El fiscal coimero no paga Ganancias para no corromperse
Por Adrián Simioni.
27/04/2022 | 11:44Redacción Cadena 3
En San Francisco sucedió algo inédito. El fiscal federal de esa ciudad acaba de ser condenado no sólo por coimero sino también por extorsionador.
Se llama Luis Viaut y arrastra problemas desde los 90, cuando actuó como fiscal en el caso del soldado Carrasco. Ahora lo juzgaron por prometer protección a un abusador sexual y a un evasor, a cambio de dinero. Podía llegar a cobrar 150 mil dólares por servicios de este tipo. Otros cuatro acusados, incluidos empleados judiciales corruptos de su propia fiscalía, confesaron los hechos. Viaut no está preso todavía porque la sentencia no está firme.
Es un caso escandaloso. Y trae a discusión varias cosas. La primera es la liviandad de la condena. La acusación le pidió sólo 7 años, y el juez le dio sólo 5. Es el máximo que permite el concurso real de los dos delitos. Pero es poquísimo. ¿No podían acusar por asociación ilícita a las 5 personas involucradas?
Porque no estamos acá ante un inspector de tránsito que pide una coima. Un fiscal de la República cumple una función sagrada: es el único que puede acusar a los criminales en nombre de todos nosotros, de las personas honestas de la sociedad. Un fiscal encarna la voluntad acusatoria de todos nosotros. Y ejerce esa representación del pueblo en forma exclusiva en su jurisdicción. Por eso, si se asesina a un fiscal se lo considera un magnicidio, como si fuera un Presidente.
Cuando uno de estos tipos se corrompe ocurre algo extremadamente grave. Si es cierto que Viaut coimeó o extorsionó, entonces 5 años son una broma: Viaut tiene que podrirse en la cárcel por mucho más tiempo que cualquiera de las personas a las que él acusó. Hay que cambiar la ley penal.
Ni hablar de los privilegios judiciales, que acá se tornan grotescos. Viaut está con licencia psiquiátrica. Pero sigue siendo fiscal. Cobra religiosamente casi 1 millón de pesos al mes. Un sueldazo que les pagamos a los magistrados justamente para que no se corrompan. Y además sobre eso, no paga el impuesto a las Ganancias, un mecanismo degradado que también se pensó para garantizar la independencia y la honestidad de nuestros funcionarios "sagrados".
Pero acá la Justicia parece más lenta que nunca. El fiscal sagrado, coimero y extorsionador, sigue cobrando una fortuna y sin pagar Ganancias... no sea cosa que se corrompa.





