Con plástico reciclado fabrica canilleras que usan los clubes profesionales
Con apenas 17 años, Tomás Machuca transformó un problema cotidiano en una empresa con impacto ambiental y social. Hoy, a sus 23, ya cuenta con un equipo que lo acompaña en este sueño.
16/05/2025 | 14:30Redacción Cadena 3
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La Argentina Posible
Todo comenzó en Rosario, en el barrio República de la Sexta. Tenía 17 años y se le rompió una canillera mientras jugaba al fútbol. No había dinero para comprar una nueva, así que decidió fabricar una con lo que tenía a mano: un balde viejo, una sierra de su papá y un secador de pelo que terminó fundido. Le pegó encima una imagen hecha en Paint con fotos de su familia y se la llevó puesta al siguiente partido.
Inteligencia es la capacidad de resolver problemas, y en el caso de Tomás Machuca, asegura que lo suyo fue "pura inteligencia artesanal". Lo que empezó como una solución improvisada, llamó la atención de sus compañeros, que querían una igual. “Por vergüenza les decía que me las mandaba un tío de Buenos Aires. No me daba cuenta de que me estaba perdiendo una oportunidad”, recuerda.
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Esa oportunidad la tomó poco después, en su último año de secundaria. Le propuso a un amigo —que fabricaba mesas con palets— crear una empresa. Empezaron a recolectar baldes de las obras y tubos de PVC, fabricaban las canilleras y las entregaban en bicicleta por toda Rosario. Vendían por Instagram, por Mercado Libre, por Market Placepor donde fuera posible.
Fenikks, el ave que resurge
Así nació Fenikks, nombre inspirado en el ave mitológica (Fénix) que renace de las cenizas. Y no es casual: Machuca y su equipo transforman plástico descartado en protección deportiva. En diciembre de 2022 lanzaron el primer modelo industrial de canilleras hechas con material reciclado.
“La gente se empezó a identificar con nuestro modelo de impacto. Por cada par vendido, donamos otro en clubes de barrio donde creamos puntos de recolección”, cuenta con orgullo.
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El primer club profesional en apostar por ellos fue San Lorenzo, gracias a un contacto con Damián Stazzone, capitán de la selección de futsal. Luego llegaron más: Newell's, Gimnasia, y hasta jugadores reconocidos como Leandro Paredes, Nahuel Guzmán y el Kun Agüero, quien no solo les compró para su equipo, sino que también los invitó a un streaming y los mostró en sus redes.
“El fútbol puede transformar la realidad”, dice una frase en la web de Fenikks. Y Tomás la reafirma: “Independientemente de convertirse en futbolista profesional, donde rueda una pelota rueda una oportunidad de aprender, de educarse en valores, de mejorar la realidad del barrio”.
Sueños que siguen creciendo
Hoy, con 23 años, Tomás trabaja en nuevos desafíos: una línea de indumentaria hecha con PET y algodón reciclado, y el desarrollo de botines sostenibles. Recibió financiamiento del Comité Olímpico para seguir apostando a un modelo donde, por cada producto vendido, otro se dona a quien lo necesita.
Desde un barrio humilde y sin apoyos oficiales, Tomás Machuca demuestra que el cambio empieza con curiosidad, con insistencia, y con la decisión de no quedarse en el molde. Como él mismo se describe: “Un curioso, un insistente, alguien que se animó a resolver un problema con lo que tenía a mano”.
Entrevista de Claudio Giglioni y Fernando Genesir