Las Camelias: la historia de una empresa que alimenta a la Argentina y al mundo
Con casi un siglo de trayectoria, Las Camelias se posiciona como líder en carne aviar y porcina. La empresa familiar evoluciona con tecnología y un enfoque en el capital humano para enfrentar nuevos desafíos.
21/08/2025 | 14:41Redacción Cadena 3
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La Argentina Posible
Con casi 90 años de historia, Las Camelias es una firma entrerriana que se ha consolidado como un actor clave en el abastecimiento de carne aviar, con presencia en el mercado interno y en la exportación.
“El año que viene cumplimos 90 años de trayectoria. Arrancó mi abuelo con algunas gallinas y un macho, haciendo selección avícola en ponedoras, algo que en ese momento parecía una locura”, recordó Raúl Marsó, presidente de la empresa en diálogo con Cadena 3, durante La Argentina Posible.
Desde entonces, la empresa permaneció bajo conducción familiar y hoy ya participa la cuarta generación, acompañada por más de 1.680 empleados y un plantel de más de 80 profesionales universitarios.
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Del pollo al mundo
El esquema productivo de Las Camelias abarca desde la genética aviar hasta la faena, distribución nacional y exportación. “Desde 1996 exportamos y nunca dejamos de hacerlo. Empezamos para medirnos: queríamos saber si éramos realmente competitivos”, señaló Marsó. Actualmente, la compañía destina el 70% de su producción al mercado interno y el 30% al externo.
El dirigente se mostró orgulloso de los avances en eficiencia: “Hoy logramos un kilo de pollo con menos de un kilo y medio de alimento balanceado. La conversión ha mejorado muchísimo y sigue mejorando”. A eso se suma la adaptación a las nuevas tendencias de consumo: “Cada vez se vende menos pollo entero y más trozado. Las milanesas de pollo vuelan”, afirmó.
Diversificación y mirada al futuro
En los últimos años, la empresa también decidió apostar al sector porcino mediante la adquisición de la reconocida firma Porcomagro, ubicada en Concepción del Uruguay. “Vemos un gran potencial en la carne de cerdo fresca. Queremos provincializarla primero y nacionalizarla después”, explicó Marsó, destacando la integración de la planta de faena y la posibilidad de aprovechar la experiencia de mercado ya desarrollada en el pollo.
La innovación también ocupa un lugar central en la agenda. “Hoy ya hay robots caminando dentro de las granjas, detectando temperatura y revisando el estado de los animales. Parece ciencia ficción, pero está pasando”, comentó el empresario, quien aseguró estar entusiasmado con los desafíos que traen la inteligencia artificial y la robótica.
El valor de la gente
Más allá de la tecnología, Marsó hizo hincapié en el rol del capital humano. “La empresa no es mía, es de la gente. Si no tuviera a las personas que trabajan con nosotros, no podría hacer nada”, subrayó. En este sentido, destacó la importancia de la formación: cualquier miembro de la familia que aspire a un cargo directivo debe contar con experiencia previa fuera de la empresa, título universitario y algún posgrado.
Consultado sobre el futuro del trabajo, fue claro: “El empleo privado no crece hace años, pero yo confío en que esto va a cambiar. Lo que espero es una revolución cultural, que se vuelva a revalorizar el esfuerzo, el estudio y la búsqueda de conocimiento”.
Con casi un siglo de historia, Las Camelias es ejemplo de cómo una empresa familiar puede reinventarse, sostener el arraigo local y, al mismo tiempo, competir en el mercado global.
Entrevista de Facundo Sonatti




