ya vivían en aldeas y tenían formas de poder político más elaboradas, las cuales encontraron los españoles y de alguna forma rompieron. Hubo un largo proceso de diversificación y complejización, es decir, mayor variedad y formas de vida más ricas.

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Antes de la Conquista española, ¿los pueblos originarios de Córdoba sufrieron conquistas por parte de otros pueblos originarios?

Mirta Bonnin: No. Existe una concepción extendida, pero no avalada por estudios científicos, de que hubo un recambio poblacional en algún momento. Por ejemplo, en los años 40 del siglo pasado, se decía que los sanavirones habían venido desde Santiago del Estero o el norte de Córdoba y ocupado los espacios serranos. Sin embargo, los trabajos arqueológicos y los de antropología biológica (como estudios de ADN antiguo o morfométricos de restos humanos) demuestran que no hubo un recambio poblacional. Tampoco ha sido demostrado ni hay registro de que los incas hayan conquistado este territorio.

¿La población en Córdoba se concentró genéricamente siempre en la serranía de Córdoba, que incluye también la serranía de San Luis y el norte cordobés?

Andrés Laguens: Sí, pero también habitaban las llanuras que rodean este sistema de sierras. Lo que hoy conocemos como la llanura o la pampa gringa, cerca de Villa María, Río Segundo o Mar Chiquita, fue también poblado. Estos fueron ejes muy importantes, no solo para el tránsito sino también para el asentamiento. En zonas como Río Segundo, la cantidad de yacimientos arqueológicos es increíble y muy grande, con mucha población, al igual que en la zona de Mar Chiquita. Aunque la gente que vivía en Punilla quizás no era exactamente la misma que la que vivía en Villa María o Mar Chiquita, todos compartían una forma de ver el mundo y una forma de habitar muy similar. Además, convivimos con pueblos originarios más australes que llegaron a Córdoba, como los araucanos o mapuches que venían del sur y de lo que hoy es Chile.

Mirta Bonnin: Sí, por ejemplo, los ranqueles. Hoy se reconocen como grupo étnico en el presente en todo el sur de Córdoba y San Luis. Quedan registros en el terreno, como las rastrilladas, que son los lugares por donde transitaban, en tiempos ya históricos, con sus caballos. La zona sur de Córdoba y San Luis está muy asociada a la Conquista del Desierto y la creación de fortines, lo que implica una historia diferente a la historia colonial, más propia del norte de Córdoba.

Dado que Río Segundo es una gran zona arqueológica, ¿cómo es el trabajo de campo de un arqueólogo? ¿Cómo se planifica la búsqueda del lugar y qué se puede esperar encontrar allí?

Mirta Bonnin: El trabajo de excavación se realiza luego de diseñar un cuadriculado del terreno. No se excava de cualquier forma o en cualquier lado, sino que se cuadricula, se ubica el norte y se establecen puntos para referir las distintas medidas, tanto horizontales como verticales, que se registran en planillas. El registro minucioso es muy importante, incluyendo no solo libretas de campo y registro manual, sino también equipamiento sofisticado como la estación total y la fotografía.

Andrés Laguens: Primero, se plantea un problema, por ejemplo, conocer las formas de vida de los pueblos originarios de Río Segundo. Luego, se diseña un proyecto de investigación que incluye una etapa de prospección. La prospección busca indicios que suelen provenir de la gente de la zona o de aficionados que encuentran fragmentos. Por ejemplo, en el Lago San Roque (que está sobre un gran pueblo indígena), el oleaje expulsa materiales a las costas. A partir de esta información, se buscan los sitios arqueológicos o yacimientos. Luego de ubicar los sitios, se decide excavar alguno basándose en las preguntas de la investigación. La excavación implica un trabajo de campamento, a veces en carpa, trabajando de ocho a diez horas en el terreno. Escarbamos el yacimiento muy lentamente, sin usar picos ni palas, sino herramientas como cucharas pequeñas de albañil o cepillos. Esto es crucial para no romper los objetos y preservar la asociación, es decir, si las cosas están juntas o separadas, lo cual es muy informativo. No es lo mismo encontrar una punta de flecha suelta que encontrarla clavada en un cráneo.

Una vez que encuentran un objeto, ¿su conocimiento les permite identificar con rapidez de qué se trata y a qué época pertenece, o deben someterlo a estudios posteriores?

Andrés Laguens: Tenemos una aproximación inicial gracias al conocimiento previo y a lo que se está buscando, pero luego es necesario analizar los materiales en laboratorios de arqueología. Allí estudiamos las técnicas de manufactura y cómo se hacían las cosas. Por ejemplo, se puede determinar que la materia prima, como la arcilla para hacer una vasija, era traída de 50 km de distancia. Esto nos informa sobre la movilidad, el intercambio, si era una zona compartida, o si había una "comunidad de práctica" donde la fuente de arcilla era comunitaria o propia de una sociedad. Para determinar el tiempo con precisión, se usan métodos físico-químicos que se realizan en un laboratorio, como el famoso Carbono 14, que determina cuántos años hace que murió un organismo vivo, ya sea una planta, un animal o una persona.

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¿Cuándo comenzaron nuestros pueblos originarios a utilizar elementos de metal y cómo descubrieron que servían para forjar armas u otros objetos?

Mirta Bonnin: Respecto al uso de metales, "La Relación Anónima", el primer documento emitido cuando llega Jerónimo Luis de Cabrera, relata que los pueblos usaban muchos adornos, sobre todo en sus cabezas, y que algunos eran de metal. Antonio Serrano, un arqueólogo de mediados del siglo pasado, postuló que esos materiales metálicos provenían de La Rioja, debido a la proximidad y a que había un cierto intercambio.

Andrés Laguens: En Sudamérica, los metales principales (cobre, bronce, oro y plata) provienen de la zona andina. Para herramientas, el principal fue el bronce. Si bien el bronce tiene antigüedad en Perú, en Argentina se usó principalmente en el Noroeste, en Catamarca. En Córdoba, sí se usaban metales, pero por intercambio, ya que no había producción local. Los documentos de los primeros españoles relatan que intercambiaban objetos de metal, lana, cueros o alimentos con gente del Noroeste.

¿Estos pueblos llegaron a practicar la agricultura? Y, en cuanto a su dieta, sabiendo que no había vacunos ni caballos, ¿qué animales silvestres comían?

Mirta Bonnin: Sí, sí practicaron la agricultura. Se calcula que hace unos 2.000 años comenzaron las primeras experimentaciones, principalmente con maíz, zapallo y poroto; el cultivo de papa no está tan claro. Posteriormente, se expandió, y sí tenían chacras y sistemas de almacenamiento de granos. En cuanto a la fauna, el guanaco fue el animal más importante y abundante en toda la sierra de Córdoba. Hoy están arrinconados en un sector de las Salinas.

Andrés Laguens: El guanaco fue el animal más importante. La llama es un pariente del guanaco y es el camélido domesticado de Sudamérica, usado como transporte, para comer y para obtener lana. Sin embargo, no está claro si los grupos locales tenían llamas, ya que biológicamente es muy difícil distinguir un hueso de llama de uno de guanaco. Los guanacos de acá eran distintos a los de la Patagonia, sobre todo en tamaño. En las pinturas rupestres del Cerro Colorado hay representaciones de personas llevando llamas, pero no se puede determinar si es algo de su vida cotidiana o algo que vieron en otro lugar. Arqueológicamente no encontramos corrales, y los españoles describían genéricamente a estos animales como "ovejas de la tierra", refiriéndose tanto al guanaco como a la llama.

Las imágenes de Cerro Colorado son las representaciones más difundidas de nuestros pueblos originarios. ¿Son las pinturas rupestres más antiguas registradas en Córdoba?

Andrés Laguens: Dudo que sean las más antiguas, ya que también hay pinturas rupestres en zonas muy importantes como Charquinas, San Carlos Minas (en el noroeste de Córdoba), y en la zona de Río Cuarto, que también son muy ricas y variadas. Es muy difícil para nosotros datarlas y saber con precisión la antigüedad que tienen. La datación por Carbono 14 es absoluta, pero cuando no existe material orgánico, se utiliza la datación relativa. En el Cerro Colorado, existe superposición de pinturas —es decir, pintaron unas sobre otras en distintos momentos— lo que ofrece una cierta historia de cómo se reprodujeron.

En Cerro Colorado, hay escenas de la llegada y la invasión española, con individuos a caballo y grupos indígenas observando. Por el estilo de representación, sabemos que estas son más recientes. En cambio, hay otros motivos, figuras o dibujos en colores rojo y negro que no están bien definidos y se calcula que son mucho más antiguos. Aunque estas pinturas podrían tener varios miles de años, es difícil saberlo con precisión, ya que la adaptación es muy costosa.

¿Cuál es la pieza más antigua hecha por el hombre que podemos reconocer que se hizo en Córdoba?

Mirta Bonnin: Hay conjuntos de materiales antiguos, por ejemplo, los de Ongamira o los del sitio La Suiza en San Luis, que deben tener unos 11.000 años. Son restos líticos o de material de piedra. Lo interesante es que esta tecnología, o por lo menos el grupo que la usaba, llegó a coexistir con la fauna extinguida, como los gliptodontes. Estos animales se extinguieron hace unos 10.000 años, al finalizar la época fría. En el Valle de Ongamira, se encontró una paleolama, una versión extinta y mucho más grande de la llama/guanaco, en un contexto arqueológico.

Andrés Laguens: El modo de vida mayoritario alrededor de esa fecha, incluso hasta el inicio de la era cristiana, era el de cazadores recolectores. Para cazar animales como el guanaco, el ciervo y otras especies de fauna muy diversa, confeccionaban armas de piedra, a veces de rocas locales y otras veces traídas de lugares lejanos. El material lítico es una de las fuentes más importantes para ese largo periodo. Lo más antiguo que tenemos son puntas de proyectil (no flechas) llamadas puntas "cola de pescado", por la forma de la base. Estas puntas aparecen en toda Sudamérica y están relacionadas con el primer poblamiento humano del continente. Este proceso de poblamiento de Córdoba no vino por la parte andina, sino por las tierras bajas, por la zona del Paraná. Se postula que hace 12.000 años, el Amazonas era transitable porque estaban las últimas glaciaciones y hacía frío. En Argentina, habrían entrado por el Río Paraná y se distribuyeron, por ejemplo, a Córdoba por el Río Carcarañá (la continuidad del Río Tercero), donde se han encontrado muchas de estas puntas cola de pescado.

Me gustaría saber más sobre la comunidad que existía en el Lago San Roque.

Mirta Bonnin: Había una gran aldea prehispánica allí. Cuando se creó el lago, este cubrió los restos, y, desde entonces, el oleaje expulsa materiales hacia las costas. En el Museo de Antropología conservamos una gran colección Schaefer, adquirida por la universidad en los años 40 a un señor particular que hizo trabajo arqueológico. Lamentablemente, la otra gran colección de la zona, la del doctor Magín, se dispersó y está en manos privadas.

Para cerrar, les pido que me recomienden un libro para nuestros oyentes, que puede ser de cualquier tema.

Mirta Bonnin: Yo voy a recomendar un libro que estoy leyendo de un antropólogo cordobés, José María Bompadre, titulado "[Des]Memorias de la Docta. Procesos contemporáneos de la emergencia étnica en Córdoba". Es interesante, porque lo publica una editorial indígena, la Editorial Hen. Sirve para dar cuenta de procesos actuales y para pensar la cuestión de las emergencias identitarias étnicas en la Córdoba del presente, relacionadas con el reconocimiento de identidades que a veces están perdidas u ocultas.

Andrés Laguens: Yo recomendaré "La Caverna", de José Saramago. Aunque sólo leí una parte, tiene mucho que ver con estos temas. Me refiero a la parte que aborda la idea de la construcción del ser humano con los objetos y las cosas. A veces, pensamos en los humanos como ajenos a los objetos, pero, en realidad, no somos pura biología, sino que también somos cultura y cultura material.

Entrevista de Sergio Suppo.

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