Holograma

María Rosa Beltramo

Una de las razones del éxito de Black Mirror es que el futuro que describe parece estar a la vuelta de la esquina. La serie juega con viejos temores y artilugios novedosos para generar una mezcla de terror y sorpresa y, en ocasiones, sembrar la duda sobre si lo que uno está viendo es una distopía surgida de la imaginación de un escritor o la revelación de algo que ya ocurrió, pero se ocultaba celosamente.

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Rachel, Jack and Ashley Too se llama uno de los capítulos de la última temporada en la que inducen al coma a una cantante pop que parecía acabada y consiguen extraerle así un éxito tras otro; grabar un álbum exitoso y sacarla de gira convertida en holograma. El episodio fue protagonizado por Miley Cyrus y pensado por el guionista Charlie Brooker.

Ocho años después de su muerte, el próximo martes 25 “subirá” a un escenario de Londres Whitney Houston. Espléndida, perfecta, joven y espectral, su imagen tridimensional enfrentará a un público expectante que seguramente estallará en aplausos apenas escuche los primeros compases de I Will Always Love You y brote, enriquecida por la nostalgia, la voz inconfundible de la diosa que en El Guardaespaldas terminaba en los brazos de Kevin Costner.

La gira se llama An Evening With Whitney e incluye una banda en vivo, capaz de desgranar en un par de horas cada uno de los éxitos que jalonaron la carrera de la cantante trágicamente desaparecida en 2012, víctima de una sobredosis.

”Lo único que falta es ella, físicamente”, dijo la hermana de Whitney, que vendió los derechos del tour que se inicia la semana próxima en la capital de Inglaterra y continuará por distintas ciudades de EE.UU.

Los fanáticos esperan con ansias un encuentro que seguro tendrá la perfección de la técnica y la melancolía de lo irrecuperable. Genera cierta ansiedad ser testigo de una puesta en escena cuyo propósito es nada menos que ignorar la muerte. Aunque la empresa encargada de trabajar la imagen de Whitney se reserva varios detalles, los organizadores ya anticiparon que, como en cualquier concierto, habrá cambios de vestuario y prometen un momento especial cuando llueva sobre el escenario y la protagonista de la noche termine empapada.

El uso de hologramas no es exclusivo de la industria del espectáculo. Ni siquiera se ha iniciado en ese ámbito, pero genera sensaciones encontradas y confusas cuando la imagen proyectada es la de una muerta. Fue un político indio, el primer ministro Narendra Modi, el que en 2012 pidió a una empresa de su país que fabricara hologramas que le permitieron asistir a actos que se realizaban el mismo día en ciudades distintas.

En las pasadas elecciones que consagraron jefe de estado en Francia a Macron, fue su rival Jean-Luc Mélenchon el que más empleó el sistema de imágenes tridimensionales para estar, al mismo tiempo, en lugares distantes. 

En 2017 Stephen Hawking se convirtió en holograma para dar conferencias y apareció sobre el escenario de un teatro en Washington, mientras estaba físicamente en el Reino Unido.

Faltan horas para que la tecnología haga su tarea y devuelva a WH a uno de los lugares donde brilló y fue feliz. Hay que esperar que el público se permita la emoción que le otorgue al reencuentro la humanidad de que carecen los hologramas.