Un parásito de hace 480 millones de años sigue infectando ostras hoy
Investigadores hallaron evidencia fósil de que los gusanos espiónidos, parásitos de ostras modernas, ya infectaban bivalvos hace 480 millones de años. Su comportamiento parasitario se ha mantenido inalterado durante casi medio milenio.
05/11/2025 | 15:32Redacción Cadena 3
Un estudio reciente reveló que un parásito que aún afecta a las ostras modernas comenzó a infectar a criaturas marinas hace cientos de millones de años, mucho antes de la extinción de los dinosaurios. Investigadores de la Universidad de California - Riverside utilizaron imágenes 3D de alta resolución para examinar fósiles de conchas de 480 millones de años de antigüedad, provenientes de Marruecos, un sitio conocido por su excepcional conservación de vida marina. Los escaneos descubrieron un patrón de marcas inusuales grabadas tanto en la superficie de las conchas como en su interior.
"Las marcas no eran rasguños aleatorios", explicó Karma Nanglu, paleobiólogo y autor principal del estudio. "Observamos siete u ocho de estas perfectas formas de signo de interrogación en cada fósil de concha. Eso es un patrón".
Javier Ortega-Hernández, biólogo evolutivo de Harvard y coautor, recordó la confusión inicial del equipo. "Nos llevó un tiempo resolver el misterio detrás de estas extrañas trazas. Era como si nos estuvieran desafiando con su forma de signo de interrogación", comentó. "Pero, como suele suceder, encontramos la respuesta mientras revisábamos literatura oscura antes de nuestro momento de eureka".
Worms antiguos detrás de las marcas misteriosas
Después de comparar las marcas con ejemplos modernos, los científicos concluyeron que fueron creadas por un gusano marino de cuerpo blando perteneciente a un grupo conocido como espiónidos. Estos gusanos, que todavía son comunes hoy en día, perforan las conchas de mejillones y ostras, pero generalmente no matan a sus huéspedes directamente.
"Parasitizan las conchas de bivalvos como las ostras, no la carne de los animales mismos", dijo Nanglu. "Pero dañar sus conchas puede aumentar las tasas de mortalidad de las ostras".
Los fósiles estudiados pertenecieron a parientes tempranos de las almejas modernas que vivieron durante el Período Ordovícico, una época de rápida expansión ecológica cuando la vida marina se volvió cada vez más móvil, depredadora y parasitaria. "Este es un momento en que los ecosistemas oceánicos se intensificaron", señaló Nanglu. "Se observa el aumento de la movilidad, la depredación y, claramente, el parasitismo".
Una línea parasitaria de medio milenio
Los investigadores consideraron otras explicaciones para las marcas distintivas, como patrones de crecimiento de conchas auto-infligidos o trazas de organismos no relacionados. Sin embargo, la evidencia coincidió más fuertemente con la actividad de los espiónidos.
"Hay una imagen en particular, de un estudio de gusanos modernos, que muestra exactamente la misma forma dentro de una concha", dijo Nanglu. "Esa fue la prueba decisiva".
El hallazgo ofreció más que una simple identificación; proporcionó una rara visión evolutiva. "Este grupo de gusanos no ha cambiado su estilo de vida en casi medio milenio", afirmó Nanglu. "Tendemos a pensar en la evolución como un cambio constante, pero aquí hay un ejemplo de un comportamiento que funcionó tan bien que se mantuvo igual a través de múltiples eventos de extinción masiva".
Examinando fósiles con escaneos de alta tecnología
Para revelar las estructuras internas de las conchas, el equipo utilizó una técnica similar a la tomografía computarizada médica, llamada escaneo micro-CT. Este método de alta resolución les permitió visualizar túneles internos y conchas ocultas incrustadas en las capas de roca, que estaban apiladas como un pastel de capas.
"Nunca habríamos visto esto sin el escáner", dijo Nanglu.
El ciclo de vida antiguo del parásito
El ciclo de vida del gusano ayudó a confirmar su identidad. Los investigadores determinaron que probablemente comenzó como una larva que se adhirió a una concha, disolvió un pequeño punto para asegurar su posición y luego excavó más profundo a medida que crecía, creando la forma de signo de interrogación reconocible.
No se conoce ninguna otra especie que deje esta traza precisa. "Si no es un espiónido, entonces es algo que nunca hemos visto antes", dijo Nanglu. "Pero tendría que haber evolucionado el mismo comportamiento, en el mismo lugar, de la misma manera".
Un sobreviviente a través del tiempo
Notablemente, el mismo comportamiento de excavación continúa en los océanos actuales. Aunque los gusanos espiónidos no consumen a sus huéspedes directamente, el daño que infligen a las conchas de las ostras aún aumenta las tasas de mortalidad en las pesquerías modernas.
"Este parásito no solo sobrevivió al despiadado período Ordovícico, sino que prosperó", afirmó Nanglu. "Sigue interfiriendo con las ostras que queremos comer, tal como lo hizo hace cientos de millones de años".
Fósiles como cápsulas del tiempo de la vida antigua
El sitio fósil marroquí donde se realizaron estos descubrimientos es célebre por capturar comportamientos congelados en el tiempo. Otros fósiles allí han preservado escenas de animales interactuando, como criaturas alimentándose de los restos de ancestros similares a calamares.
"Es un golpe de suerte obtener algún registro de un animal de hace tanto tiempo", dijo Nanglu. "Pero ver evidencia de dos animales interactuando? Eso es oro".
Lectura rápida
¿Qué descubrieron los investigadores?
Hallaron fósiles que muestran que los gusanos espiónidos infectaban ostras hace 480 millones de años.
¿Quién lideró el estudio?
El estudio fue liderado por Karma Nanglu de la Universidad de California - Riverside.
¿Cuándo se realizó el descubrimiento?
El descubrimiento fue publicado el 5 de noviembre de 2025.
¿Dónde se encontraron los fósiles?
Los fósiles fueron hallados en Marruecos, conocido por su conservación de vida marina.
¿Por qué es significativo el hallazgo?
El hallazgo muestra un comportamiento parasitario que ha permanecido inalterado durante casi medio milenio.





