Paradigma nacional: se hizo mal todo lo que se debió hacer bien
17/07/2024 | 08:40Redacción Cadena 3

Los argentinos somos especialistas en hacer las cosas mal, pudiendo hacerlas bien.
El atentado a la Amia es la más dolorosa demostración de ese precepto que nos persigue desde hace décadas.
La investigación judicial del mayor ataque contra objetivos judíos ubicados fuera de Israel desde la Segunda Guerra Mundial es el arquetipo de ese concepto.
Desde un comienzo, la pesquisa siguió un derrotero plagado de irregularidades. Cada una de las versiones tuvo su contra versión, para que todo quede bajo sospecha pero nunca sirva de respuesta a las víctimas.
Desde un principio, todo apuntó a que jamás se sepa la verdad y que los autores queden impunes.
Los expedientes judiciales no llevan a ningún lado, como si desde un inicio ese fuera el objetivo buscado. Y no hay margen para dudar que así haya sido.
Como si las víctimas y sus familiares fueran marionetas de un juego macabro, mientras el titiritero nunca sale a la luz y se mueve en la corrupta oscuridad.
A 30 años, muchos argentinos ya no saben qué ocurrió aquel 18 de julio de 1994. Un manto de indiferencia parece inducir a la desmemoria colectiva.
Pero no se acallan las voces de los damnificados, que retumban una vez por año: cada 18 de julio. Ese repetido grito de dolor sigue pidiendo justicia y memoria.
Aquel ataque ya no sólo es un brutal atentado terrorista.
Es la peor y más maloliente mancha de la Justicia argentina, que hizo todo mal lo que debió hacer bien.
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