Las cosedoras de Rosario: tejiendo la historia y el futuro del oficio textil

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Mientras la ciudad celebra sus 300 años con festivales y eventos que reavivan su identidad, un proyecto silencioso pero esencial comienza a hilvanar la memoria y la solidaridad: "Las cosedoras de Rosario".

Impulsado por la Escuela de Diseño y Producción Textil, dependiente de la Municipalidad de Rosario, este mapa colaborativo busca rescatar y conectar el oficio de la costura en sus diversas formas, desde arreglos simples hasta creaciones a medida.

El origen del proyecto se ancla en la figura histórica de María Catalina Echeverría, la primera "cocedora" rosarina reconocida.

En 1812, esta dama patricia, hermana del revolucionario Vicente Echeverría y amiga de Manuel Belgrano, cosió la primera bandera argentina en su hogar de la Villa del Rosario.

Con telas cedidas por un almacén local y hilos de oro, junto a dos vecinas, tardó cinco días en completar la enseña que se juró el 27 de febrero de ese año, en una ceremonia a orillas del Paraná. Hoy, su legado inspira esta iniciativa, que la escuela reivindica como un homenaje a las mujeres invisibles de la historia oficial, retratadas incluso en pinturas de la época.

"Lo que nos pareció interesante fue tomar la figura de María Catalina Echeverría, quien nosotros empezamos a nombrar como la primer cocedora rosarina, que es quien cose la bandera", explicó Darío Ares, coordinador general de la institución, relató a Cadena3. 

"De hecho, es una de las pocas mujeres que aparece en la historia oficial, reconocida y pintada. Todo esto lo fuimos trabajando en la escuela", señaló.

El proceso inició de manera orgánica: un mapeo inicial "de boca en boca", centrado en las costureras cercanas a la Escuela de Diseño de Indumentaria. Luego, se expandió con formularios digitales compartidos en la Noche de Peatonales, en la Galería del Subsuelo La Favorita, un corredor textil emblemático.

"Hay una demanda genuina: la gente pregunta dónde llevar algo a reparar", detalla Ares.

Para ordenar la diversidad del oficio, crearon categorías claras: las costureras, especializadas en cosidos y arreglos básicos; las modistas, expertas en moldería, medidas y producción de ropa; y los sastres, enfocados en prendas de vestir como camisas, sacos y pantalones.

Ya son 150 las personas inscriptas, de distintos puntos de la ciudad. "La idea es que esto vaya creciendo y genere una red y un mapa de acceso público para los vecinos y las vecinas que buscan ese oficio", enfatiza el coordinador.

El resultado será una herramienta interactiva, similar al reciente Mapeo de Diseño en Rosario 2025 impulsado por el Centro de Expresiones Contemporáneas, que visibiliza producciones locales en textil y accesorios.

Más allá de la utilidad práctica, el proyecto aborda la soledad inherente al trabajo textil. "Es una tarea a veces muy solitaria, donde falta esa conexión, esa red, la comunidad", reflexiona Ares. "Esto fortalece el oficio, permite que la gente las encuentre más fácil y rápido", manifestó.

En un año de renacer cultural para Rosario con shows multitudinarios como el de Nicki Nicole y Juan Carlos Baglietto en el Monumento a la Bandera, esta iniciativa teje hilos invisibles de comunidad, recordando que la historia de la ciudad se construye, puntada a puntada.

Para sumarse, el formulario está disponible en Instagram (@escuela.diseño.rosario), donde también se comparte toda la información. Una invitación abierta a coser, juntos, el tricentenario.

Informe de Verónica Maslup

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