Crecen a 150 las víctimas por ataque armado en el norte de Nigeria

El ataque armado que tuvo lugar el fin de semana en el centro-norte de Nigeria dejó un saldo de 150 víctimas fatales, según informaron el lunes sobrevivientes que siguen excavando en las ruinas de sus casas. Los aldeanos continúan buscando desesperadamente a los desaparecidos tras la tragedia.

Los asaltantes invadieron la comunidad de Yelewata, en el estado de Benue, durante la noche del viernes, disparando contra hombres y mujeres que dormían y prendiendo fuego a sus viviendas, de acuerdo a lo que relataron los habitantes y un sindicato local de agricultores. Muchos de los fallecidos intentando refugiarse en un mercado local tras huir de la violencia que asola la región.

Aunque no se ha atribuido oficialmente la responsabilidad de estos actos, ataques como este son comunes en el norte de Nigeria, donde se generan tensiones entre los pastores y los agricultores por el acceso a tierras y recursos hídricos. Este prolongado conflicto ha cobrado más vidas recientemente, y las autoridades y analistas alertan sobre el creciente número de pastores armados.

Los agricultores acusan a los pastores, en su mayoría de origen fulani, de invadir sus tierras y destruir las cosechas. Por su parte, los pastores afirman que las tierras en cuestión han sido zonas de pastoreo reconocidas por la ley desde 1965, poco tiempo después de que el país lograra su independencia.

El presidente de Nigeria, Bola Tinubu, describió el ataque como un “derramamiento de sangre sin sentido”, llamando a su gobierno a intervenir en esta crisis de seguridad. Anunció su intención de visitar la comunidad afectada este miércoles.

Titus Tsegba, un sobreviviente que perdió a su esposa y cuatro hijos por el ataque, informó que se han recuperado más de 20 cuerpos. El sábado, el número inicial de víctimas era de 100.

Su esposa y sus hijos, el menor de ocho años y el mayor de 27, fueron “quemados hasta quedar irreconocibles”, y él escapó porque se encontraba en otro sector de la comunidad durante el ataque. “Todo se ha ido”, lamentó.

El vicegobernador de Benue, Sam Ode, manifestó sus sospechas de que los atacantes eran pastores. Sobrevivientes, como Jacob Psokaa, quien perdió a su padre en el ataque, señalaron que los hombres armados rodearon Yelewata, impidiendo que muchas personas escaparan. “La situación es muy crítica ahora, con muchas personas en el suelo”, describió Psokaa.

Los agresores también incendiaron almacenes de alimentos en el mercado local, destruyendo cosechas enteras de arroz y ñame, productos básicos que se exportan desde Benue a otras regiones de Nigeria.

“¡Ya basta!” declaró el presidente Tinubu. “He ordenado a las agencias de seguridad que actúen enérgicamente, arresten a los responsables de estos actos atroces y los lleven ante la justicia”

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