"Nadie me vino a ayudar"
19/08/2023 | 09:05Redacción Cadena 3
La cuadra se llenó de vecinos y policías que rodeaban a una nena sentada en el piso, con la espalda contra la pared y una crisis de llanto. Ocurrió el miércoles 16 en José León Suárez y a la niña, de 12 años, la asaltaron dos jóvenes que le cruzaron la moto unos metros antes de ingresar a su escuela.
No se había cumplido todavía una semana del asesinato de Morena Domínguez, a quien interceptaron cuando llegaba al colegio y golpearon impiadosamente en el vientre para reducirla y quitarle el celular. Ellos huyeron en la moto en la que habían llegado. Ella, que todavía no había cumplido los 12 años, moriría minutos después.
Morena se fue sin pronunciar palabra. La otra chiquita no fue golpeada pero seguro debe haber tenido presente el triste destino de la otra alumna cuando sintió que la moto iba a su encuentro, que unas manos la despojaban de la mochila y una voz perentoria le ordenaba "no grités".
Eso explica el terror que la mantenía en el piso, ahogada en lágrimas y sin aceptar la ayuda de los uniformados que le ofrecían acercarla a la casa.
Y cuando logró hilvanar una frase dijo "había gente en la esquina... Nadie me vino a ayudar".
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Cuando algún hecho logra conmover a una sociedad que está medio anestesiada por la reiteración de episodios de inseguridad, la discusión suele pasar por la edad de inimputabilidad, la ineficacia policial, la laxitud de la justicia o la ausencia de herramientas para hacer frente al delito.
Rara vez se analiza el efecto del temor, la desconfianza y la incredulidad que se van depositando en capas sobre la existencia de los sectores más vulnerables.
La nena de José León Suárez volvió a la casa sin un rasguño. Es de las víctimas con suerte. Pero por alguna razón eligió protestar porque había gente cerca y nadie la ayudaba.
La queja junta todo: el miedo, la falta de solidaridad y la absoluta soledad frente al ataque.
Nada de lo que se debate casi mecánicamente cada vez que pasa algo, la alcanza. No es sólo cuestión de leyes. Ella necesitará algo más para volver a caminar hacia la escuela con la única preocupación de alguna tarea incompleta.
Y seguro transcurrirán meses hasta que se borre de su memoria que estaba rodeada de gente que vio lo que le pasaba y no hizo nada.
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