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Astronomía y Espacio

Exploración espacial: cómo la misión a Marte desafía los límites del cuerpo humano

La misión a Marte, parte del programa Artemis de la NASA, enfrentará a los astronautas a desafíos extremos como radiación y microgravedad, poniendo a prueba la fisiología humana en un entorno hostil.

03/11/2025 | 16:02Redacción Cadena 3

Misión a Marte: cómo la exploración espacial empuja los límites del cuerpo humano

FOTO: Misión a Marte: cómo la exploración espacial empuja los límites del cuerpo humano

El 14 de enero de 2004, Estados Unidos anunció una nueva "Visión para la Exploración Espacial", prometiendo que los humanos no solo visitarían el espacio, sino que vivirían allí. Dos décadas después, el programa Artemis de NASA se prepara para devolver a los astronautas a la luna y, eventualmente, enviar humanos a Marte.

Esta misión durará alrededor de tres años y cubrirá cientos de millones de kilómetros. La tripulación enfrentará radiación, aislamiento, ingravidez y confinamiento, creando tensiones sin precedentes para los astronautas. Para los fisiologistas, esto representa la frontera definitiva: un laboratorio viviente donde el cuerpo humano es llevado a, y a veces más allá, de sus límites biológicos.

El espacio es brutalmente implacable. Es un vacío inundado de radiación y extremos térmicos violentos, donde la ausencia de gravedad desmantela los sistemas que evolucionaron para mantenernos vivos en la Tierra. La fisiología humana está ajustada a una atmósfera de presión, una gravedad y un frágil nicho ecológico. Al salir de esa estrecha zona de confort, el cuerpo comienza a fallar.

Sin embargo, la adversidad impulsa el descubrimiento. La investigación en altitudes elevadas reveló cómo la sangre preserva el oxígeno en el límite de la supervivencia. Las expediciones submarinas y polares mostraron cómo los humanos soportan presiones aplastantes y frío extremo. El vuelo espacial continúa esa tradición, redefiniendo nuestra comprensión de los límites de la vida y mostrando hasta dónde puede doblarse la biología sin romperse.

Para entender estos límites, los fisiologistas están mapeando el "exposoma espacial": todo lo que en el espacio estresa al cuerpo humano, desde la radiación y la ingravidez hasta el sueño interrumpido y el aislamiento. Cada factor es dañino por sí solo, pero combinados se amplifican, llevando al cuerpo a sus límites y revelando cómo funciona realmente.

De esta complejidad surge lo que los científicos llaman el "integrome espacial": la red completa de conexiones fisiológicas que mantiene a un astronauta vivo en el entorno más extremo conocido.

Cuando los huesos pierden minerales, los riñones responden. Cuando el líquido se desplaza hacia la cabeza, cambia la presión en el cerebro y afecta la visión, la estructura y función cerebral. Las células inmunitarias reaccionan a las hormonas del estrés liberadas por el cerebro. Cada sistema influye en los demás en un bucle de retroalimentación biológica continuo.

El cuerpo como biosfera

El traje espacial es el símbolo más tangible de esta integración. Es una biosfera portátil: un entorno miniatura y autosuficiente que mantiene viva a la persona en su interior, al igual que la atmósfera de la Tierra lo hace por toda la vida. El traje protege al cuerpo de la física letal del espacio, protegiendo contra el vacío, la radiación y las temperaturas extremas.

Dentro de sus capas de mylar (un plástico reflectante que aísla contra el calor), kevlar (una fibra resistente a impactos) y dacrón (un poliéster resistente que mantiene la forma y presión), los astronautas viven en un delicado equilibrio. Hay suficiente presión interna para evitar que sus fluidos corporales hiervan en un vacío, pero aún así suficiente flexibilidad para moverse y trabajar.

Cada elección de diseño refleja un compromiso fisiológico. A presiones demasiado bajas, la conciencia se desvanece en segundos. A presiones demasiado altas, el astronauta queda atrapado en una concha rígida.

La radiación sigue siendo el peligro más insidioso del vuelo espacial. Los rayos cósmicos galácticos, compuestos de protones de alta energía e iones pesados, atraviesan las células y fracturan el ADN de maneras que la biología en la Tierra nunca fue diseñada para reparar. La exposición a estos rayos puede causar daño al ADN y reordenamientos cromosómicos que aumentan el riesgo de cáncer.

Pero la investigación sobre biomarcadores de radiación—señales moleculares que muestran cómo las células responden a la exposición a la radiación—no solo mejora la seguridad de los astronautas, también ayuda a transformar el tratamiento del cáncer en la Tierra. Los mismos marcadores biológicos que revelan el daño por radiación en el espacio se están utilizando para refinar la radioterapia, permitiendo a los médicos medir la sensibilidad del tejido, personalizar las dosis y limitar el daño a las células sanas.

Los estudios sobre cómo las células reparan el ADN después de la exposición a la radiación cósmica también están informando el desarrollo de nuevos medicamentos que protegen a los pacientes durante el tratamiento del cáncer.

La microgravedad presenta otra paradoja. En órbita, los astronautas pierden 1–1.5% de su masa ósea cada mes, y los músculos se debilitan a pesar del ejercicio diario. Pero este entorno extremo también convierte al espacio en un modelo sin igual para el envejecimiento acelerado. Los estudios sobre la pérdida ósea y la atrofia muscular en microgravedad están ayudando a descubrir vías moleculares que podrían ralentizar las enfermedades degenerativas y la fragilidad en casa.

Los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional pasan más de dos horas al día realizando "contramedidas": entrenamientos de resistencia intensivos y sesiones en cámaras de presión negativa en la parte inferior del cuerpo, que atraen la sangre de vuelta hacia las piernas para mantener una circulación saludable.

También siguen diets cuidadosamente planificadas para estabilizar su metabolismo. Ninguna estrategia por sí sola es suficiente, pero juntas ayudan a mantener la biología humana más cerca del equilibrio en un entorno definido por la inestabilidad.

Fisiología digital

Pequeños sensores incrustados en los trajes espaciales, o incluso colocados bajo la piel, pueden ahora rastrear la frecuencia cardíaca, la actividad cerebral y cambios químicos en la sangre en tiempo real. El perfilado multi-ómico combina información de toda la biología (genes, proteínas y metabolismo) para construir una imagen completa de cómo el cuerpo responde al vuelo espacial.

Estos datos alimentan los gemelos digitales: versiones virtuales de cada astronauta que permiten a los científicos simular cómo reaccionará su cuerpo a factores estresantes como la radiación o la microgravedad.

El astronauta del futuro no solo soportará el espacio. Trabajará con su propia biología, utilizando datos en tiempo real y algoritmos predictivos para detectar riesgos antes de que ocurran, ajustando su entorno, ejercicio o nutrición para mantener su cuerpo en equilibrio.

Al estudiar cómo los humanos sobreviven sin gravedad, también estamos aprendiendo a vivir mejor con ella. La fisiología espacial ya ha ayudado a dar forma a tratamientos para la osteoporosis y enfermedades cardiovasculares, y está mejorando nuestra comprensión de la pérdida muscular relacionada con la edad.

La investigación sobre el síndrome neuro-ocular asociado al vuelo espacial—una condición en la que los líquidos se desplazan en microgravedad, causando presión dentro del cráneo, a veces llevando a cambios en la visión—está ayudando a los científicos a entender la hipertensión intracraneal en la Tierra.

Incluso los estudios sobre aislamiento y resiliencia en astronautas han avanzado la investigación sobre la salud mental y la adaptación al estrés, ofreciendo conocimientos que resultaron invaluables durante la pandemia de COVID-19, cuando millones enfrentaron confinamiento y separación social similares a la vida a bordo de una nave espacial.

En última instancia, Marte pondrá a prueba nuestra biología más que nuestra tecnología. Cada gramo de músculo preservado, cada sinapsis protegida, cada célula reparada será un triunfo de la fisiología. El espacio puede desmantelar el cuerpo humano, pero también revela nuestra asombrosa capacidad de reconstrucción.

Lectura rápida

¿Qué misión se está preparando?
La misión a Marte, parte del programa Artemis de NASA, se está preparando para enviar humanos a Marte.

¿Cuánto durará la misión?
La misión durará alrededor de tres años y cubrirá cientos de millones de kilómetros.

¿Cuáles son los principales desafíos para los astronautas?
Los astronautas enfrentarán radiación, aislamiento, ingravidez y confinamiento, creando tensiones sin precedentes.

¿Qué es el "exposoma espacial"?
Es el mapeo de todo lo que estresa al cuerpo humano en el espacio, incluyendo radiación y microgravedad.

¿Cómo se están utilizando los datos de los astronautas?
Los datos se utilizan para crear gemelos digitales que simulan cómo reaccionará el cuerpo a factores estresantes.

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