Cómo el rugby cambió la vida de cientos de presos: el proyecto Espartanos
El juez Coco Oderigo fundó Espartanos en 2009 y logró que el rugby transforme cárceles argentinas. Hoy su proyecto llegó a 16 provincias, generó empleos y cruzó fronteras.
05/07/2025 | 14:04Redacción Cadena 3
-
Audio. Cómo el rugby cambió la vida de cientos de presos: el proyecto Espartanos
La Argentina Hoy
"¿Qué hacemos con los presos?" La pregunta resuena en los pasillos del sistema judicial, en los medios y en las sobremesas familiares. Pero Eduardo "Coco" Oderigo decidió responderla desde la acción. Juez de profesión y exjugador de rugby del San Isidro Club, Coco fundó en 2009 el proyecto Los Espartanos, que utiliza el deporte como herramienta de transformación personal para personas privadas de libertad.
"Trabajé muchos años en el Poder Judicial y veía cómo los detenidos salían y reincidían. Entonces pensé en llevar algo que a mí me hizo bien: el rugby", explicó Oderigo en una entrevista con La Argentina Hoy, por Cadena 3. Así fue como un día cualquiera llegó con una pelota a la Unidad 48 de San Martín, en la provincia de Buenos Aires. El resto, es historia en movimiento.
Reglas, respeto y pertenencia
El rugby no fue elegido al azar. Para Coco, se trata de un deporte con reglas claras, que canaliza la agresividad pero exige respeto, compromiso y trabajo en equipo. “Les enseñamos a taclear, y cuando terminamos el pri
/Inicio Código Embebido/
Elogio de la moderación. Graglia reivindicó el espacio del medio: “Dialogar es difícil; insultar, fácil”
El politólogo y presidente de Consejo de Planificación Estratégica de Córdoba (COPEC), autor del libro “El medio también existe”, dijo a Cadena 3: “Si el PRO, la UCR y el PJ moderan a los extremos, la democracia tendrá futuro”.
/Fin Código Embebido/
Ese grupo inicial fue el germen de una comunidad que hoy cuenta con más de 45 cárceles en 16 provincias donde se juega al rugby bajo la bandera de Espartanos. Incluso el proyecto se replicó en países como Uruguay, Chile, Perú, El Salvador, España y Kenia.
Un entorno transformado
Con el tiempo, los jugadores comenzaron a habitar un pabellón común: el Pabellón Espartano. “Ahí cambió todo: pintaron, limpiaron, ordenaron. Era su casa, y así la trataban", describió Oderigo. La convivencia mejoró, las relaciones se fortalecieron y el respeto dejó de ser una palabra ajena.
“Esto no te reduce la pena. No se trata de beneficios judiciales. El beneficio es personal, para ellos y sus familias. Y también para todos nosotros”, aclaró el fundador.
Del encierro al trabajo y la reinserción
Una vez en libertad, muchos Espartanos enfrentaban un nuevo desafío: reinsertarse en una sociedad que no siempre está dispuesta a dar segundas oportunidades. Con ese nuevo objetivo, Coco fundó una red de empresas que emplea hoy a 150 personas liberadas. "Al principio me decían ‘que se pudran ahí’. Pero se pudren, salen y te cruzan en la calle", reflexionó.
El cambio comenzó cuando algunos empresarios se acercaron a presenciar los entrenamientos. “El prejuicio baja cuando ves la cara de Ezequiel o Gabriel. Ahí empieza a cambiar todo.”
También fundaron el Espartanos Rugby Club, que hoy compite en la URBA, con jugadores liberados que siguen practicando el deporte que les cambió la vida.
Las Espartanas también juegan
Aunque la mayoría de la población carcelaria es masculina, el proyecto también se expandió a las mujeres. En la cárcel de al lado, gracias a una voluntaria que jugaba al rugby, nació Espartanas, con historias igualmente poderosas de transformación. “La obra de las chicas es extraordinaria”, dijo Coco.
De las cárceles al papel: el libro
Recientemente, junto al periodista Carlos Raimundo Roberts, Oderigo publicó Espartanos. Reescribiendo historias, donde recoge relatos de detenidos, voluntarios y empresarios. “Es como jugar con Messi tener la pluma de Carlos”, bromeó.
Entre las historias, destaca la de una chica que se peleaba en todas las cárceles y que, al acercarse al rugby, cambió su actitud, se liberó y hoy trabaja en una empresa alimenticia. O la de una voluntaria que definió la cárcel como “un pedacito de cielo”.
Una gota en la piedra
Coco no romantiza el encierro. Es crítico de la falta de políticas de seguridad integrales: “La inseguridad es el tema más importante de todos. Este eslabón, el del ‘mientras tanto’, es clave. Tenemos que llegar al corazón de quienes están detenidos para que, al salir, no sean los mismos”.
Con humildad y convicción, Eduardo Oderigo puso una pelota en una cárcel, y desde entonces, cientos de vidas encontraron otra dirección. Una gota en la piedra, sí. Pero una gota que no deja de crecer.
Entrevista de Sergio Suppo