El Estrecho de Ormuz: el corazón estratégico del conflicto entre Irán e Israel
Vital para el comercio mundial de petróleo, es un punto de alta tensión en las disputas entre ambos países. Su control y seguridad afectan directamente la economía global y la dinámica geopolítica de Oriente Medio.
23/06/2025 | 11:41Redacción Cadena 3
En el epicentro de las tensiones en Oriente Medio, el Estrecho de Ormuz se erige como un paso marítimo crucial que trasciende su función geográfica para convertirse en un escenario estratégico en el enfrentamiento entre Irán e Israel.
Este angosto canal, que conecta el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán y el Mar Arábigo, no solo es una arteria clave para el comercio energético global, sino también un punto de fricción donde se cruzan intereses económicos, militares y políticos de alto calibre.
El Estrecho de Ormuz, ubicado entre la costa sur de Irán (provincia de Hormozgán) y la península de Musandam (controlada por Omán y los Emiratos Árabes Unidos), tiene un ancho que oscila entre 33 y 95 kilómetros.
Sin embargo, los canales navegables, divididos en dos vías de 3 kilómetros cada una para el tráfico marítimo, son considerablemente más estrechos, lo que lo convierte en un "cuello de botella" natural.
Esta vía es la principal ruta de salida para el petróleo y el gas natural licuado (GNL) del Golfo Pérsico hacia los mercados globales, especialmente en Asia.
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Importancia económica global
El estrecho es una de las rutas marítimas más transitadas del mundo. Según datos recientes, aproximadamente el 20-30 por ciento del petróleo mundial (unos 21 millones de barriles diarios en 2023) y una gran cantidad de gas natural licuado pasan por este canal.
Países productores como Arabia Saudí, Irak, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Qatar e Irán dependen de esta vía para exportar sus hidrocarburos.
Un bloqueo o interrupción, aunque sea temporal, podría disparar los precios del petróleo y desestabilizar la economía global, afectando especialmente a grandes consumidores como China, India, Japón y Corea del Sur.
Un punto crítico
El Estrecho de Ormuz es un factor clave en las tensiones entre Irán e Israel debido a su importancia estratégica y la influencia que Irán ejerce sobre él. Irán, con su extensa costa norte en el estrecho y su control sobre islas cercanas como Qeshm, tiene la capacidad militar de amenazar el tráfico marítimo.
En los últimos años, incidentes como ataques a petroleros, atribuidos a Irán o a sus aliados, y maniobras navales han elevado las preocupaciones sobre un posible cierre del estrecho en caso de escalada bélica.
Israel, por su parte, ve el estrecho como un punto vulnerable en su seguridad energética y económica.
Aunque Israel no depende directamente del petróleo del Golfo, un aumento en los precios globales del crudo debido a tensiones en Ormuz impactaría su economía y la de sus aliados.
Además, Israel mantiene una postura de contención frente a la influencia iraní en la región, lo que incluye operaciones encubiertas y ciberataques contra activos iraníes, algunos de los cuales han tenido lugar cerca del estrecho.
En estos días, las tensiones entre ambos países han alcanzado nuevos picos tras incidentes en la región y la retórica beligerante de ambas partes.
Irán ha reiterado su capacidad para cerrar el estrecho en respuesta a sanciones o agresiones, mientras que Israel, respaldado por Estados Unidos, intensificó su presencia militar indirecta a través de aliados en el Golfo.
La Quinta Flota de EE. UU., con base en Baréin, juega un rol crucial en garantizar la seguridad del tráfico marítimo, pero también aumenta la percepción de amenaza desde Teherán.
Vulnerabilidad y riesgos
La estrechez del canal y su ubicación en una región políticamente volátil lo convierten en un objetivo fácil para interrupciones.
Un conflicto abierto entre Irán e Israel, o entre Irán y los aliados de Israel en el Golfo, podría llevar a acciones como el bloqueo del estrecho, minado de aguas o ataques a buques, como se vio en los incidentes de 2019. Tales eventos tendrían consecuencias devastadoras para los mercados energéticos y el comercio global.
Un tablero geopolítico
Más allá de su rol económico, el Estrecho de Ormuz es un símbolo de poder en la región.
Para Irán, representa una carta de negociación y una herramienta de presión frente a sanciones internacionales y amenazas de Israel.
Para Israel y sus aliados, mantener el estrecho abierto es una prioridad estratégica para limitar la influencia iraní y garantizar la estabilidad económica global.
En conclusión, el Estrecho de Ormuz no es solo un paso marítimo, sino un epicentro de tensiones donde la rivalidad entre Irán e Israel podría desencadenar consecuencias de alcance mundial.
Mientras las potencias regionales y globales vigilan esta frágil arteria, su importancia estratégica sigue siendo un recordatorio de cómo la geografía y la política pueden converger para moldear el destino de la economía global.




