Una joyita conmovedora que nominaron al Oscar y llegó al streaming

Por Francisco Vidal.

La idea de un caracol parlanchín con un ojito y unas zapatillas pegadas como base para una película puede parecer absurda. Pero gracias a la simpleza de una historia tan tierna como conmovedora, "Marcel, el caracol con zapatos" logró ser nominada al Oscar como Mejor película de animación.

Más allá del intrascendente hecho de que no le pudo ganar a Pinoccho de Guillermo del Toro (Netflix), vale la pena ver acercarse a este film que estrenó hace poco tiempo en HBO Max. 

Dirigida por Dean Fleischer-Camp, cuenta cómo un director de cine (él mismo) llega a una casa de alquiler temporal en la que encuentra a Marcel, este pequeño caracol que habla -con la voz de Jenny Slate- y vive con su abuela -Isabella Rosellini-.

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Es así que vemos cómo el realizador empieza a grabar un documental en el que Marcel le cuenta que antes vivía con toda una familia de caracoles en ese hogar, que antes pertenecía a una pareja. Pero la separación de estos enamorados hizo que se quedara prácticamente solo. Al mismo tiempo, los videos del caracol que su nuevo amigo sube a YouTube lo vuelven cada vez más famoso.

Bajo un relato inocente y tierno, las pequeñas cosas recuperan importancia en esta historia en la que vemos cómo los espacios que habitamos muchas veces guardan grandes momentos y no nos damos cuenta.

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Con animación stop motion sólo para los caracoles y bajo la premisa de ser un falso documental -la ficción simula que hay un documental-, Fleischer-Camp logra en la cinta que distribuyó A24 un registro pequeño y sumamente original.

La importancia de la soledad, la pérdida, la alienación de las redes y, sobre todo, la gran diferencia entre un grupo y una comunidad son algunas de las premisas que se abordan aquí con especial sutileza. 

"Marcel..." demuestra en una hora y media que la grandilocuencia no es siempre necesaria para llegar al corazón.