Viajante de la nada
Por Adrián Simioni.
13/05/2022 | 14:03Redacción Cadena 3
La improvisada gira de Alberto Fernández a Europa se justificó a las apuradas. La Casa Rosada dijo que busca aprovechar la suba de precios de alimentos y combustibles tras la invasión de Rusia a Ucrania. Entonces, el presidente se calzó el traje de viajante y salió, dijo la Rosada a "instalar a la Argentina como proveedor estable de alimentos y energía". Y eso les dijo Fernández a los mandatarios con los que se reunió.
La verdad, parece un chiste. Fernández está contando los capones antes de que la chancha tenga chanchitos. En energía, la Argentina no sólo no es un gran exportador sino que es un importador neto. Es más: está desesperada por la falta de gas natural para este invierno y de gasoil para esta cosecha.
Y en alimentos el gobierno parece un desquiciado. Hacia afuera, el presidente dice que quiere ser un proveedor estable y seguro de alimentos, pero para adentro ha hecho todo lo contrario: subió retenciones, impuso fideicomisos que es igual a subir retenciones, puso cupos para exportar trigo y carne y prohibió exportar ciertos cortes. O sea: el gobierno impide exportar.
Es más: el propio Fernández rechazó el acuerdo comercial entre Europa y el Mercosur que había firmado Macri. Argentina es el único país del bloque que lo rechazó.
Si Fernández quiere en verdad que seamos proveedores estables y seguros hay que cambiar muchas cosas. Por empezar, tiene que sincerar en serio el precio interno del gas, la electricidad y los combustibles. Sólo así derrocharemos menos energía adentro, importaremos menos y aparecerán con rapidez las inversiones que faltan no sólo para extraer más gas y crudo, sino para tener los caños, las plantas y los puertos para exportarlos. Hoy, si nos sobrara gas no habría cómo transportarlo. Tantos años de desinversión y malgasto no son gratis.
Y en los alimentos pasa algo similar. Tantos años de confiscarle al agro los dólares que deberían haberse reinvertido, han sido una paliza: Argentina hoy produce, en términos relativos, menos alimentos que los países que compiten con ella. Y por supuesto, su capacidad exportadora es infinitamente menor a la que podría ser.
En Europa el presidente es un viajante que no tiene qué vender. Un viajante de la nada.




