Cómo es el nuevo método económico que elimina arsénico y nitratos del agua

Investigadores del CONICET, en colaboración con el Centro de Tecnología de Recursos Minerales y Cerámica (CETMIC), desarrollaron un método innovador y económico para eliminar arsénico y nitratos del agua. Esta técnica, basada en el uso de carbón vegetal producido a partir de materia orgánica, permite reducir las concentraciones de estos contaminantes en más de la mitad.

El avance, publicado en la revista científica Waste and Biomass Valorization, ofrece una posible solución para comunidades con escaso acceso al agua potable y representa una alternativa para el manejo de subproductos de diversas actividades industriales. El equipo, liderado por el investigador Pablo Arnal, se enfocó en la conversión de biomasa vegetal en carbón vegetal, un material con capacidad para remover contaminantes del agua.

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Argentina genera anualmente grandes cantidades de biomasa, como cáscaras de semillas de girasol y ramas secas, que a menudo se consideran residuos. Sin embargo, estos materiales pueden ser reutilizados para producir carbón vegetal, que actúa como un eficaz removedor de contaminantes. El nuevo método desarrollado por el equipo del CETMIC utiliza un reactor químico sencillo y económico, diseñado por ellos en 2021, que permite convertir la biomasa en carbón en un tiempo récord y a menor costo que los métodos convencionales.

Una vez obtenido el carbón, se trató su superficie con ácido nítrico y se aplicó un proceso térmico a 800 grados centígrados, lo que permitió reordenar los átomos y formar nuevos enlaces químicos. Esto resultó en la creación de puntos de anclaje en la superficie del carbón, que le otorgan la capacidad de unirse a contaminantes de carga negativa, como el arsénico y los nitratos, facilitando su remoción.

Las pruebas realizadas indicaron que el método puede reducir la concentración de nitratos en el agua hasta en un 55 por ciento. Este avance no solo tiene implicaciones para la comunidad, sino también para la industria y la investigación científica. Según Pablo Arnal, el método es rentable, sencillo y tiene un impacto ambiental positivo al reutilizar residuos industriales.

El equipo se muestra optimista respecto a las aplicaciones futuras de su investigación, que podría extenderse más allá de la descontaminación del agua, abriendo la puerta a nuevos desarrollos en el almacenamiento de energía y otros campos. Este enfoque no solo contribuye a resolver problemas de contaminación del agua, sino que también agrega valor a los subproductos industriales, convirtiéndolos en recursos útiles.

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