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¿Cristina ayuda o ataca a Milei con el caso Andis?

La expresidenta volvió a escena con su característico "¡Che, Milei!".

26/08/2025 | 12:55Redacción Cadena 3

FOTO: Cristina Kirchner y Javier Milei, durante la asunción presidencial. (Archivo/NA)

  1. Audio. ¿Cristina ayuda o ataca a Milei con el caso Andis?

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En los últimos días, Cristina Kirchner volvió a escena con su característico "¡Che, Milei!", una fórmula que, más allá de su tono coloquial, destila un desprecio que niega la investidura presidencial. No es un detalle menor: tratar al Presidente con displicencia refleja una actitud que desestima la institucionalidad, aunque no sorprenda viniendo de quien no oculta su animosidad. Pero el verdadero trasfondo de su mensaje va más allá de la forma y merece un análisis profundo, porque en él Cristina no solo habla de Milei, sino también de sí misma. 

¿Cristina está atacando al Presidente o, sin querer, le está tendiendo una mano? La expresidenta invocó la "doctrina Vialidad", su argumento defensivo en el caso que la condenó por corrupción en la obra pública. Según ella, una presidenta no puede saber todo lo que ocurre en cada rincón del país, menos aún en las obras de Santa Cruz. 

Ese razonamiento, sin embargo, fue desestimado por la Justicia en todas sus instancias: fiscalía, tribunal de primera instancia, Cámara de Casación y Corte Suprema. Las pruebas demostraron que Cristina sí sabía de los sobreprecios y cobros indebidos que beneficiaron, principalmente, a Lázaro Báez. 

Hoy, desde su prisión domiciliaria, con tobillera electrónica, Cristina parece querer equiparar su caso con el de Milei, señalando las supuestas coimas del 3% que, según ella, involucrarían a Karina Milei y a "Lule" Menem en un esquema de corrupción con medicamentos para discapacitados.

Lo que Cristina plantea es una maniobra discursiva audaz: "Milei, si decís que no sabías nada, entonces yo tampoco sabía". Es un intento de igualar situaciones dispares, de meter a todos en el mismo lodo, como en el tango Cambalache.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

Su mensaje parece ser: si los presidentes no pueden ser investigados por lo que hacen sus allegados, entonces todos deberían quedar impunes. Pero esta estrategia es, en el mejor de los casos, un manotazo de ahogado. Su caso ya fue juzgado y condenado con pruebas sólidas, incluyendo un decreto que ella misma firmó y que la expuso directamente. 

Milei, en cambio, está en una etapa preliminar: una denuncia basada en audios de origen dudoso, una investigación judicial en curso, pero sin pruebas penales concluyentes que vinculen directamente al Presidente con las supuestas maniobras de su hermana o colaboradores.

Es verosímil pensar que Milei podría estar al tanto de lo que hace su entorno más cercano, como también lo era en el caso de Cristina con las obras en Santa Cruz. Pero la verosimilitud no es prueba, y la Justicia debe establecer responsabilidades con evidencia concreta. En el caso de Cristina, las pruebas existieron; en el de Milei, aún no. 

La investigación sobre Karina Milei, "Lule" Menem y otros involucrados en el caso de la droguería Suizo Argentina  S.A. está en sus primeras etapas. Es crucial que avance con rigor, celeridad y transparencia para esclarecer los hechos y determinar si hay responsabilidad penal, especialmente si se pretende involucrar al Presidente.

La corrupción, venga de donde venga, es inaceptable. Pero la diferencia entre ambos casos es clara: Cristina fue condenada tras un proceso judicial exhaustivo; Milei enfrenta un escándalo político en ciernes, con una investigación que recién comienza. 

El impacto de este caso no solo será judicial, sino también político. Karina Milei, figura central en el entorno del Presidente, es su principal operadora política. Si las acusaciones avanzan, el Gobierno deberá replantearse su rol, no solo por las implicancias legales, sino por el costo político de mantenerla en el centro de la escena.

Cristina, con su mensaje, busca desviar la atención, equiparar su situación con la de Milei y, tal vez, sembrar la idea de que todos los gobiernos están igualmente manchados. Pero, al hacerlo, podría estar dándole a Milei una salida retórica: la posibilidad de aferrarse a la misma "doctrina" de la ignorancia que ella intentó usar. 

La ironía es que, mientras Cristina cree estar atacando, podría estar ofreciendo al Presidente un argumento defensivo. Lo que queda claro es que, en este juego de lodo, la única certeza la dará la Justicia.

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