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Una docena de “Bichos”: el día que Talleres perdió 12 a 0

Sucedió hace 35 años, en 1986. Los jugadores de la "T" hicieron una huelga por falta de pagos. Los dirigentes mandaron a juveniles y Argentinos Juniors no los perdonó. Los protagonistas recuerdan el partido. 

01/05/2021 | 15:26Redacción Cadena 3

Deudas, huelga de jugadores, amenaza de no presentación en un partido, goleada en contra con chicos que debutaban de golpe ante un paro de los profesionales, promesa incumplida de pago. Todo eso fue moneda corriente en el fútbol de Córdoba durante los ’80, los ’90 y los 2000, al punto de tener que informar la quiebra institucional de Belgrano en primera instancia, de Talleres mas tarde, de un Racing manejado por un síndico y de un Instituto que se salvó entre los indios ante muchísimos pedidos de quiebra y que aún hoy tiene dificultades para pagar sueldos.

Hay situaciones que no se olvidarán y que difícilmente vuelvan a suceder. El 26 de octubre de 1986, por la fecha 16 del campeonato de primera división 1986/87, en cancha de Ferro, la Asociación Atlética Argentinos Juniors fue artífice de la goleada más abultada del fútbol argentino sin recibir goles en contra, que lo diferencia por ejemplo del 13 a 1 en 1974 de Banfield sobre Puerto Comercial de Bahía Blanca.

El “Bicho” de La Paternal, vigente campeón de América, le ganó 12 a 0 a chicos de Talleres que a ese momento tenían entre 15 y 17 años de edad, y que salieron a defender esos colores ante la medida de fuerza del plantel profesional por sueldos adeudados. Para Argentinos, la victoria más importante de su vida deportiva. Para Talleres, la más humillante, pese al contexto, claro.

Aquel equipo Albiazul que terminó 11° en las posiciones, en un torneo de 20 equipos, contaba con Baley, Comizzo, Oviedo, Daniel Riquelme, Claudio Chena, Víctor Heredia, Walter Fiori, Tedini, Héctor Cejas, Carlos Díaz, Pedro Magallanes, el “Negro” Ludueña, el “Huevito” Muggione, la “Rana” Valencia y Mario Eduardo Bevilacqua entre otros, quien hace una pequeña reseña. El dato es que Bevilacqua vivió lo mismo dos veces, pues en 1990 bajo la presidencia de Muttoni, el plantel no viajó por deudas, a jugar con Mandiyú en Corrientes.

En 1986 el entrenador era Jorge Pedro Marchetta y el presidente Amadeo Nuccetelli, y un conflicto por el pago de los sueldos hizo que el plantel profesional no se presentara, situación a la que se plegó Marchetta, quien meses después ya en 1987 agarró el timón de Belgrano. El sábado por la tarde, los jugadores comunicaron que no iban a jugar ante el reclamo de los haberes de setiembre y las primas anuales del 70% del grupo, que se encontraba documentada y con un atraso de 90 días. Los que conocieron la intimidad de aquella vez, sostienen que las reuniones con la plantilla las manejaban Oscar Gezzi y Rogelio Egea, lo que debilitó el poder de Nuccetelli.

Los juveniles de Talleres, con Humberto Taborda en el banco de suplentes, viajaron un día después de haber jugado un partido de Cuarta división y salieron a la cancha así: Forneris; Jorge Luis Agüero, Juan Mario Obulgen, Luis Oscar Mammana y Ricardo Daniel Ramírez; Julio Gustavo López, Norberto Cavaller y Claudio Aníbal Núñez; Marcelo Jorge Cavaller, Sanso y Villegas. Luego ingresaron Pablo Juncos y el “Pepe” José Fabián Albornoz.

Apenas Albornoz, Mammana y Obulgen pudieron trascender después de aquello. Precisamente el “Mono”, quien hoy trabaja en la Octava de Talleres fue el capitán.

Ese domingo soleado en Caballito, Roberto Saporiti mandó al terreno de juego a: Vidallé; Fermín Valenzuela, Pavoni, Olguín y Domenech; Videla, Batista y Hugo Hernán Maradona; Castro, Borghi y Ereros. Armando Javier Dely Valdez ingresó en el segundo tiempo, período en donde se retiró lesionado Maradona. Ese Argentinos hizo un pésimo torneo, terminando en la 17° posición y así rememoró ese día Carlos Ereros.

A los 36 minutos, Domenech, Castro y Ereros ya habían sentenciado el partido con un 3 a 0. En el complemento uno de Castro, otro de Borghi, de Videla, de Dely Valdez, de Obulgen en contra más otros dos de Ereros y un par de Olguín le dieron forma a la última gran goleada del fútbol argentino.

Se dijo de todo. Que Argentinos debió haber “perdonado” a los pibes de la “T”. Que la culpa la tuvieron los profesionales. Otros acusaron a los dirigentes por mandar al “horno” a los chicos al no cumplir con los grandes. La ligó la AFA, pues algunos sostenían que debió reprogramar el partido para evitar la desproporción. Y algún que otro futbolero habrá pensado que el espectáculo debe seguir, nunca detenerse a pesar de todo, cueste lo que cueste.

Es increíble, pero el 30 de octubre, cuatro días después del 12 a 0, las partes resolvieron el conflicto pero mientras tanto se expuso a unos pibes que con pocas monedas en el bolsillo, pagaron caro una factura que no era de ellos. Pero el fútbol también trae estas cosas.

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