"Una madre perfecta", de lo mejor que trajo junio
La producción resuelve en sólo cuatro capítulos dudas existenciales y un conflicto judicial originado en un sangriento crimen.
06/06/2022 | 10:41Redacción Cadena 3
Por María Rosa Beltramo
Basada en “Llamada a medianoche”, de la escritora estadounidense Nina Darnton, Netflix ofrece “Una madre perfecta”, una miniserie belga que en apenas cuatro episodios se anima a plantear, entre otras cuestiones, que a veces la realidad no tiene nada que ver con lo que creemos, que por más empeño que se ponga la maternidad es una empresa compleja y también -y sobre todo- que la justicia a veces es una utopía.
Hélène Berg (Julie Gayet) se llama la mujer del título. Se trata de una francesa que pasa apenas los 40 años y vive muy cómoda ¿y feliz? en Berlín junto a su marido alemán, el cirujano Matthias (Andreas Pietschmann), y su hijo Lukas (Maxim Driesen), sin sobresaltos hasta que un día una llamada de su hija Anya (Eden Ducourant), que vive y estudia en París, pone el universo familiar patas para arriba.
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Al principio todo es agitación y palabras confusas , pero al final la triste afirmación se abre paso y Hélène entiende que su hija la necesita porque un conocido apareció muerto y la joven está implicada de alguna manera que, a la distancia, no está muy clara.
La sinopsis con la que Netflix muestra algo del argumento pero esconde lo esencial dice que, la protagonista es “una madre decidida a demostrar la inocencia de su hija, que termina descubriendo que la verdad duele… y que los límites entre víctima y victimario, a veces, se confunden“.
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Lo cierto es que de inmediato la madre se traslada a París, donde se entera que Anya es la principal sospechosa en el asesinato de Damien Carnau, heredero de una gran fortuna. Y se está reencontrando con su hija cuando ve por la tele que la madre de la víctima anuncia que está dispuesta a remover cielo y tierra para dar con los homicidas y hacerles pagar su crimen.
Hasta ahí parece un policial convencional. Pero no, hay detalles que vuelven a la historia muy interesantes en varios sentidos. Primero, Hélène necesita el auxilio y consejo de un abogado y justo se cruza con Vincent (Tomer Sisley), un ex amor de la época de la universidad que, a todas luces, mantiene vivo el interés por su ex compañera que emigró hace un par de décadas a Alemania y que ahora el destino acerca en modo desvalida y necesitada de afecto.
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Mientras tanto “Una madre perfecta” crece en interés y en suspenso porque Anya tiene explicaciones para todo pero su versión de los hechos sufre pequeñas o grandes transformaciones en función del interlocutor de turno. La jovencita llora ante su madre y se mantiene muda ante la policía y proporciona, a regañadientes, un par de pistas que le reclama el abogado.
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La serie dirigida por Frédéric Garson incluye también una sub trama que muestra el revés de la trama de una vida familiar que parecía idílica y resulta que deja muchísimo que desear. Y todo eso mientras avanza la investigación y la madre perfecta del título empieza a cuestionarse su rol y, sobre todo, la forma cómo lo estuvo ejerciendo.