La batalla judicial para que no quede impune el infierno pedófilo en Viamonte
El juez de Control le dio la razón al fiscal y negó la prescripción en la acusación contra un exmilitar acusado de generar imágenes de abuso sexual infantil. El extraño rol de un exintendente.
31/07/2025 | 11:26Redacción Cadena 3
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Audio. La impresionante cacería que permitió atrapar en Córdoba a un presunto pedófilo
Ahora país
El infierno silenciado en la pequeña población de Viamonte, al sur de la provincia de Córdoba, ha generado una intensa batalla judicial.
El exoficial del Ejército José Antonio Maidana (73), quien fue jefe de una de las compañías del Batallón de Comunicaciones 181 de Bahía Blanca entre las décadas de 1970 y 1980, y tuvo a su cargo el denominado grupo "antiguerrilla", que intervino en crímenes del terrorismo de Estado en la región, caso por lo que ahora es juzgado, acusado de delitos de lesa humanidad, enfrenta otra fuerte causa: haber generado durante años, en ese pueblo, material de abuso sexual infantil.
En marzo último, Cadena 3 reveló una investigación que no deja de impactar. Se trató de una cacería internacional que comenzó en 2014, cuando Interpol encontró miles de imágenes de niños abusados en la computadora de un pedófilo australiano.
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Abuso sexual infantil. La impresionante cacería que permitió atrapar en Córdoba a un presunto pedófilo
Los casos habrían ocurrido hace 20 años en Viamonte, al sur de la provincia. Una fotos encontradas por Interpol en Australia generaron una investigación que impacta. El detenido es un exmilitar.
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Se trató de un trabajo silencioso e implacable: asomarse a semejante espanto para descubrir las huellas imperceptibles que habían dejado los perpetradores. Detectives internacionales que tuvieron que enfrentarse a esas imágenes con un objetivo concreto, cazar a los abusadores.
A los pocos meses, en otro operativo internacional contra la generación y distribución de este tipo de imágenes que consumen los pedófilos, se hallaron más fotos y videos en poder de un pervertido que vivía en Israel.
Durante años, los investigadores fueron seleccionando las imágenes por países. Así, se fijaban en detalles que podrían ser insignificantes para cualquier ojo, pero que en este caso adquirían un valor fundamental.
En una imagen, contaron las fuentes consultadas, se veía a una de las niñas abusadas con un mate.
En otra, lograron identificar, al fondo de la foto, un shampoo. Con programas informáticos especiales, fueron ampliando las imágenes, hasta que advirtieron que había sido elaborado en una industria argentina.
La marca de un pequeño ventilador de piso también dio un indicio en esa dirección.
En otra foto, lograron observar un pequeño almanaque en el que se observaba la caricatura de un gaucho.
Fueron en total, 392 imágenes que tenían "rasgos argentinos", según se desprendió de esta minuciosa investigación.

Ante esto, Interpol seleccionó este conjunto de imágenes del total secuestrado y las remitió a la Argentina. Las recibió, en 2022, el Fiscal General a cargo de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia -Ufeci-, Horacio Azzolin.
Fue entonces que comenzó la segunda etapa. Había fotos de niñas de hacía más de una década que se presumían que habían sido tomadas en algún punto del país. ¿Cómo identificar hoy a ellas para luego ir a atrapar al pedófilo que las había abusado?
Azzolin convocó a la División Delitos Cibernéticos contra la Niñez y Adolescencia de la Policía Federal Argentina (PFA) y les mostró la base de datos de las imágenes de explotación sexual infantil que les acababa de remitir Interpol.
Los peritos federales tomaron las imágenes de aquellas niñas abusadas (de entre 12 y 17 años) y las insertaron en un software que permite identificar rasgos físicos en la actualidad, cotejando con la base de datos del Registro Nacional de las Personas (Renaper).
De esta manera, tiempos después los agentes volvieron a la fiscalía de Azzolin y le entregaron 10 presuntas coincidencias. Aquellas niñas, le mostraron, hoy eran estas mujeres. La mayoría, continuaba viviendo en Viamonte, el pequeño pueblo de dos mil habitantes perdido en el mapa al sur de la provincia de Córdoba.
Ante esta evidencia, en abril del año pasado, Azzolin remitió este conjunto de imágenes, más el cotejo de la Policía Federal, al fiscal de Cibercrimen de Córdoba, Franco Pilnik.
La causa se tornó aún más compleja. Había que investigar en un lugar donde todos se conocían, pero llamativamente nadie había dicho nada hasta ahora.

¿Cómo presentarse hoy ante aquellas niñas que habían callado semejante espanto? ¿Cómo evitar revictimizarlas y, al mismo tiempo, lograr conseguir los datos para atrapar al pedófilo? ¿Quiénes más estaban al tanto de toda esta historia?
Pilnik trabajó en silencio, con cautela y a paso firme. Fue robusteciendo aún más la información sobre aquellas fotos halladas en Australia, una década antes. Las mismas imágenes que luego aparecieron en otra computadora de Israel y que en los últimos tiempos fueron encontradas en celulares de pedófilos de más países europeos. Un delito que nunca dejó de reproducirse durante todos estos años.
Los investigadores llegaron a Viamonte, hablaron con seis de las víctimas y varias de ellas se animaron a romper el silencio: señalaron Maidana, aquel vecino que pronto se había ganado el reconocimiento de varios y que decía dedicarse a la fotografía por "hobby".
Contaron de sus falsas promesas, de cómo se aprovechaba de la inocencia de ellas para ofrecerles una sesión de fotos para "modelaje" o "trabajos menores", momento en el que aprovechaba para exigirles que se quitaran la ropa, según declararon.
La vivienda, que ya no habita Maidana, fue identificada y allanada. Los peritos lograron encontrar las mismas habitaciones que se veían en las fotos que aún viajan por diversas computadoras de pedófilos.
El exmilitar ya vivía, a esa altura, en un departamento de calle Independencia, en Nueva Córdoba, de la Capital. En 2020, en medio del proceso judicial por los crímenes de lesa humanidad, había logrado, con la excusa del Covid, que le dieran prisión domiciliaria.
El 20 de diciembre pasado, los investigadores de Cibercrimen llegaron hasta allí y lo llevaron a la cárcel de Bouwer. La acusación es un glosario del infierno: abuso sexual por aprovechamiento de la inmadurez sexual de la víctima; producción de material de abuso sexual infantil agravada y promoción de la corrupción de menores agravada. En, al menos, 11 casos.
Maidana permanece preso desde entonces. En febrero, cuando fue conducido a la fiscalía, para someterse a una declaración indagatoria, reconoció ser consumidor de páginas en las que se subían imágenes de pedofilia, dijo que jamás distribuyó las imágenes, sino que fue "hackeado", y sobre la producción de las mismas, nunca negó la acusación: se limitó a subrayar que todo ya estaría prescripto.

El fiscal Pilnik comenzó entonces una ardua batalla legal para intentar mantener activo el caso. Los primeros casos detectados habrían ocurrido entre 2004, 2005, 2009 y 2011.
Recién en 2011 se aprobó en Argentina la ley 26.705 (conocida como la "ley Piazza") que extiende los plazos de prescripción para los delitos de abuso sexual infantil: comienza a correr a partir de la mayoría de edad de la víctima, permitiendo que las denuncias se realicen más allá de la edad en que se cometió el delito.
En 2015, la ley fue modificada para que el plazo comenzara a computarse desde el momento en que la víctima realiza la denuncia, una vez alcanzada la mayoría de edad.
Maidana y su defensa insistieron en que no se podía aplicar la ley "hacia atrás". No obstante, Pilnik fue agregando, en estos meses, más datos. Se encontró una nueva víctima, que habría sido abusada en 2013 y, además, insistó con que los nuevos delitos iban postergando los plazos de prescripción de los anteriores, además de encuadrar todo este espanto como un caso de "lesa humanidad".
El juez de Control Agustín Cafferata terminó por denegarle el pedido al acusado. Apuntó que por ahora no se puede opinar si el caso está prescripto o no, ya que aún se está investigando, lo cual hace surgir nueva evidencia, más cercana en el tiempo.
Esto, apuntó el magistrado,"impide asegurar con certeza que la acción penal ha fenecido y torna conjetural la afirmación de que los anteriores delitos no han sido seguidos de otro (u otros) que impidan su prescripción, tal como efectivamente se corroboró en la continuidad del análisis de las imágenes luego de la primera intimación procesal".
Maidana continuará preso. Y la causa, activa.
Pero esto no es todo. En medio de la investigación, se corroboró que el exmilitar durante todos estos años continuó en contacto con una víctima, a la que le giraba dinero de manera periódica. Cuando fue detenido en diciembre pasado, se lo obligó a no contactarse más con ninguna de aquellas niñas, hoy mujeres.
No obstante, semanas después, la investigación descubrió que un exintendente de Viamonte entre 1983 y 2003, Juan José Giesenow (también exdirector del Pami en Santa Cruz) , había comenzado a contactar a esta joven, a la que le giraba dinero presumiblemente de parte de Maidana.
Ante esto, a Giesenow se le secuestró el teléfono celular y, si bien no ha sido imputado, también se le prohibió acercarse a esa mujer.




