Milei, la lengua, El Dipy y la tarotista
13/06/2022 | 17:39Redacción Cadena 3
Javier Milei se sintió el redentor de la política argentina.
El discurso contra el modelo tradicional de partidos, al que llamó “la casta”, y contra gobiernos que no logran resolver la crisis económica, le permitió permear en capas sociales en las que había mucha insatisfacción y hasta bronca contenida.
Desde posiciones liberales que prescinden de la mayor parte del Estado, fue particularmente aceptado por sectores jóvenes que se sienten desprotegidos.
Si estuviésemos en 2001, serían la generación del “Que se vayan todos”. Hoy pedirían que se vayan todos, salvo Milei claro.
Esa simbiosis llegó incluso a que los seguidores de Milei tomaran sus menciones de libros como recomendaciones imprescindibles. Te lo cuentan libreros de Córdoba.
Con vista en las elecciones de 2023, los libertarios mileístas llegaron a pensar en que la política argentina se podría dividir en tres tercios: peronismo/kirchnerismo, macrismo/radicalismo y libertarios.
Pero Milei, el mismo que rifaba su dieta como diputado, se tropezó con su lengua.
Habló de que deberían permitirse la venta de órganos y la libre portación de armas.
Esta parece la causa central de que entre mayo y junio haya perdido cinco puntos de intención de voto, según una encuesta de Raúl Aragón & Asociados.
Aunque todavía está tercero en intención de voto detrás de Horacio Rodríguez Larreta y Cristina Kirchner, del 18,3 por ciento que en mayo decía que lo votarían, cayó al 13,1 en junio.
En ese contexto, la imagen positiva de Milei cayó de 51,6 por ciento en mayo a un 42,1 por ciento en junio, y la negativa pasó de 41,8 por ciento a 50,3 por ciento.
Esto se explica cuando se pregunta por el comercio de órganos: 86 por ciento lo rechaza. Y sobre la portación de armas: 69 por ciento no está de acuerdo.
Tres datos más del mal momento de Milei:
Uno, lo acusaron de plagio en su libro “Pandenomics”.
Dos, sufrió la frustración del acto de lanzamiento presidencial del viernes pasado en el club El Porvenir.
Con El Dipy de ayuda, pensaron que iban a llenar la cancha. El estadio estaba semivacío.
Tres, una crisis interna en el espacio por acusaciones de Carlos Maslatón, uno de sus más furiosos seguidores, contra Karina Milei, su hermana, que es tarotista, y Carlos Kikuchi, su amigo.
Obviamente, no está dicha la última palabra para Milei, pero va a tener que revisar sus modos de hacer política, básicamente qué dice y cómo lo dice.




