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Cristina la pistolera y su custodia sindical

   

09/06/2025 | 11:58Redacción Cadena 3

FOTO: Cristina Kirchner. (Foto: NA)

  1. Audio. Cristina la pistolera y su custodia sindical

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En un país donde lo insólito parece ser la norma, las declaraciones de Cristina Fernández de Kirchner vuelven a encender el debate sobre la Justicia, la política y el populismo. 

El domingo, la expresidenta sorprendió al mundo político con una frase que, a primera vista, podría pasar desapercibida, pero que en su sustancia revela una lógica tan audaz como cuestionable: "Si estoy tan acabada, ¿por qué no me dejan competir y me derrotan políticamente? ¡A ver, mirá cómo tiemblo!". 

Con esta provocación, Cristina se compara a un pistolero detenido que, al ser desarmado por la Policía, grita "¡Cobardes, devuélvanme mi chumbo y definimos esto a los tiros!". La metáfora no podría ser más elocuente: lo que está enfrente de ella no es un duelo electoral, sino la ley.

La expresidenta parece olvidar —o elige ignorar— que las causas judiciales que enfrenta no son una conspiración ni un capricho mediático. Los procesos en su contra, algunos iniciados en 2008 por hechos que datan de 2004, 2005 y 2007, pasaron por más de 15 jueces, con todas las garantías del debido proceso. 

Estamos hablando de acusaciones graves, respaldadas por evidencias tan grotescas como los bolsos repletos de dólares de José López, que no requieren de editoriales sensacionalistas para sostenerse. Si la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirma las condenas, como muchos anticipan, Cristina enfrentará una doble condena firme que, en cualquier otro caso, ya habría llevado al acusado al calabozo.

Su planteo, sin embargo, no solo desafía la lógica judicial, sino que pone en escena una narrativa peligrosa: la de presentarse como víctima de una proscripción política. "Se desataron los demonios y comenzaron a pedir que me metan presa", dijo, como si las investigaciones fueran una reacción espontánea y no el resultado de años de trabajo judicial. 

Esta retórica no es nueva, pero sí es efectiva para movilizar a su base. Y aquí entra en juego otro capítulo de esta Argentina estrambótica: la reacción de sindicatos como la UOM, Smata, ATE y la Asociación Bancaria, que prometieron paros y movilizaciones en defensa de Cristina, alegando una supuesta "proscripción".

Este movimiento sindical resulta, cuanto menos, desconcertante. ¿Qué tiene que ver la detención de una expresidenta, investigada por delitos graves, con los objetivos de un gremio? ¿Cómo justifican la UOM o Smata, que representan a trabajadores de la industria metalúrgica y automotriz, salir a la calle por una causa judicial que no guarda relación con los derechos laborales? ¿Están seguros estos gremios de que todos sus afiliados comparten la idea de paralizar el país para defender a Cristina? 

La ley que regula a los sindicatos establece que su función es proteger los intereses de sus trabajadores, no convertirse en la custodia personal de una líder política. Este apropiamiento de las organizaciones gremiales, que recuerda cómo el populismo se apropió de las estructuras del Estado, es un síntoma más de la distorsión que atraviesa a la Argentina.

La comparación de Cristina con el pistolero no es casual. Pretende que el conflicto se resuelva en el terreno que ella domina: el de la confrontación política, el de la calle, el de los votos. Pero la Justicia no opera en esos términos. La ley no le "devuelve el chumbo" para un duelo a cielo abierto; le exige rendir cuentas por los delitos que se le imputan. Y mientras ella agita el fantasma de la proscripción, los gremios que la respaldan parecen olvidar que su rol no es proteger a una figura política, sino a sus trabajadores, muchos de los cuales podrían no compartir esta cruzada.

En esta Argentina de paradojas, donde los demonios que Cristina denuncia parecen ser los espejos de sus propias acciones, el desafío es claro: la Justicia debe avanzar sin ceder a presiones mediáticas ni sindicales. Porque, como bien sabe el pistolero desarmado, la ley no se negocia en un tiroteo electoral.

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