La increíble historia de una madre que luchó durante 13 años para recuperar a sus hijos

Gabriela Arias Uriburu es una mujer argentina que se hizo conocida en los últimos años por su lucha en recuperar el contacto con sus hijos, mantenidos luego de una relación matrimonial con un hombre de origen jordano.

En diálogo con Cadena 3 y antes de que participara de un encuentro para mujeres en el Orfeo cordobés, la “madre de lucha” -como así la calificaron los medios que siguieron su historia- relató los 13 años de “pesadilla” que vivió, luego de que su pareja secuestrara a los niños y los trasladara hacia Jordania.

Lo que comenzó como un amor de novela terminó en un drama digno de una película de Hollywood.

Todo empezó en su juventud, cuando decidió trasladarse hacia Guatemala para establecer un contacto más fluido con su padre -por aquel entonces embajador argentino en ese país-. Fue en ese marco en que conoció a Imad Mahmoud Mohammad Shaban, un poderoso empresario de origen jordano.

Tras una fuerte amistad, Arias Uriburu y Shaban decidieron emprender una relación sentimental. Pese a los cuestionamientos de ambas familias y de la gente cercana a sus vínculos, la pareja decidió contraer matrimonio.

Con el nacimiento del primer niño, al que llamaron Karim, Gabriela relata que la relación cambió.

“Imad le hizo una pertenencia de la tradición y ahí empezó un camino complicado. Comenzó a llevarlo a una mezquita que había en Guatemala y yo los acompañaba. Era todo muy raro”, recuerda la mujer en su relato, evidenciando una fortaleza espiritual que sorprende.

Con la llegada de los otros dos niños -Zahira y Sharif- la crisis en el matrimonio se acrecentó a niveles incontrolables.

Luego de una denuncia por violencia intrafamiliar que radicó Gabriela ante el Juzgado Segundo en Primera Instancia del Ramo de Familia, guatemalteco, se ordenó al demandado que debía abstenerse de causar “toda clase de molestias físicas y morales, en forma directa o indirecta, personalmente, telefónicamente o a través de interpositiva persona, bajo apercibimiento de que si no cumple se certificará lo conducente a un Juzgado del Ramo Penal para lo que resulte procedente en su contra, debiéndose librar oficio respectivo a la Dirección General de la Policía Nacional Civil, para que se le preste el auxilio y protección necesarios a efecto de hacer efectiva la medida decretada”.

Ante la disposición judicial, Shaban tomó a los niños, los secuestró y los trasladó hacia Jordania.

“Cuando ingresamos en una cuestión judicial, empezó a perseguirse y decidió desaparecer en pleno juicio. Fueron tres meses de incertidumbre, hasta que supimos que estaban en Jordania”, señaló Arias Uriburu.

“La madre de lucha” aseguró que por gestiones del Gobierno argentino pudo reencontrarse con sus niños, pero un años más tarde.

“La visita la manejó el Ministerio del Interior de Jordania. Fueron negociaciones de horas, porque ellos -el gobierno jordano- decían que yo iba a secuestrar a los niños. Usé una estrategia jurídica de Estado: no quería utilizar la misma forma para seguir dañando a los chicos”.

“La reacción de los chicos fue increíble. Llegué a una casa iluminada con hombres en los techos. Mi padre estaba conmigo. Entramos y estaba lleno de hombres, entre ellos, el padre de mis hijos y uno de sus hermanos. La sensación fue de estar frente a una muralla. Me tiré a los pies de los señores y se fueron abriendo hasta que vi a Sharif. Corrió a mis brazos, me dio un beso en la boca, se sentó al frente de todos y dijo: 'por fin llegó mi mamá'”, aseguró Gabriela.

Tras largas gestiones, la mujer pudo recuperar un contacto más fluido con los chicos: ya ha realizado alrededor de 20 viajes a Jordania.

Además, se mostró expectante ante la visita de uno de sus hijos.

Se trata de la jovencita Zahira, quien arribaría a la Argentina en el mes de diciembre próximo. “En 15 días viajo nuevamente y estaré con ellos una semana”.

Y agregó: “Hace un año recién que he vuelto a la vida. Hubo momentos muy duros que debí pasar. Fue un verdadero infierno”.

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