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Javier Saviola: "El Conejito goleador"

"Fue un goleador de potrero. Un gambeteador de gigantes. Un modelo de deportista serio, respetuoso y profesional." Nuestro homenaje.

13/11/2021 | 13:30Redacción Cadena 3

  1. Audio. Javier Saviola: "El Conejito goleador"

    La Previa

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Javier Saviola fue un conejito que llenó de fútbol y goles las galeras de los mejores y más prestigiosos magos del mundo.

“El Pibito”, crack precoz, veloz y saltarín, convirtió cataratas de goles, sin distinción de camisetas, ni de países.

Saviola fue un definidor excepcional e implacable.

Un futbolista de botín sensible, cuya máxima emoción era provocar que la pelota enamorada le diera besos apasionados a las redes.

Explotó en River, brilló en Barcelona, se destacó en el Real Madrid, fue goleador en el Mónaco, en Italia, en Portugal, en Grecia y ya retirado del fútbol, sigue haciendo goles en el futsal en su actual lugar de residencia, el Principado de Andorra.

Jugó al lado de Ronaldinho, de Aimar, de Messi, de Kluivert, de Hernán Crespo y del “Burrito” Ortega.

Fue campeón Mundial Juvenil en el 2001, en nuestro país, con la Selección de José Pekerman, donde fue el goleador, con 11 goles en 7 partidos.

Javier Pedro Saviola es el máximo anotador en la historia de los campeonatos mundiales Sub 20.

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Con la Selección que dirigió Marcelo Bielsa se consagró campeón olímpico en Atenas 2004, cortando una racha de 52 años sin que el deporte de Argentina lograra una medalla dorada

Convocado por Pekerman jugó una gran primera ronda en el Mundial en Alemania 2006, en el que la Selección fue eliminada en cuartos de final por el local y en definición por penales.

En River fue el socio ideal de Pablito Aimar, juntos compartían un entendimiento telepático y una sintonía con sonido estéreo.

A comienzos de este siglo formó parte de los “cuatro fantásticos” junto a Pablito, Juan Pablo Angel y a su ídolo de siempre: “el Burrito” Ortega.

Fue un centrodelantero distinto, desde su envase pequeño, ganaba en velocidad física y mental, su habilidad y su olfato de gol que le permitió anotar de todas las maneras que el fútbol autoriza en su reglamento.

Javier Pedro Saviola nació en Buenos Aires, el 11 de diciembre de 1981.

Se define como un jugador de potrero, las canchitas improvisadas del Bajo Belgrano fueron testigos de su talento innato, frente a chicos siempre más grandes y fuertes físicamente.

Hijo único, sus dientes expuestos dieron lugar al apodo de “Conejo”.

“El Mono” Burgos fue el encargado de bautizarlo con el apelativo que lo identificó en el mundo el fútbol

El baby, el potrero y la pelota ocuparon su niñez, hasta que a los 15 años llegó a River.

El entrenador de inferiores Gabriel Rodriguez, terminó de formar al crack en ciernes, aunque en un principio, como era demasiado bajito, en la novena y la octava división, como muchos otros, debió resignarse a hacer banco.

Lo cuidaron y lo educaron en River. El ojo clínico de Ramón Ángel Díaz, el técnico “Millonario” lo detectó y le dio la oportunidad en Jujuy, en una tarde de octubre de 1998, en cancha de Gimnasia y Esgrima.

Javier Saviola fue un conejito, que no debutó en una galera de mago, sino de una Tacita de Plata.

River enfrentaba al “Lobo” de esa provincia, se cumplían 15 minutos del segundo tiempo cuando Cristian Castillo sufrió una molestia física. “El Lobo” jujeño se imponía por 2 a 1.

Ramón Diaz, DT del “Millonario”, miró a un pibito de 16 años, 10 meses y seis días que estaba en el banco y lo mandó a precalentar.

Ramón lo llamó y le dijo: “Quiero que estés tranquilo, vos sos muy chico y acá las responsabilidades las tienen todos esos jugadores experimentados que ves ahí, así que andá y mostrá lo que sabes porque yo y los jugadores te bancamos a muerte”.

“Saviolita” cumplió al pie de la letra, entró y anotó su primer gol, el del empate, convirtiéndose en el jugador que marcó en el “Millonario'' con menor edad.

Con 18 años fue campeón con River del Apertura 99 y goleador del torneo, con 15 goles.

Con la banda roja fue bicampeón, al obtener el Clausura del 2000.

En total Javier jugó 136 partidos en River en dos etapas, hizo 58 goles y ganó cuatro títulos.

Después de brillar como campeón y goleador del Mundial sub 20, con sólo 19 años el Barcelona lo adquirió por 36 millones de euros.

“El Barsa” no pasaba por un buen momento, pero Saviola tuvo tres temporadas de muy buen nivel, ganó una Supercopa, convirtió 72 goles en 174 partidos, con un promedio de 0,43 goles por encuentro y se ganó el cariño del público culé.

En 2004 fue cedido al Mónaco donde hizo 17 goles y se consagró como el goleador de la Copa de Francia.

Volvió a España para jugar en el Sevilla con el que obtuvo la Copa UEFA 2006, y como de costumbre fue su goleador.

Regresó a Barcelona, convirtió 3 goles, pero Rijkaard eligió a Eto’o, recuperado de una lesión.

En 2007, tras terminar su contrato con Barcelona, Saviola se fue a jugar al Real Madrid, en lo que fue la noticia de la temporada.

En “el Merengue” no tuvo continuidad, pero cada vez que ingresaba cumplía con su cuota goleadora.

Con el Real Madrid ganó una Liga de España y una Supercopa.

En 2007 fue el máximo goleador de la Copa del Rey.

En 2009 pasó al Benfica de Portugal.

Allí se volvió a encontrar con Pablo Aimar.

Juntos ganaron el torneo local, Saviola se consagró goleador y fue elegido como el mejor jugador de la Superliga portuguesa.

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Luego pasó por Málaga en 2012, un año después jugó para el Olympiakos de Grecia, donde fue campeón.

En 2014 comenzó el ocaso de su carrera, jugó un año en el Hellas Verona, sin mucho éxito.

En 2015 volvió a su River querido. Con el equipo de Gallardo obtuvo la Copa Libertadores y la Suruga Bank, pero no tuvo un buen rendimiento, ya que en 17 partidos no pudo convertir.

Una vez retirado del fútbol se radicó en el principado de Andorra junto a su esposa e hijos.

Allí juega en el fútbol sala, donde ganó cuatro campeonatos consecutivos, en el de 2021 convirtió 40 goles.

Saviola realizó el curso de técnico y se recibió junto a Lionel Scaloni.

Javier Pedro Saviola fue un goleador de potrero.

Un gambeteador de gigantes.

Un modelo de deportista serio, respetuoso y profesional.

“Saviolita” fue un pibito atrevido, veloz y picante.

Pese a su cuerpo esmirriado vistió algunas de las camisetas más prestigiosas y pesadas del mundo, sin que les quedarán grandes.

“Saviolita”, pese a su 1,68 de estatura, siempre estuvo a la altura de los mejores.

Ninguna camiseta le quedó grande.

Saviola es un apellido prestigioso y querido en el mundo del fútbol.

Paradójicamente y en honor a su apellido, Saviola siempre tuvo cabeza de futbolista de élite

Javier Saviola fue un pequeño gigante del fútbol.

Un conejito que llenó de goles la galera de los mejores magos.

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