“Topos”, la historia de dos espías rusos en Argentina contada por Alconada Mon
El periodista de La Nación presentará su último libro el próximo sábado en Córdoba. En diálogo con Cadena 3, contó todos los detalles de una investigación cautivante.
24/07/2025 | 20:59Redacción Cadena 3
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La Argentina Hoy
Hugo, tu último libro, "Topos", es un relato de no ficción que parece sacado de una novela de espías. ¿Cómo descubriste la historia de estos dos agentes rusos que vivieron en Argentina?
Fue por pura casualidad. En enero de 2023, vi una noticia breve en un portal esloveno que mencionaba la detención de una pareja con pasaportes argentinos, presuntamente espiando para Rusia. Llamé a la vocera de la policía, la fiscalía y el servicio secreto esloveno. Aunque la información estaba limitada por el secreto sumario, esos primeros datos me dieron un hilo del que tiré hasta reconstruir la historia.
¿Qué hacías revisando un portal esloveno? ¿Cómo llegaste a esa fuente?
No hablo esloveno ni sigo medios de Eslovenia. Tengo más de 300 alertas de Google configuradas con apellidos, palabras clave y nombres de empresas. Me avisan sin importar el idioma o el país. Recibo cientos de correos diarios, la mayoría falsos positivos, pero de vez en cuando aparece una joya como esta, con los nombres falsos de los espías: Ludwig Kiss y María Rosa Mayer Muñoz.
Estos espías usaron múltiples identidades. ¿Cómo lograron pasar desapercibidos en Argentina y otros países con las mismas huellas dactilares?
Cada uno usó al menos cuatro identidades, dos de las cuales emplearon en Argentina. Son espías de élite, entrenados para evadir controles. No solo engañaron a Argentina, sino también a Brasil, Uruguay, Colombia, Chile, Alemania y Francia, países con estrictos controles fronterizos. Por ejemplo, él, como Martin Hausmanninger, entró a Brasil, pasó por las Cataratas del Iguazú, cruzó a Argentina, fue a Chile, Uruguay y volvió. Luego, como Gisch, repitió un circuito similar. Esto forma parte de una investigación en curso para determinar si sus viajes eran operativos o simples desplazamientos.
La historia recuerda a la serie "The Americans", donde una pareja de espías rusos finge ser un matrimonio. ¿Estos espías eran realmente pareja?
Sí, eran pareja. Pertenecían al SVR, el servicio de espionaje ruso, heredero de la KGB y de la Cheka, con un programa centenario que evolucionó. Inicialmente, enviaban solo hombres, pero corrían el riesgo de que se enamoraran o fueran delatados. Luego probaron enviar hombres y mujeres juntos, pero podían chocar. Finalmente, optaron por parejas reales para evitar conflictos y maximizar la sinergia. Sin embargo, esto plantea dilemas, como qué hacer con los hijos: ¿se les dice la verdad? Si se les dice, ¿a qué edad? Si no, ¿qué pasa si descubren la mentira? Estos espías enfrentaron esos problemas en Argentina.
¿Qué buscaban espiar en Argentina?
Su objetivo principal era construir una “leyenda”, una identidad falsa como argentinos para luego espiar en Europa. Por ejemplo, un israelí no puede entrar a Irán, pero como “mexicano” sí. Lo mismo hicieron ellos: crearon una fachada argentina. Mientras estaban aquí, también espiaron por oportunidad y método. Por ejemplo, se acercaron a padres de un colegio selecto en Buenos Aires, recopilando información sobre tres mujeres vinculadas a empresas de petróleo, gas e insumos petroleros en Vaca Muerta. En Eslovenia, hicieron lo mismo con un padre ligado a la agencia energética más importante de la Unión Europea, mostrando un interés claro en el sector energético.
A diferencia de James Bond, estos espías buscaban pasar desapercibidos. ¿Cómo lo lograban?
Eran la antítesis de Bond. Nada de smokings o autos lujosos; usaban ropa común, sin logos, y conducían un Volkswagen Gol 1.6, el auto más vendido en Argentina, sin calcomanías. Su meta era ser invisibles, personas que pasan por tu lado y olvidas en segundos.
¿Cómo transmitían la información?
Usaban métodos como el “buzón muerto”: dejar un pendrive en un lugar acordado, como bajo una baldosa en una plaza, para que otro lo recogiera días después sin ser vistos juntos. María Mayer Muñoz lo empleó. También usaban computadoras con tecnología encriptada y antenas de onda corta instaladas en la azotea de su edificio y oficina en Argentina.
¿Reportaban directamente a Moscú o tenían contacto con la embajada rusa en Buenos Aires?
Combinaban ambos. Reportaban al “centro” en Moscú, pero tenían handlers, enlaces que les entregaban dinero o tecnología. Por ejemplo, en EE.UU. descubrieron un handler en Santiago de Chile que viajaba por América Latina para reunirse con espías. Cuando lo detectaron, pasó por Argentina y huyó a Europa.
¿Es común que Argentina albergue espías de varios países?
Argentina tiene relevancia geopolítica, lo que atrae espías con objetivos específicos. La Triple Frontera, compartida con Brasil y Paraguay, es un foco de interés para países como EE.UU., Israel y Alemania por preocupaciones de seguridad. Documentos de WikiLeaks, en los que trabajé, revelaron operaciones encubiertas en esa zona con agentes de nombres reales y ficticios, aunque no los publicamos por razones de seguridad.
¿Cómo funciona el intercambio de información entre servicios de inteligencia?
A nivel de cúpulas, hay cooperación. Cuando los espías fueron detenidos en Eslovenia, el servicio local contactó a Argentina, y agentes de la Dirección de Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad encontraron pruebas que se usaron en el juicio. Estos agentes viajaron a Eslovenia y Londres, y fueron condecorados. A nivel operativo, hay una “convención de Ginebra” tácita: los espías se capturan, pero una vez detenidos, hay ciertos códigos. Por ejemplo, los espías pidieron a los eslovenos no revelar a sus hijos que eran rusos, y estos respetaron el pedido durante un año y ocho meses.
¿Cómo se enteraron los hijos de la verdad?
Los niños vivían en una mentira, creyendo que no tenían abuelos, tíos ni primos, y que sus padres eran un “austriaco” nacido en Namibia y una “mexicana” nacida en Grecia, que se conocieron en Buenos Aires. Solo en agosto de 2024, en un vuelo a Moscú tras el mayor intercambio de espías desde la Guerra Fría, los padres les revelaron sus verdaderos nombres, su verdadera patria y que empezarían una nueva vida en Rusia.
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Presunta estafa. Hugo Alconada Mon, sobre el criptogate: “El caso $LIBRA es menor, pero grave”
El periodista de La Nación dijo a Cadena 3 que no sabe si Javier Milei fue incauto o formaba parte de una asociación para recaudar fondos. De todos modos, señaló: “Quedar como estúpido o corrupto son opciones horripilantes”.
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Actualicemos el caso Libra, la operación fallida de una criptomoneda promovida por el presidente Javier Milei, que causó pérdidas millonarias. ¿En qué estado está?
El caso tiene tres ejes: una investigación criminal en España, otra en Argentina que avanza lentamente, y en EE.UU., una investigación preliminar del Departamento de Justicia y una demanda colectiva en Nueva York, donde se discuten fondos embargados. Hayden Davis busca recuperar esos fondos para devolverlos a Argentina y demostrar que no hubo estafa, pero es difícil que lo logre. Aunque lo haga, Milei enfrenta acusaciones de negociaciones incompatibles con la función pública, por beneficiar indebidamente a privados. Además, se comprobó que Jeff Davis hizo pagos de 500 mil dólares tras reunirse con Milei, y el código alfanumérico que Milei difundió no estaba en internet, lo que evidencia una mentira y plantea preguntas sobre cómo lo obtuvo.
Recomendá un libro para los oyentes.
"Un caballero en Moscú", de Amor Towles. Es una novela ambientada en Rusia, 1921. El conde Rostov, un aristócrata, escapa al paredón por un poema que escribió de joven. Lo condenan a vivir confinado en un hotel: si sale, lo fusilan. La historia, contada desde el hotel, es una maravilla sobre su vida, Moscú y el mundo.
¿Cuándo y dónde presentarás "Topos" en Córdoba?
El sábado, a las 19, en el Centro Cultural Aleph, en calle Alvear 254, al lado de la sinagoga de la capital provincial. La entrada es libre y gratuita, pero la capacidad es limitada, así que lleguen temprano.
Entrevista de Sergio Suppo.




