El Papa León XIV eleva una oración por familias desgarradas por guerras en el mundo
Durante la Misa del Jubileo de las Familias, el Papa León XIV expresó su deseo de paz y agradeció a las "pequeñas iglesias domésticas" donde se vive la fe, reflejando solidaridad hacia quienes sufren por la guerra.
01/06/2025 | 08:56Redacción Cadena 3
Un llamado a la paz y esperanza
El Papa León XIV realizó un llamado a la paz y alzó una oración por las familias que padecen las consecuencias de los conflictos bélicos a nivel global, al concluir la Misa por el Jubileo de las Familias el 1 de junio de 2025. Desde la Plaza de San Pedro, el Sumo Pontífice renovó su petición de paz y ofreció un emotivo agradecimiento a las "pequeñas iglesias domésticas, donde el Evangelio es acogido y transmitido".
La celebración congregó a fieles provenientes de 131 países en un evento donde los Niños, Abuelos y Ancianos jugaron un papel central, destacando la importancia de las generaciones en la vida familiar. "Estoy contento de acoger a tantos niños que reavivan nuestra esperanza", manifestó el Papa, evidenciando su alegría por la numerosa participación infantil en el encuentro.
Recuerdos y reflexiones profundas
Durante su discurso, el Santo Padre describió a las familias como "pequeñas iglesias domésticas" y citó la carta "Gratissimam sane" de San Juan Pablo II, enfatizando que "la familia tiene su origen en el amor con que el Creador abraza al mundo". Además, anheló que "la fe, la esperanza y la caridad crezcan siempre en nuestras familias”. La Plaza de San Pedro estuvo llena de peregrinos desde temprano, reflejando la significación de este evento jubilar.
El Santo Padre también extendió su gratitud a los abuelos y ancianos, a quienes definió como un "modelo genuino de fe e inspiración para las generaciones jóvenes". Su saludo incluyó un cálido agradecimiento a todos los presentes y un reconocimiento especial a los asistentes de la diócesis de Mondoví, en la región de Piamonte.
Celebraciones y homenaje a la fe
Al abordar la solemnidad de la Ascensión del Señor, celebrada en Italia y en otros países, el Papa la calificó como "una fiesta hermosa que nos hace mirar hacia el objetivo de nuestro viaje terrenal". En este contexto, recordó la beatificación de Cristófora Klomfass y catorce religiosas de la Congregación de Santa Catalina Virgen y Mártir, quienes fueron martirizadas en 1945 en Polonia. A pesar del ambiente de odio y terror hacia la fe católica, servían incansablemente a los enfermos y huérfanos.
El Papa concluyó encomendando a la Virgen María a todas las familias del mundo, especialmente a aquellas que atraviesan momentos difíciles. "Pienso especialmente en aquellas que sufren a causa de la guerra en Oriente Medio, en Ucrania y en otras partes del mundo. Que la Madre de Dios nos ayude a caminar juntos por el sendero de la paz", clamó el Pontífice.




