Debilidad, parálisis y otra vez corrupción
Por Sergio Suppo.
07/06/2022 | 12:31Redacción Cadena 3
El 5 de noviembre de 2005, Néstor Kirchner le pidió la renuncia al ministro de Economía Roberto Lavagna, La relación venía bastante mal: era incómoda, no se querían, se desconfiaban. Hasta que Lavagna, ya bastante cansado, declaró que había sobreprecios en la obra pública. Esa denuncia detonó su salida y además instaló una idea que luego se corroboraría.
En muchas causas judiciales que todavía hoy están siendo investigadas y están siendo juzgadas en la Justicia argentina, aparecerían nombres como Lázaro Báez o Cristóbal López. El cuaderno de las coimas, con una larga lista de contratistas del Estado que están involucrados en esa causa, a propósito de la recolección de coimas que el segundo de Julio De Vido hacía periódicamente con un chofer.
En el caso de Alberto Fernández sería la primera vez que hay una denuncia de corrupción por casos de obra pública. Ha tenido un caso ya juzgado grave, que no es estrictamente de corrupción, que es el caso de la fiesta en Olivos. Pero corrupción en la obra pública, sobreprecios otra vez en la Argentina, es grave.
Ese es el punto más oscuro de esta saga que empezó el viernes pasado con Cristina y Alberto Fernández compartiendo un escenario. Cristina otra vez devaluando al máximo la figura de Alberto Fernández, diciéndole otra vez en público que tiene que usar la lapicera. Hasta regalándole una lapicera, como si el Presidente tuviera que seguir soportando al infinito el desprecio que le profesa ya públicamente la Vicepresidenta de la Nación.
Después viene lo de Kulfas. En su carta de renuncia dice que lo que mandó por escrito lo había dicho públicamente. Asegura que lo había dicho en una radio el día anterior y después lo mandó por escrito, procedimiento por otra parte habitual en la guerra interna que hay en el gobierno, que todo el tiempo los funcionarios están hablando con los periodistas en contra de otros funcionarios.




