Café, diarios y reinvención: ¿qué hacen hoy los canillitas?
En 2025, los vendedores de diarios y revistas enfrentan el desafío de adaptarse a un entorno donde el papel pierde terreno. Historias como la de Gastón muestran cómo reinventarse se convierte en una necesidad vital en la Argentina actual.
24/05/2025 | 08:57Redacción Cadena 3
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Audio. Gastón: el canillita que reiventó su puesto de diario en Buenos Aires
Buen día Argentina
En la Argentina de 2025, el oficio de canillita —ese que marcaba las madrugadas con el crujir del papel y el perfume de la tinta fresca— enfrenta uno de sus desafíos más profundos: sobrevivir a un mundo que ya no espera el diario en papel para informarse.
Los kioscos de diarios y revistas, esos escaparates verdes que todavía pueblan las esquinas de las grandes ciudades, se resisten a desaparecer. Aunque ya no congregan multitudes ansiosas por conseguir la última edición de El Gráfico o Noticias, algunos canillitas optan por reinventarse. Y en eso, los argentinos tienen experiencia.
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En la esquina del Ministerio de Economía, frente a la Plaza de Mayo, Gastón es ejemplo vivo de esta transformación. "Hay que darle una vuelta de rosca", dice mientras sirve café a un cliente que hojea un diario. Su puesto ya no vive de los titulares: sobrevive gracias al aroma del café recién hecho y los alfajores que endulzan las mañanas de oficinistas y turistas.
"El ser humano está en constante cambio, y esto también", reflexiona Gastón, canillita por herencia. Su suegro lleva 57 años en el rubro, desde un puesto en Corrientes y Alem. Juntos encarnan una especie de resistencia urbana que se niega a bajar la persiana sin antes buscar nuevas formas de subsistencia.
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Durante décadas, ser canillita era sinónimo de progreso. En los años dorados, los márgenes de ganancia alcanzaban hasta un 70% en algunas revistas. No era raro ver colas a las cinco de la mañana en torno al Obelisco o en estaciones como Once y Morón. Llegar primero al diario era, literalmente, marcar la agenda del día.
Hoy el contexto es otro. La información circula en tiempo real por celulares y redes sociales. Los sindicatos como el de los canillitas, aún existentes, han visto desaparecer a sus afiliados, pero no sus estructuras. La paradoja es fuerte: menos puestos, menos trabajadores, pero la misma representación gremial.
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“¿Para qué ahorrás?”, se pregunta Gastón, y se responde: “Para reinventarte, porque estamos en Argentina. Y eso también es una forma de ahorro”. En su rincón de la ciudad, Gastón ofrece un pequeño refugio analógico: leer el diario con un café en mano, aunque sea por unos minutos, sigue siendo un placer que no se reemplaza con un scroll.
Historias como la suya no son una excepción, sino una muestra del ingenio que, frente a la adversidad, convierte la necesidad en oportunidad. En un país donde los modelos económicos cambian con la velocidad de una tapa de diario, reinventarse es más que una estrategia: es una forma de vida.
Informe de Mauricio Conti