Un cordobés en el cónclave: así fue la increíble experiencia del cardenal Rossi
Un encuentro único en Córdoba reunió al Arzobispo Ángel Rossi, el padre Javier Soteras y los periodistas de Cadena 3 que cubrieron la muerte de Francisco y la elección del nuevo papa.
13/06/2025 | 17:03Redacción Cadena 3
Un encuentro único en Córdoba reunió al Arzobispo Ángel Rossi, el padre Javier Soteras y los periodistas de Cadena 3 que cubrieron la muerte de Francisco y la elección del nuevo papa, para desentrañar el corazón del reciente cónclave y el legado de Francisco, revelando el "proceso espiritual y humano" que marcó la elección del Papa León XIV y los desafíos de la Iglesia que viene.
El pasado 10 de junio, el Auditorio Diego de Torres de la Universidad Católica de Córdoba se convirtió en el epicentro de una profunda reflexión sobre el presente y el futuro de la Iglesia. Bajo el título "De Francisco a León XIV: El futuro de la Iglesia", un conversatorio excepcional invitó a desentrañar los misterios y las vivencias del reciente cónclave.
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Con la presencia indispensable del Cardenal Ángel Rossi S.J., arzobispo de Córdoba y participante directo en la elección papal, junto al padre Javier Soteras, director de Radio María Argentina, y los periodistas de Cadena 3, José María "Chema" Forte y Marcos Calligaris, quienes cubrieron el histórico evento en el Vaticano, se abrió una ventana íntima a la transición de un pontificado a otro. Como señaló el rector de la Universidad Católica, Andrés Aguerre, al inicio del encuentro, "ya sabemos cómo terminó esta historia, conocemos el final", pero el propósito era comprender "el proceso espiritual y humano que se ha dado en este tiempo", un camino que entrelaza el misterio y las realidades más palpables de la fe.
De la Orfandad a la Capilla Sixtina: Las vivencias del Cardenal Rossi
Para el Cardenal Ángel Rossi, el reciente cónclave fue una experiencia completamente inédita. "Era totalmente novato", confesó, admitiendo que, antes de la elección, no tenía ninguna certeza sobre el desenlace. Sus días en Roma comenzaron con la conmoción generalizada por la partida del papa Francisco. "La verdad que la sensación que uno tenía era de dolor y diría yo de sensación o sentimiento profundo de orfandad, no solo uno mismo sino en general", relató.
El cardenal se detuvo en la expresión de duelo de la gente sencilla y los discapacitados que se acercaban al féretro, y en el sentir de los empleados de Santa Marta y los guardias suizos: "No se nos murió el papa se murió mi padre", dijo uno de ellos, relató. Este luto global, comparable al vivido tras la muerte de Juan Pablo II, contrastaba, según Rossi, con la paradoja argentina: "posiblemente somos los que más lo hemos maltratado a Francisco… los que más lo hemos juzgado", sin haber aprovechado su liderazgo global para el mundo y la Iglesia.
Previo al cónclave, las Congregaciones Generales reunieron a los cardenales en sesiones diarias, un espacio para que muchos desconocidos entre sí compartieran sus "experiencias de iglesia muy fuerte" provenientes de lugares tan diversos como "el desierto, de la sed, de la guerra". Entre los testimonios más impactantes, Rossi destacó el del limosnero, un cardenal polaco (Konrad Krajewski) a quien Francisco envió a Ucrania con ambulancias, pidiéndole incluso que durmiera y condujera una de ellas. Este gesto de caridad, que movilizó a los fieles a donar para diez ambulancias más, resaltó el compromiso de Francisco con los más vulnerables y la continuidad de esa misión.
El padre Javier Soteras añadió que, durante estas reuniones, la intervención del cardenal Rossi fue tan impactante, que "algo se abrió del proceso hacia dónde iba la elección", e incluso "le empezaron a venir a pedir los cardenales lo que había dicho".
El aislamiento al entrar al cónclave en Santa Marta fue total. "Te escaneaban todo, hasta… te sacaban la computadora, te sacaban el telefonito, así que quedabas en tu cuarto mirando al techo sin saber qué hacer", describió Rossi, señalando la ironía de volver a vivir como "antes". Sin ventanas que se abrieran, "no te quedaba otra que rezar o dormir", relató con una sonrisa.
Dentro de la Capilla Sixtina, el ritual de la votación se desarrolló con solemnidad, contó. El juramento frente al "Juicio Final" de Miguel Ángel, con su representación del infierno, servía como un recordatorio de la inmensa responsabilidad. "Cuidado, porque además ahí hay cardenales también", bromeó Rossi.
Cada votación implicaba romper las papeletas y quemarlas en estufas para la fumata, tarea que debía ser realizada por un cardenal. En medio de este proceso, Rossi compartió una experiencia personal de gran intensidad: "toqué la puerta de la apostasía y la puerta de la fe, los dos extremos en una hora". Sin embargo, la certeza de que "el Espíritu Santo no se ha jubilado" prevaleció, guiando el discernimiento colectivo. Al alcanzarse los 89 votos necesarios, un "aplauso cerrado" resonó, seguido de una "alegría, una especie de consuelo muy fuerte". La elección de León XIV, cuyo nombre inicialmente sorprendió, generó una "consolación general", confesó Rossi: "Ahí lloramos más de uno".
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El nuevo Papa. El cardenal cordobés que sorprendió en el cónclave con su intervención
El padre Javier Soteras, director de Radio María Argentina contó que el secretario del Papa León XIV solicitó una copia del discurso del arzobispo de Córdoba.
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Tras la aceptación pública y el retiro del nuevo papa a la "capilla de las lágrimas" para un momento de oración y discernimiento personal, cada cardenal le rindió obediencia. Finalmente, la aparición en el balcón de la Plaza de San Pedro fue una "explosión de gozo" para la multitud reunida, recordó Rossi.
León XIV: La huella de Francisco y el camino de la humanidad
Al mirar hacia el nuevo pontificado, el cardenal Rossi enfatizó que León XIV no debe ser un "clon de Francisco", sino alguien que "aproveche la huella que abrió Francisco". Lo describió como un hombre "más sobrio, más tradicional", pero "muy escuchador", con quien compartió mesa durante dos meses en un sínodo: "silencioso, reflexivo, pero a la vez cuando hablaba, lo hacía con claridad".
Las prioridades del nuevo Papa coinciden con las de Francisco en los "temas de corazón": la paz y la migración, sostuvo. Rossi relató también cómo la tristeza de Francisco por la falta de paz en Gaza y Ucrania, donde llamaba al párroco argentino cada tarde, pudo haber contribuido a su deterioro físico. León XIV también ha ratificado el camino de la sinodalidad, desmintiendo expectativas de un retroceso, señaló.
Ambos Papas, según Rossi, ponen "en el centro la persona", especialmente la sufriente, volviendo a lo radical del Evangelio. Esta mirada se extiende a "gente que no son de los nuestros", aquellos a quienes Francisco daba una atención profética. El cardenal citó el ejemplo de un laico, invitado al sínodo por el Papa, que rescataba migrantes en el mar y que, tras salvar a un niño, sintió que "allí estaba Cristo y que tenía que volver a la iglesia". Otra anécdota incluyó delfines que, según este hombre, los guiaron hacia una barcaza de náufragos, demostrando que "a veces no siempre el Espíritu Santo se manifiesta en forma de paloma".
Estos gestos de cercanía y humanidad, como Francisco llevando una silla y un sándwich a un guardia suizo, o continuando la ayuda a mujeres pobres de su antigua parroquia, son la esencia que Rossi ve en León XIV, quien, aunque con otro estilo, comparte el mismo "sentido de humanidad", recordando que "antes de ser cristianos, tenemos que ser humanos". A pesar de las "miserias humanas" y la "ambición de poder" presentes en la Iglesia, Rossi concluyó que "lo lindo es eso, ver que que la gracia va más allá de todos esos límites nuestros", manteniendo viva la imagen agustiniana de una Iglesia "santa y prostituta a la vez". "Lo dijo San Agustín, no se enojen conmigo", aclaró.
Miradas y desafíos: la Iglesia desde la perspectiva periodística y pastoral
El padre Javier Soteras, director de Radio María y párroco de la Catedral de Córdoba, profundizó en el legado de Francisco, afirmando que "puso la iglesia de cara a su principal misión que es el ejercicio de la caridad y los pobres en el centro". Resaltó que el papa argentino "desató muchos procesos", priorizando el tiempo sobre el espacio y los procesos sobre los hechos puntuales. La sinodalidad, "la gran obra de Francisco", busca romper el esquema del clericalismo y el poder centralizado, fomentando el discernimiento comunitario.
Soteras también reflexionó sobre las tensiones internas en la Iglesia, con sectores que buscaban "volver la vista hacia atrás", lo que consideró "un poco antievangélico" ante la "agresividad de Francisco y los líos que él hizo".
Desde la trinchera periodística, José María "Chema" Forte, con la experiencia de múltiples coberturas vaticanas, destacó la presencia de Cadena 3, una "radio que siempre ha estado en los momentos clave de la Iglesia católica". Forte subrayó la necesidad de mirar el pontificado de Francisco "con un telescopio", ya que "el papa Francisco visto con un telescopio ha sido gigante y no se queden con el microscopio de lo pequeño". La Iglesia, según Forte, ha logrado "recuperar jóvenes" y "personas que se sentían excluidas" gracias a Francisco.
Los periodistas también compartieron las particularidades de cubrir un evento de esta magnitud. Marcos Calligaris, compartió los desafíos de trabajar en tiempos de IA en un evento cubierto por medios de todo el mundo. En ese punto, Chema Forte relató la lucha contra la "especulación, el espectáculo y en la fake news", usando como ejemplo la noticia falsa de que Francisco tenía solo "100 dólares en su cuenta corriente". Ambos coincidieron en la paradoja de un evento que, en la era digital, aún dependía de "señales de humo" para el anuncio del nuevo papa, demostrando que "cuando nos queremos comunicar, es posible comunicarse". En cuanto a una posible visita de León XIV a Argentina, el arzobispo Rossi se mostró optimista: "Sí va a venir, no creo que sea este año, no sé cuándo, pero estoy seguro de que se dará su vuelta latinoamericana". Soteras, sin embargo, enfatizó que debe ser una "visita pastoral" coordinada con la Conferencia Episcopal, y no solo una cuestión de Estado.
El encuentro en Córdoba permitió asomarse a los pormenores de un momento histórico y al mismo tiempo ofreció una reflexión sobre la vida de la Iglesia. Soteras concluyó que, en medio de las "miserias" propias de toda institución, existen "la belleza de la iglesia en su esplendor" y testimonios impactantes, como el de un cardenal chino que estuvo quince años preso, o el arzobispo de Jerusalén que ofreció su vida por un rehén de Hamas, como contó el cardenal Rossi. Gestos de una "riqueza humana bellísima" que superan cualquier límite.