¿Alberto también renuncia si es candidato a la reelección?
30/07/2021 | 12:02Redacción Cadena 3
El minué de los candidatos a diputados parece interminable. Una de las cuestiones más saladas es la de los candidatos que ocupan cargos. En Córdoba está el caso ya famoso de Martín Gill, que ya renunció a su cargo de secretario de Obras Públicas para ser candidato a diputado. Pero, claro, al hacerlo tiene que retomar el cargo de intendente, al que no había renunciado cuando se fue de secretario. Sólo había tomado una licencia.
Es típico del político que ambiciona saltar a un nivel superior pero que apela a estas prácticas caudillistas: no renuncia, sólo toma una licencia para que al reemplazante no se le ocurra tener la autonomía de un cargo firme y traicionar a su jefe. ¿Renunciará Gill también a la intendencia?
En todos los partidos se cocina el tema. Tan conocido como el de Gill es el caso de Mario Negri, cordobés jefe de los diputados de Juntos por el Cambio que, dos años antes de que venza su mandato, quiere saltar al Senado. ¿Va renunciar? También está el gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, que es candidato suplente a senador, incluso aunque lo prohíbe la Constitución.
Pero el matete más complicado lo armó el presidente Alberto Fernández. Enojado con el santafesino Agustín Rossi, que no lo obedeció y presentó una lista propia para competir con la oficialista, Alberto formuló lo que llamó una "regla ética": todo político en función, si es candidato a algo, debe renunciar a su cargo ejecutivo. Era una forma elegante de echarlo. Rossi, furioso, devolvió la estocada y dijo: si yo tengo que renunciar, entonces que también renuncie el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, que también es candidato, suplente, y que fue el mayor objetor a la candidatura de Rossi.
Una encrucijada complicada para Perotti. Es que, si renunciara para cumplir la "regla ética" presidencial -cosa que no va a hacer ni loco- Santa Fe quedaría acéfala. ¿Por qué? Porque la vicegobernadora, Alejandra Rodenas, también es candidata, en la lista de Rossi. Y, como es candidata, pidió licencia. No podría reemplazar a Perotti.
La misma situación se da en Tucumán, donde el gobernador Juan Manzur es también candidato, al igual que su vice, Osvaldo Jaldo, con quien encima está enfrentado.
Pero la paradoja mayor de la "regla ética" de Alberto podría sufrirla él mismo. Y en el albertismo ya encendieron una luz amarilla: ¿Qué va a pasar si el presidente quiere ser candidato a la reelección en 2023? ¿Va a renunciar cuando comience la campaña, como lo hizo renunciar a Rossi? En la Casa Rosada ya deben estar buscando alguna justificación. O rogando que para 2023 nadie se acuerde ya de nada.




