La pistola de agua: nuevo símbolo del movimiento antiturismo en Barcelona
En Barcelona, una pistola de agua se transformó en símbolo de protesta contra el turismo masivo. Tras manifestaciones, los locales defienden su ciudad y pintan su descontento con disparos de agua.
16/06/2025 | 10:36Redacción Cadena 3
BARCELONA (AP) — Un grupo de turistas disfrutaba de sus bebidas en una mesa al aire libre en Barcelona cuando una mujer levantó una pistola de agua de plástico y les roció con agua. Este curioso artefacto, una sencilla pistola de agua, se ha vuelto un elemento habitual en las manifestaciones contra el turismo en la capital catalana, donde muchos residentes sienten que el creciente número de visitantes los desplaza de sus barrios. ¿Cómo se transformó este objeto lúdico en un emblema de descontento?
El fenómeno comenzó en julio del año pasado, cuando un grupo activista de izquierda, que promueve una reducción del turismo, realizó su primera manifestación exitosa. Algunos participantes portaban pistolas de agua para refrescarse en el calor del verano. Adriana Coten, organizadora de la Asamblea de Vecinos por el Decrecimiento Turístico, indicó a la AP que lo que sucedió se volvió viral, pero en verdad empezó como una broma entre amigos que querían refrescarse.
A medida que la protesta avanzaba, algunos manifestantes empezaron a rociar agua a los turistas en lugar de entre ellos. Las imágenes se compartieron ampliamente en redes, convirtiéndose en un golpe publicitario para la causa antiturismo, haciendo que las pistolas volvieran a ser un arma de protesta en abril, cuando el mismo grupo interrumpió un recorrido en autobús turístico.
Marcha de resistencia
El domingo, alrededor de mil personas marcharon desde un bulevar comercial de lujo, popular entre los turistas, hasta que la policía intervino para evitar que se acercaran más a la Sagrada Familia, uno de los íconos turísticos de la ciudad. Durante la marcha, los manifestantes rociaron a turistas sorprendidos, portando carteles con lemas como: '¡Un turista más, un residente menos!'. También dejaron pegatinas en hoteles y restaurantes que mostraban una pistola de agua con el mensaje: '¡Turista, vete a casa!'.
A pesar de la atención mediática, los manifestantes que llevaban pistolas de agua fueron solo una minoría, muchos solo dispararon al aire o entre ellos. En las calles de Barcelona, fuera de las manifestaciones, los residentes no suelen usar pistolas de agua ni dirigen su atención a los turistas. Muchos barceloneses continúan apoyando el turismo, reconocido como un pilar fundamental de la economía local.
Un emblema de disconformidad
Las pistolas de agua, aunque simbólicas, tienen un mensaje más profundo según los manifestantes. Lourdes Sánchez, una de las participantes, expresó que el uso de la pistola de agua busca evidenciar su rechazo hacia la manera en que el turismo ha transformado su hogar en un parque temático, mientras que otro manifestante, Andreu Martínez, admitió que el objetivo era incomodar a los turistas.
Laurens Schocher, arquitecto de 46 años, mencionó que no buscó dañar a nadie, pero que esperaba que su gesto atrajera más atención hacia el movimiento. Sin embargo, las pistolas que portaban no eran cañones de agua grandes, sino aquellas baratas que lanzan un delgado chorro a corta distancia.
Algunos turistas recibieron el agua con humor, considerando que era un alivio ante las altas temperaturas. No obstante, se produjeron tensiones, como cuando un grupo roció a empleados de un albergue, lo que provocó una respuesta airada de un trabajador que cerró la puerta de un golpe tras ser atacado.
Nora Tsai, visita de Taiwán, se mostró asustada y triste tras ser rociada, a pesar de que valoró la amabilidad de los barceloneses. 'Amo Barcelona', dijo.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
[Fuente: AP]