Sobrevivió atrapado por una roca de 317 kilos en un arroyo helado de Alaska
Kell Morris, de 61 años, estuvo tres horas. Su esposa, Jo Roop, mantuvo su cabeza fuera del agua hasta que llegaron los rescatistas.
30/05/2025 | 01:46Redacción Cadena 3
ANCHORAGE, Alaska, EE.UU. (AP) — Kell Morris, un hombre de 61 años, quedó atrapado boca abajo en un arroyo helado tras el colapso de una roca de 317 kilogramos (700 libras) durante tres horas. Sobreviviendo a esta difícil situación, sufrió solo heridas leves, gracias a la rápida acción de su esposa y a la fortuna de que los rescatistas llegaron rápidamente.
Mientras esperaban la llegada de los rescatistas, Jo Roop, esposa de Morris y exagente de la Policía Estatal de Alaska, sostuvo la cabeza de su esposo fuera del agua para evitar que se ahogara. Esto ocurrió luego que una roca le cayó encima mientras realizaban una caminata cerca de un glaciar, al sur de Anchorage.
La situación mejoró cuando una empresa de turismo con perros de trineo, que opera en la zona, escuchó la llamada al 911 y ofreció su helicóptero para llevar a los rescatistas al lugar, que era inaccesible para vehículos todoterreno. Con la pronta llegada de los equipos de rescate, se necesitaron siete hombres y la ayuda de bolsas de aire inflables para levantar la roca que mantenía a Morris semiinconsciente.
Experiencia y gratitud
Morris reconoció que podría ser el hombre más afortunado del mundo. En declaraciones, expresó: "Estoy más agradecido por tener una esposa tan maravillosa".
La pareja se trasladó a Seward, Alaska, desde Idaho el otoño pasado. Decidieron evitar las aglomeraciones que se forman en la península de Kenai durante los días festivos y optaron por un sendero aislado detrás de una prisión estatal. Durante la caminata, el arroyo presentaba áreas con grandes rocas, y a pesar de sus esfuerzos por evitarlas, una roca inestable se desplomó bajo sus pies.
"Todo se volvió borroso mientras caía por el costado", relató Morris. Al caer, le golpeó la espalda una roca, generando un sufrimiento intenso en su pierna izquierda, y pensó que su fémur podría haberse roto.
"Cuando sucedió, dudaba que tuviera un buen desenlace", mencionó.
Durante unos 30 minutos, Jo trató de liberar a su esposo, colocando rocas bajo la piedra y tratando de moverla. Finalmente, decidió buscar señal de celular y, para su sorpresa, a solo 274 metros pudo contactar al 911, enviando coordenadas exactas al operador por su experiencia previa como policía.
Rescate y recuperación
Un voluntario del Departamento de Bomberos de Bear Creek escuchó la llamada y desvió el helicóptero de turismo hacia el sitio de rescate. Los bomberos que no pudieron llegar con sus vehículos a la zona, descendieron en helicóptero. Para ese momento, Morris ya presentaba síntomas de hipotermia.
El jefe de bomberos, Clinton Crites, destacó: "Si no hubiéramos contado con ese helicóptero privado, nos habría llevado al menos otros 45 minutos llegar a él, y no estoy seguro de que él hubiera sobrevivido hasta ese momento".
Los bomberos utilizaron dos bolsas de aire que se suelen usar para rescate vehicular. Sin embargo, lo más efectivo fue el esfuerzo grupal: siete hombres participaron en el levantamiento de la roca. "Uno, dos, tres, empujen" fue el lema para sacar a Morris de su trampa.
Finalmente, un helicóptero de la Guardia Nacional de Alaska lo trasladó del lecho del arroyo en una canasta de rescate. Morris estuvo dos noches en el hospital bajo observación, pero salió ileso.
Después de reflexionar sobre el incidente, Morris considera que esto fue un recordatorio para ser más cauteloso a su edad. Aseguró que tendrán más cuidado en sus próximas excursiones: "Vamos a dejar de ser pioneros".
“Tuve mucha suerte. Dios me estaba cuidando”, sumó.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
[Fuente: AP]




