La renuncia de Nadia Fernández y la falta de control en la legislatura provincial
29/04/2025 | 11:46Redacción Cadena 3

Nadia Fernández, la vicepresidenta de la Legislatura de Córdoba, fue la que pidió a Guillermo Kraisman, un puntero político caído en desgracia, que fue encontrado en varias ocasiones con las manos en la masa.
Ella nombró a una persona que nunca fue a trabajar en la Legislatura, que no cumplimentó los trámites y, a pesar de eso, se le acreditó el dinero que el puntero intentó cobrar para quedárselo.
Tres meses después de que estalló este caso, logramos que Nadia Fernández accediera a hablar, no en una entrevista en vivo, pero sí sobre este tema. Sus declaraciones resultan entre insólitas e indignantes, ya que prácticamente no admite nada. Vamos a analizar lo que dijo.
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Escándalo en Córdoba. Nadia Fernández habló de la "empleada fantasma" y dijo que actuó "de buena fe"
La vicepresidenta de la Legislatura rompió el silencio luego de varios meses por su vinculación con Virginia Martínez, quien figuró como contratada y cobró sin haber trabajado ni firmado contrato.
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Ella menciona que actuó de buena fe y que no se vulneraron los recursos del Estado porque funcionaron los organismos de control dentro del poder legislativo y bancario. Recomienda que hizo lugar a una recomendación de Guillermo Kraisman y que actuó de buena fe.
Es alucinante, porque admite los hechos pero está lleno de eufemismos. Habla de 'vicisitudes' que desconoce, como si no supiera cuáles son. Ella dice que invocó su función, como si hablara con Dios. La hice entrar, eso quiere decir, pero sin saber si era idónea para el puesto.
Su defensa de que no hay empleados fantasmas es cuestionable. Si esto es un empleado fantasma, ¿cómo puede decir que no hay, ni habrá? La pregunta es cuántos más hay y cuántos no son fantasmas; pero son ñoquis, personas que no cumplen con su función.
Nadia Fernández dice que esa persona no cumplimentó los trámites por distintas vicisitudes. Lo que desconoce es por qué la contrató. Ella no puede decirlo. Se cayó cuando alguien descubrió que fueron a cobrar su plata terceras personas.
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Además, menciona que no se vulneraron los recursos porque funcionaron los organismos de control. ¿Qué organismos de control? La Legislatura debe ser un organismo de control, pero hay que ponerle un inspector a ella también.
La responsabilidad no es de Kraisman, que es nadie. La responsabilidad es de ella, que tiene la firma. No importa si es a pedido de Kraisman, no puede quemar el dinero con desprecio.
Me gustaría preguntarle por qué obedece a Kraisman. En su intento de explicar, admite que contrata a alguien por un contacto político sin preguntar.
Fernández no admite nada. Es como un ángel que actúa de buena fe. Pero esto es una burla. Es una falta de respeto para los que sí trabajan en la Legislatura.
De los casi 2.000 empleados que tiene la Unicameral, ¿cuántos son necesarios para que funcione? ¿100? ¿200? Con Nadia Fernández, es imposible. Ella no entiende su función y probablemente volverá a hacer lo mismo.
Me pregunto, ¿ya renunció Nadia Fernández? No es fácil decirlo, la votaron, pero al menos debería renunciar de la presidencia de la Legislatura.
Es crucial que se tomen medidas respecto a su incapacidad de comprender lo que hizo. La situación es insostenible.