La cumbre del G7 en Canadá enfrenta tensiones comerciales y el desafío de Trump
Los líderes del G7 se reúnen en Canadá para abordar tensiones comerciales y conflictos internacionales mientras buscan evitar confrontaciones con el presidente Trump.
16/06/2025 | 04:36Redacción Cadena 3
KANANASKIS, Alberta, Canadá (AP) — En su anterior visita a Canadá para una cumbre del G7, el presidente estadounidense, Donald Trump, fue capturado en una imagen memorable con los brazos cruzados, mientras la canciller alemana de ese momento, Angela Merkel, lo observaba con evidente molestia.
La cumbre del G7 de este año, que inicia el lunes en las Montañas Rocosas canadienses, incluye como objetivo prioritario la reducción de tensiones, dado el contexto de conflictos latentes.
La edición de 2018 terminó con Trump criticando a sus anfitriones canadienses en redes sociales mientras se retiraba en el Air Force One, indicando que había instruido a sus representantes en Quebec que se opusieran a la declaración conjunta respaldada por los líderes de Japón, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania y Canadá.
"He ordenado a nuestros representantes de Estados Unidos no respaldar el Comunicado mientras consideramos los aranceles sobre los automóviles que inundan el mercado estadounidense", expresó Trump en su cuenta de Twitter.
En esta ocasión, Trump ya ha impuesto aranceles severos a numerosas naciones, lo que ha generado un riesgo para la economía global. La resolución de los conflictos en Ucrania y Gaza sigue estancada, y surge un nuevo conflicto creciente entre Israel e Irán en torno al programa nuclear de Teherán.
A todo esto se añaden complicaciones en temas como el cambio climático, la inmigración, el narcotráfico, y la creciente influencia de China sobre cadenas de suministro claves.
"Contamos con nuestros acuerdos comerciales. Solo necesitamos enviar una notificación, 'Esto es lo que deberás abonar'. Pero creo que podremos lograr un par de nuevos acuerdos comerciales", aseguró Trump al ser consultado sobre posibles anuncios comerciales en el G7, mientras se retiraba de la Casa Blanca el domingo.
Se encuentra en juego la supervivencia misma del G7 en un momento en que el gobierno de Trump ha enviado mensajes contradictorios sobre la asistencia del presidente a la cumbre del Grupo de los 20 en noviembre en Sudáfrica.
Trump se opuso en 2018 no solo a los aranceles, sino también a una estrategia orientada a crear alianzas basadas en estándares comunes en las políticas. El asesor canadiense en la cumbre del G7 de aquel año, Peter Boehm, destacó que la famosa imagen de Trump fue un claro indicio de que el G7 podría no estar funcionando de la manera habitual.
Los líderes de Alemania, Reino Unido, Japón e Italia consideran que mantener una relación amistosa con Trump este año podría disminuir la posibilidad de reacciones negativas.
El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, comentó al partir hacia Canadá: "Tengo una buena relación con el presidente Trump, y eso es importante".
Este año no se planea una declaración conjunta del G7, lo que señala que el gobierno de Trump no siente la necesidad de buscar un consenso con otras democracias si esto contraviene sus objetivos de nuevos aranceles y de incrementar la producción de combustibles fósiles.
Caitlin Welsh, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, afirmó que el gobierno de Trump probablemente considera que ningún acuerdo es preferible a un mal acuerdo.
La Casa Blanca ha mantenido un silencio resuelto respecto a sus metas para la cumbre del G7, que surgió como una reunión de ministros de finanzas en 1973 para abordar la crisis del petróleo y ha evolucionado hacia una cumbre anual destinada a fomentar relaciones entre líderes globales y abordar problemáticas internacionales.
El G7 se expandió brevemente al G8 con la inclusión de Rusia, pero la nación fue excluida en 2014 tras la anexión de Crimea.
Trump participará en al menos tres reuniones bilaterales durante la cumbre, comenzando el lunes por la mañana con el primer ministro canadiense, Mark Carney. También se prevé que se reúna con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy.
El presidente de Estados Unidos ha establecido aranceles del 25% sobre el acero, el aluminio y los automóviles, afectando especialmente a Japón. Además, impuso un impuesto del 10% a la mayoría de importaciones, lo cual podría incrementarse el 9 de julio, tras el vencimiento de un plazo de negociación de 90 días.
Reino Unido ha alcanzado un marco comercial con Estados Unidos que incluye cuotas para mitigar algunos aranceles; sin embargo, el impuesto base del 10% se mantiene, ya que el gobierno de Trump depende de los ingresos por aranceles para financiar recortes fiscales.
Canadá y México enfrentan aranceles de hasta el 25% sobre productos provocados por Trump para detener el contrabando de fentanilo, aunque algunos productos siguen protegidos bajo el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá firmado durante el primer mandato de Trump.
A pesar de sus amplios aranceles, la Casa Blanca mantiene que esto generará acuerdos comerciales favorables que excluyan a China, aunque resulta incierto cómo antagonizar a socios comerciales podría incentivarlos a fortalecer la dependencia estadounidense. El primer ministro canadiense ha sido claro al afirmar que su país ya no puede considerar a Estados Unidos un aliado confiable.
Esto podría conducir a Trump a la difícil tarea de mantener los aranceles mientras persuade a otros países de que su relación con Estados Unidos es más ventajosa que la que tienen con China.
"Trump intentará alinear al grupo contra la coerción económica de China", analizó Josh Lipsky, del Atlantic Council, añadiendo que los demás líderes podrían señalar que la coordinación, que es fundamental para el G7, sería más sencilla si Trump no impusiera aranceles a sus aliados.
[Fuente: AP]