"No miren arriba": una sátira tan real que asusta
La película de Adam McKay propone un escenario en el que dos astrónomos descubren que un asteroide destruirá la Tierra, pero a pocos les importa. Nuestro comentario.
27/12/2021 | 14:57Redacción Cadena 3
Por Francisco Vidal
Escribir a favor de "No miren arriba", la última película de Adam McKay protagonizada por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, es un desafío similar al que propone su trama. Horas después de su estreno, las redes sociales se llenaron de opiniones favorables y críticas, llenas de ese fervor violento que suele acompañar a algunas plataformas como Twitter. Lo curioso es que es justamente ese uno de los tópicos que propone en sus cerca de dos horas y media de duración.
La premisa es desde el inicio atractiva: la joven astrónoma Kate Dibiasky (Lawrence) descubre un cometa, pero minutos después se da cuenta junto a su profesor Randall Mindy (DiCaprio) que es un asteroide que destruirá la Tierra en seis meses.
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Con trabas burocráticas desde el arranque, los especialistas buscarán de la mano del líder de Defensa Planetaria de la NASA (Rob Morgan) convencer en primer lugar a una presidenta con aires trumpianos (Meryl Streep), y luego a la gente, a través de los medios, de que el asunto es realmente de vida o muerte. Pero la estrategia no es para nada fácil: el alarmismo no parece ser el camino para un mundo que se toma el asunto bastante a la ligera.
"No miren arriba" propone una sátira sobre la sociedad actual enfocada principalmente en el concepto de la posverdad: sólo creeré lo que pienso y reforzaré mis creencias a cualquier costo; cualquier pensamiento que lo cuestione debe ser destruido. Combina de esta manera elementos del cine catástrofe con la comedia. Sin embargo, las risas aparecen sólo en algunos pasajes.
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Pese a que por momentos ofrece un tratamiento algo plano, obvio y esperable sobre estos cuestionamientos a sectores radicalizados amantes de las teorías conspirativas, en otros se las arregla para darle una visión fresca y novedosa a la cuestión.
McKay presenta con eficacia los fenómenos actuales de la viralización instantánea, la destrucción a través de las redes y los gurúes informáticos estilo Elon Musk que pueden llegar a tener más poder de decisión que un presidente.
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Los tiempos de la política y de los medios se muestran así ajenos a la urgencia que puede implicar para un científico -o para toda persona cuerda- lo que significa que un asteroide se dirija directo hacia el planeta.
DiCaprio y Lawrence transmiten la emoción a flor de piel en papeles con los que demuestran que son una apuesta segura a lo mejor de la actuación. La presencia de Timotheé Chalamet, la gran joyita de Hollywood, parece sin embargo algo forzada y se desluce en el poco tiempo en el que está. Algo similar ocurre con Jonah Hill, quien hace del hijo e inútil jefe de Gabinete de la Presidenta. Quizás es el problema de juntar a tantas estrellas.
Meryl Streep muestra su siempre vigente versatilidad y la impronta de mujer fuerte que suele dar a sus trabajos. Las estrellas musicales Ariana Grande y Kid Cudi -una inclusión más que oportuna- completan el elenco coral que también tiene a Cate Blanchett y a Ron Pearlman.
La hipocresía detrás de ciertos personajes, el consumo voraz y los cambios que pueden generar la fama en una persona "común y corriente" son otras de las varias cuestiones contemporáneas sobre las que reflexiona "No miren arriba", un film que no es inolvidable, pero cumple con lo que se propuso. A no perderse la escena poscréditos: uno de los mejores momentos del largometraje.





