La argentina que fabrica autos de colección desde un pequeño pueblo bonaerense
En Todd, cerca de Arrecifes, Reklus Cars se destaca por su arte en la creación de réplicas de autos de colección. Candelaria Tornquist lidera este proyecto familiar que combina tradición y modernidad.
04/11/2025 | 13:00Redacción Cadena 3
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La Argentina Posible
A pocos kilómetros de Arrecifes, cuna de campeones del automovilismo argentino, se encuentra Todd, un pequeño pueblo donde la pasión por los motores se transforma en arte y precisión. Allí funciona Reklus Cars, una fábrica de réplicas de autos de colección que, en sus 25 años de trayectoria, se ha ganado un prestigio internacional.
Al frente del proyecto está Candelaria Tornquist, cofundadora y directora, quien combina su herencia familiar con su propia visión y entusiasmo por los clásicos. “Reklus es eso: cuando ves uno de nuestros autos, tiene una identificación absoluta con la marca”, explica Tornquist.

Una historia nacida entre motores
Hija de Marcelo Tornquist, primer navegante oficial del equipo Peugeot, Candelaria creció entre motores y competencias. “Desde que tengo uso de razón, criada entre el ruido de motores. En aquel entonces no era tan divertido: mi papá se iba meses por las carreras, pero fue mi escuela”, recuerda.
Su destino quedó sellado cuando conoció a Pini, su marido y socio, también apasionado por los autos. “Él a los 15 años tuvo su primer Ford A. Juntaba mecánicas, piezas, todo. Un día me propuso hacer un auto solo para nosotros, y de ese auto nació Reklus”, cuenta.

Aquel primer proyecto tuvo un toque de destino: quien ayudó a Pini a construir el vehículo fue Jackie Green, nada menos que el exjefe de equipo de Peugeot y, sin saberlo, antiguo jefe de su padre.
De un asado a un cliente en Alemania
El auto, pensado inicialmente para uso personal, fue publicado por un amigo en internet. “A los dos días llamó un alemán interesado. Así empezó todo”, dice Candelaria. Desde entonces, el taller de Todd no dejó de crecer.
Hoy, Reklus Cars fabrica modelos únicos —como la Maserati A6 GCS, el BMW 507 o los míticos Ford Monopostos— para clientes de todo el mundo. “Nos han pedido un BMW 507 desde Dubái por WhatsApp. Nunca vino a Argentina: me transfirió y se lo hicimos. Eso se logra con años de trabajo y confiabilidad”, afirma.
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Artesanía y tecnología al servicio de la perfección
Cada auto es un desafío artesanal. “Trabajamos principalmente con aluminio, un material muy delicado. Todo se hace a mano, desde la carrocería hasta los detalles más pequeños. La precisión es clave, y buscamos que cada vehículo tenga la identificación absoluta de la marca que replica”, explica Candelaria.
“Hemos tenido chicos que vienen a aprender y no logran dominarlo. Es un trabajo artesanal, no mecánico”, explica.
Entre los modelos más destacados que han fabricado se encuentran réplicas de Maserati A6 GCS, Nash, y varios autos de Fangio, incluyendo su icónica Maserati 450 para las 24 horas.

Pero no todo ha sido fácil. Reklus Cars creció en un contexto económico desafiante y sin redes sociales ni canales digitales al principio. Los primeros viajes a exposiciones internacionales, como Retromóvil en París, implicaron grandes costos y aprendizajes sobre la logística y la comercialización internacional.
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Cada réplica parte de planos originales o escaneos 3D de autos existentes, para garantizar dimensiones exactas. “Antes teníamos que mandar a hacer moldes carísimos. Hoy la tecnología permite escanear un auto y reproducirlo con una impresora 3D”, agrega.
El tiempo de producción varía según el modelo: desde tres o cuatro meses para autos sin techo, hasta un año para los más complejos.
“Si llegamos a tener 24 años en el mercado es porque tenemos una responsabilidad con nuestros clientes”, afirma Candelaria.
Resiliencia y legado
La historia de Reklus también está marcada por el dolor. En 2021, Pini falleció en un accidente, y Candelaria debió decidir si seguir adelante o cerrar el taller. “Cuando volví del hospital y supe que él ya no estaba, también supe que iba a continuar. Tenemos una responsabilidad con nuestros clientes y con la historia que construimos juntos”, relata con emoción.
El camino de Reklus implicó sacrificios personales enormes: “Vendimos nuestra casa familiar para seguir apostando al proyecto. Pero todo valió la pena”.
Todd, el pueblo que respira automovilismo
La elección de Todd como base no fue casual. “Queríamos un lugar tranquilo para probar los autos y estar cerca de Arrecifes, donde se respira automovilismo. Acá abrís la puerta del taller y te cruzás con gente como los Pairetti o los Di Palma. Es un pueblo donde todos te ayudan”, destaca Candelaria.
Con una comunidad que acompaña y una pasión intacta, Reklus Cars continúa llevando la bandera argentina a los circuitos del mundo.
El taller de Reklus Cars en Todd refleja esa combinación de tradición y modernidad. Allí se fabrican desde baquets pequeñas hasta réplicas de autos de carrera, con tiempos de producción que varían entre tres meses y un año según el modelo y la complejidad.
Reklus Cars es más que una fábrica: es un símbolo de la Argentina posible, donde la pasión, la precisión y el compromiso se transforman en autos que viajan a todo el mundo llevando consigo la historia y la excelencia del automovilismo argentino.
Entrevista de Claudio Giglioni





