La última lápida: un país al servicio de un ego
Por Adrián Simioni.
24/01/2019 | 11:59Redacción Cadena 3
Queda una última lápida para el chavismo. No es de carácter legal, pero sí afecta su capacidad para seguir siendo aceptado como gobierno por los venezolanos. Y es su monumental fracaso.
Durante casi 20 años, el chavismo hizo lo que quiso, en pleno uso de la soberanía venezolana. Ningún imperialismo le frenó los caprichos. Aunque miles le advirtieron que terminaría mal.
1- Venezuela produce hoy menos de un cuarto del petróleo que producía antes de Chávez.
2- Aunque le tocó el mayor boom de la historia de los precios del crudo, se superendeudó y muchos de sus bonos están en default.
3-El régimen destruyó la poca economía no petrolera que había: estatizó la siderurgia, la fabricación de aluminio, empresas de alimentos, campos, bancos, cadenas de supermercados y a todo lo destruyó.
4- Chávez y Maduro usaron todo eso para un carnaval continuado de demagogia. Estatizó para congraciarse con trabajadores a los que dejó de exigirles nada. Congeló al absurdo la gasolina y los precios de los servicios públicos para congraciarse con los consumidores.
5- Usó el monopolio del ingreso de dólares (el que le dio la estatal PDVsa) para jugar al TEG. Compró gobiernos y presidentes que agarraban lo que Chávez les regalaba a cambio de firmar la adhesión a una interminable serie de sellos (Unasur, Petrocaribe, etc).
Chávez fue quien puso toda la riqueza de un país al servicio de su propia egolatría. Y Maduro terminó de hipotecarlo para sostener algo que ya no tiene arreglo.






