En la Boca del lobo
Después de perder el clásico, el Xeneize se quedó sin técnico tras la despedida de Gago, un tema al que Riquelme y compañía no le encuentra la vuelta.
03/05/2025 | 20:00Redacción Cadena 3
El panorama es un hervidero, literalmente las entrañas de Boca Juniors están en estado de ebullición, como un volcán a punto de erupcionar y romper todo.
Curiosamente, jugar con 5 defensores dejó sin defensa a Fernando Gago: tras la estrepitosa caída en el superclásico con River, el técnico fue despedido por sus planteos erróneos, sus cambios insípidos y sus costosas derrotas.
Gago ya venía tecleando desde que Boca quedó eliminado de la Copa Libertadores de manera prematura. En la primera fase del "repechaje" perdió por penales de local con Alianza Lima y no sólo no fue al máximo trofeo continental sino que también se vio marginado de la Sudamericana. O sea se quedó con un plantel multimillonario solo para jugar el campeonato local. "El cabotaje", como los mismos hinchas de Boca alardeaban cuando ganaban trofeos aquí y en otras latitudes.
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Pero el planteo en el Monumental fue la gota que rebalsó el vaso, la gota o la correntada de agua, pues el primer tiempo que jugó Boca fue de lo peor que se recuerde. La estrategia temerosa y mezquina de "la línea de 5" en el fondo puso a todo el equipo muy atrás y le regaló toda la iniciativa y el campo de juego al rival de toda la vida. Pero Gago vivió una realidad paralela, cargando al arbitraje.
Si bien Boca llegó "medio enclenque" al duelo que se jugó en Núñez por las inoportunas lesiones de Edinson Cavani y Milton Giménez, nadie esperaba que la estrategia de Gago fuera tan poco ambiciosa, tan miedosa. Riquelme, cuentan, vio todo el segundo tiempo en silencio y con las manos en la cabeza, pensando qué decisión tomar con un técnico que ya venía a los tumbos. Sabe, mejor que nadie, que si la cosa no mejora el próximo apuntado puede ser él.
Y esa decisión de sacar a Gago era ahora o nunca, teniendo en cuenta que se avecinan tanto la definición del certamen como el Mundial de Clubes, donde Boca compartirá grupo con el Bayern Muchich y el Benfica de Portugal.
Y fue "ahora" nomás con el famoso "hasta acá llegamos", una salida un poco más digna que aquella que le dieron a Sebastián Battaglia, otro ídolo del club, a quien "rajaron" en una estación de servicio en una medida que se volvió meme y motivo de cargada para los Xeneizes. Nadie recordará al ciclo de Gago como positivo, mucho menos cuando se debe encontrar un reemplazante urgente.
La gestión de Román y su Consejo de Fútbol es un dolor de cabeza: seis técnicos en seis años: Russo, Battaglia, Ibarra, Almirón, Martínez y Gago, sin contar los interinatos de Mariano Herrón. Claro, Martínez y Gago son exclusivamente de Riquelme como presidente pero los últimos tres no consiguieron título alguno.
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"Pintita" fue el que menos le duró, apenas seis meses, 30 partidos pero dos mazazos que calaron hondo: la eliminación de la Copa y la derrota en Núñez pese a quedar con un 62% de eficacia.
El mejor fue Miguel Russo, quien reemplazó a Alfaro y en 19 meses de trabajo se quedó con un 57% de efectividad tras ganar la Superliga 2019/20 y la Copa Maradona.
Lo de Battaglia fueron once meses, 57 partidos, 60% de efectividad y los títulos de la Copa de la Liga 2022 y la Copa Argentina 2021 pero la mancha de quedar eliminado de la Libertadores en cancha de Boca ante Corinthians.
Hugo Ibarra duró ocho meses, 35 partidos, con un 49% de eficacia y los campeonatos de la Liga 2022 y la Supercopa Argentina 2023.
Jorge Almirón estuvo siete meses, con 43 partidos, un 49% de efectividad pero se manchó con dos clásicos perdidos y la final de la Libertadores frente a Fluminense.
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Diego Martínez se fue de Huracán para estar nueve meses en el banquillo azul y oro, sumando 45 encuentros y un 56% de efectividad pero quedándose afuera de la Sudamericana y yéndose en el Gigante de Alberdi después de perder ante Belgrano.
El dato desalentador es que en los últimos 18 años pasaron 15 entrenadores. Desde la obtención de la Libertadores 2007, Boca sólo ganó un torneo internacional: la Recopa Sudamericana 2008 y en ese lapso de 18 años, en cuatro no jugó copas de la Conmebol aunque es cierto que perdió tres finales de Libertadores, las de 2012, 2018 y 2023 y el Mundial de Clubes 2007.
El ciclo de Gago estaba terminado después de Alianza Lima. Todos lo sabían. La gente aquella noche explotó con el "váyanse todos" pero no se quiso ir y tampoco lo quisieron echar tan rápido. Su estadía nunca llegó a estar 100% consolidada porque siempre tuvo un palo en la rueda que no le permitió volar y ganar confianza. En definitiva, fue la crónica de una muerte anunciada.
