Jerusalén aguarda la llegada de peregrinos con la Semana Santa a la vista

Jorge Dastis |

Jerusalén (EFE).- Con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, las calles de la Ciudad Vieja de Jerusalén permanecen mayormente desiertas de visitantes, salvo algunas extrañas excepciones que no logran aliviar la angustia de los comerciantes de souvenirs, quienes han enfrentado cinco años de crisis continuas.

"Desde 2020 enfrentamos el impacto de la pandemia de Covid-19; tras un breve alivio, el turismo volvió a caer. En los últimos cinco años, solo hemos tenido un año bueno", compartió Omar, dueño de una tienda de recuerdos cercana al Santo Sepulcro.

El comerciante admite que, si tuviera otra opción, habría abandonado su negocio desde hace tiempo, pero la tienda es su única fuente de sustento.

A pesar de que cada vez hay más vehículos extranjeros en las calles, gracias a la mejora del clima y la reactivación de los vuelos a Israel, la mayoría de los nuevos visitantes son estudiantes o trabajadores extranjeros y sus familias. Esto se debe a que las autoridades israelíes no han permitido que decenas de miles de palestinos de Cisjordania ocupada trabajen en el país desde el 7 de octubre de 2023.

"La situación política impacta en el terreno. Si la situación política no es segura, los turistas tampoco se sienten seguros", reflexionó Omar.

"El problema son los seguros"

"El principal inconveniente son las compañías de seguros", aclaró el sacerdote Joaquín Paniello, del Opus Dei, quien reside en Jerusalén desde hace 15 años.

Paniello confirmó que muchas aseguradoras todavía no ofrecen cobertura para los viajes a Israel, incluso cuando la mayoría de las aerolíneas ya realizan vuelos al país. A pesar de que la situación es delicada, es mucho más estable comparada con la segunda mitad de 2024, cuando existían temores de un conflicto bélico regional debido a las tensiones con Irán.

Algunos viajeros no se sienten cómodos realizando un viaje, aunque sea con fines de peregrinación espiritual, mientras continúan las ofensivas israelíes contra Gaza, que han dejado más de 50.000 muertos hasta el momento.

Los principales perjudicados por esta situación son los cristianos palestinos de Jerusalén, Belén y otras ciudades sagradas de Palestina, quienes han dependido del turismo religioso para mantener sus negocios, como restaurantes, hoteles y tiendas.

"Todos los que han podido, se han ido", lamentó Paniello, al referirse a la cada vez más reducida minoría cristiana palestina.

Pocos turistas

Frente a la entrada del Santo Sepulcro, se pueden observar pequeños grupos de turistas, en su mayoría provenientes de países asiáticos, que toman fotos o comercian con algunos vendedores de recuerdos.

Por dentro, los visitantes no tienen que esperar más que unos minutos para acceder a la tumba vacía de Jesús, a diferencia de los tiempos previos a la pandemia, donde la espera podía llegar a ser de hasta tres horas.

Cerca de la entrada, una pareja de turistas estadounidenses se detiene junto a una de las múltiples tiendas de regalos que pueblan las calles. "Es sorprendente que no haya más gente aquí", comentó Marilyn Wilkinson. "Todo parece normal, los mercados están funcionando y estamos comiendo en restaurantes excelentes…", agregó su esposo, Jim.

La pareja manifestó que tenían ciertas reservas antes de viajar a Israel y decidieron establecer su base en Jordania para explorar la región. "Pensamos que sería una manera más prudente de venir", señaló Marilyn, aunque aclaró que, una vez que cruzaron la frontera, la sensación de tranquilidad es notable.

"Nos sentimos muy seguros" concluyó.

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