Huawei: la puja por supremacía tecnológica tras la detención

En marzo, la Organización Internacional de Propiedad Intelectual (Wipo, en inglés) dio finalmente los números que Occidente tanto temía: en 2017, por primera vez, las mayores generadoras de patentes científicas y tecnológicas fueron chinas. No una empresa, sino dos: Huawei y ZTE.

Casualmente (o no tanto) son las dos empresas que Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda han excluido como proveedoras de tecnología de comunicación 5G en sus respectivos mercados, mientras Japón, Corea del Sur, Alemania, Francia, Reino Unido y otros países evalúan qué hacer.

Esto sucedió en las últimas semanas, en un proceso que muchos asocian a la detención, el martes, en Canadá, de la hija del dueño de Huawei, Meng Wanzhou. En este caso, la denuncia ante la Justicia de Canadá había sido promovida hace tiempo por el gobierno de Estados Unidos, que acusa a Huawei de haber violado las prohibiciones de comerciar con Irán, al vender a ese país productos desarrollados o fabricados en sedes de Huawei en Estados Unidos.

La detención ha tenido un enorme impacto. Incluso derivó en caídas de los mercados mundiales, porque se teme que la detención derive en un conflicto diplomático entre China y Estados Unidos que tire por la borda la tregua en la guerra comercial entre ambos países que pactaron la semana pasada en Buenos Aires sus dos presidentes: Xi Jinping y Donald Trump.

Huawei y ZTE están bajo la mira de los países capitalistas porque ambas tienen firmados acuerdos con el gobierno chino por el cual aceptan someterse a necesidades del Estado chino que no están precisadas. En Occidente temen, por ejemplo, que la enorme inserción global de estas firmas en las tecnologías de comunicación se usen para tareas de espionaje y vigilancia.

Huawei acaba de desplazar a Apple como fabricante mundial de celulares inteligentes y ahora sólo es superada por la coreana Samsung.

El protagonismo chino en el desarrollo tecnológico parece no tener techo. No sólo por su potencia inversora en el rubro. El director de Wipo, Francis Gurry, indicó que detrás del ascenso chino está también el hecho de que muchos innovadores occidentales están más dispuestos que antes a vender sus desarrollos en una economía potente como la china. Si se considera a Japón y a otras naciones, la mitad de las patentes del mundo se están originando en el este asiático.

En cantidad total de pedidos de patentes sigue estando Estados Unidos, con 56.634 en 2017, contra China, que lo sigue muy de cerca 48.882. Justo detrás, por apenas unos cientos de diferencia, están Japón y Alemania.

El tema Qualcomm

Pero si se mide por empresas, Occidente se queda atrás. Detrás de Huawei y ZTE están Intel (de capitales globales aunque basada en Estados Unidos), la originalmente japonesa Mitsubishi y la también basada en Estados Unidos Qualcomm.

Precisamente, Qualcomm fue parte clave de las conversaciones en Buenos Aires entre Trump y Xi. La firma había avanzado en la compra de la holandesa NXP Semiconductors, que fabrica chips para automóviles. Para eso había obtenido los permisos de una gran cantidad de países dado que la absorción la podía poner en situación de dominio abusivo del mercado.

Pero China no dio luz verde a la operación, que se terminó cayendo. En Buenos Aires, como parte de la tregua, Xi acordó que se revisaría el veto a la compra. Pero días después Qualcomm emitió un comunicado en el que decía que ya había desistido, e incluso pagado una multa de dos mil millones de dólares a NTP por el retiro de la oferta.

En Argentina no hay nada decidido

En tanto, en Argentina no hay nada decidido sobre qué actitud podría tomar el gobierno en relación a Huawei y el desarrollo futuro de la tecnología 5G. ¿Seguirá a Estados Unidos o a China?

La autoridad de aplicación es el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom). Su director, Agustín Garzón, explicó a Cadena3 que el organismo está al tanto de lo que sucede a nivel global en estos días, pero que el tema no ha llegado al organismo. No hay ninguna demanda administrativa presentada por nadie ni, que se sepa, hasta ahora, algún reclamo de orden judicial.

En el organismo considera que, llegado el caso, no serán sólo decisiones de Enacom las que estarán en juego sino también de la Justicia.