Diego Lagomarsino describió su experiencia con la tobillera electrónica
"Usar tobillera era un karma constante frente a mis amigos, mi familia, mis hijos. Me destruyó”, dijo el perito informático procesado por la muerte de Nisman.
18/06/2025 | 09:30Redacción Cadena 3
Diego Lagomarsino, el perito informático involucrado en la causa sobre la muerte del exfiscal Alberto Nisman, expresó que durante los tres años que estuvo obligado a usar una tobillera electrónica, la experiencia fue comparable a una tortura. En sus declaraciones al programa “Sin corbata” de Radio Splendid, enfatizó que esta situación lo afectó profundamente y lo llevó a sentirse personalmente destruido.
El perito sostuvo que, en su caso, ser monitoreado con esta tobillera constituyó un constante karma frente a su entorno más cercano, incluyendo amigos, familiares e hijos. Lagomarsino se declaró completamente inocente de los cargos que se le imputan y subrayó cómo su vida se tornó difícil debido a la opinión pública y a la imposición del dispositivo.
Su comentario surgió en el marco de la reciente decisión del Tribunal Oral Federal 2, que le otorgó prisión domiciliaria a la expresidenta Cristina Kirchner, con la misma exigencia de utilizar una tobillera electrónica como medida de monitoreo. Lagomarsino observó que, en casos de personas notorias, el propio nombre se convierte en una especie de tobillera mediática. Tomando como ejemplo a Cristina Kirchner, mencionó que, dada su notoriedad, es imposible que pase desapercibida por quienes la conocen.
Recordó que fue en 2017 cuando lo procesaron, basándose únicamente en una pericia de Gendarmería que indicó que Nisman había sido "asesinado". Lagomarsino portó la tobillera desde entonces hasta el 2020, cuando finalmente se la retiraron. Nunca dejó de insistir en su inocencia, argumentando que el uso del dispositivo lo humilló y le provocó un gran desasosiego.
“Para mí fue una tortura”, continuó diciendo. "Si uno es un criminal, puede ser que la tobillera sea una forma de eludir prisión, pero yo soy absolutamente inocente”. Lagomarsino, quien trabajaba como técnico informático en la fiscalía de Nisman hasta el trágico suceso en enero de 2015, también comentó que el dispositivo que utilizó le permitía un desplazamiento en un radio de 100 kilómetros desde su hogar.
Finalmente, expresó que la tobillera le resultaba incómoda por sus materiales, a pesar de que se afirmaba que eran hipoalergénicos. La fricción constante con su piel llegó a causarle molestias significativas, lo que la llevó a calificarla como una tortura más mental que física, resaltando que era sumamente desagradable de llevar.