"Es triste ver pañuelos blancos en un juicio por corrupción"

-La presencia de dirigentes de organismos de derechos humanos en el juicio a Cristina Kirchner fue muy simbólica de lo que vos muchas veces has señalado como la partidización de la causa de los derechos humanos ¿Se puede revertir eso?

-Nos tenemos que apropiar de los derechos humanos. Los derechos humanos no le pertenecen a nadie. Justo en estos días se cumple un aniversario de la muerte de mi madre. Yo tengo la imagen de cuando ella junto con otras madres empezaron a buscar a sus hijos.

Salieron a increpar al poder cuando todos teníamos miedo. Ellas no se preguntaban eras peronista, radical o socialista.

Ese es el daño que han hecho. El kirchnerismo de apropió de los derechos humanos y a las Madres que daban vueltas en la plaza las invitó a entrar al palacio y algunas quedaron muy confundidas con esa visión. No está mal que se las homenajeara, pero sí que se les diera la centralidad que se les dio. Y da tristeza hayan estado los pañuelos blancos en un juicio en el que no era un represor el que estaba al frente sino una ex presidenta de la democracia acusada por corrupción.

Nosotros podemos leer esto dentro de nuestro país, porque conocemos la historia y vemos el proceso. Pero fuera de la Argentina esa fotografía tiene una carga simbólica que es muy difícil de desarmar.

-¿Cómo se puede entender que Hebe de Bonafini le envíe a César Milani una carta exculpatoria y de agradecimiento por su presunto compromiso con las causas populares, para que él la lea en un juicio donde se lo acusa de violar los derechos humanos durante la dictadura?

-A mí de Hebe no me sorprende, porque yo recuerdo muy bien cuando fue el juicio a las juntas militares, ella y su sector iban a las puertas de Tribunales con máscaras a insultar a los jueces, porque esa era supuestamente la “justicia burguesa”. No creían en el juicio a las juntas.

En esos años, en el inicio de la democratización, cuando los periodistas íbamos ya se le veía el sesgo autoritario que tenía. Ella vino a Córdoba y les dijo a las madres que formaban Familiares de Desaparecidos que no usaran el pañuelo blanco. Y por supuesto, gracias a la rebeldía cordobesa, las madres en Córdoba no le hicieron caso.
Ella siempre ha manifestado estos rasgos autoritarios.

-Pero en este caso está defendiendo a alguien acusado de violar los derechos humanos durante la dictadura.

-Esa es la concepción de que cuando se tiene una idea revolucionaria se justifica todo.

Pareciera ser que si se está en la revolución hay derechos humanos ideológicos, de un lado y no del otro. Para la izquierda los derechos humanos son de un solo color, no una idea universal. Eso es lo que manifiesta Hebe claramente.

A mí me impresionó que Milani vestido de militar dijera que respetaba a las víctimas de la dictadura militar. Se perdió tal vez la oportunidad de haber pedido disculpas, de haber pedido perdón. Era ese contrasentido de estar vestido de militar y decir que respetaba a las víctimas y leer la carta de Hebe. Fue muy doloroso.

Ya hace mucho tiempo que escribí sobre esos pañuelos que empezaban a mancharse. Ahora también hay que decir que los pañuelos no tienen nombre propio. Yo cuando pienso en los pañuelos blancos pienso en mi madre, en tantas personas que no tienen un nombre conocido. Y ha sido una gesta histórica de la que nos tenemos que apropiar todos, sin nombres propios. Acá no hay dueños, hay personas que han tenido conducta.

A mí me conmueve todo lo que hicieron las Abuelas. Pero después, la partidización o la ideologización ha tenido consecuencias. Porque para (las causas de) lesa humanidad se pone todo el esfuerzo, pero hay una cantidad de delitos que nos ha dejado esa Argentina oculta que tenemos que sanar. Tenemos que garantizar también el resto de los derechos humanos.

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