Anulan el Anillo del Pescador y los sellos de Francisco a horas del cónclave
La destrucción de ambos símbolos marca el fin de su pontificado. La Iglesia católica se prepara para el cónclave que elegirá a su sucesor a partir de mañana.
06/05/2025 | 09:40Redacción Cadena 3
El Anillo del Pescador y los sellos oficiales del papa Francisco, emblemas del poder pontificio, fueron anulados este martes, dieciséis días después de su fallecimiento, según confirmó el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni.
La ceremonia se llevó a cabo en vísperas del cónclave que comenzará mañana para elegir al nuevo líder de la Iglesia católica.
La decisión sobre los plazos para la destrucción de estos símbolos fue tomada por los cardenales reunidos en las congregaciones previas al cónclave, conforme a la constitución apostólica Universi Dominici Gregis.
Este documento establece que, durante la sede vacante, la congregación cardenalicia debe garantizar la anulación del Anillo del Pescador y del Sello de plomo, utilizados para autenticar las Cartas Apostólicas.
El anillo, que Francisco llevó durante su pontificado, fue anulado mediante la incisión de una cruz en su superficie, un acto realizado para prevenir falsificaciones o manipulaciones de documentos papales.
El proceso fue supervisado por el camarlengo, el cardenal estadounidense Joseph Kevin Farrell, quien también certificó la defunción del papa argentino el pasado 21 de abril, a los 88 años, retirando el anillo de su dedo como marca del fin de su pontificado.
Además, tras la muerte de Francisco, las autoridades vaticanas clausuraron su apartamento en la Casa Santa Marta, donde residió durante su papado, así como el del Palacio Apostólico.
Estos espacios permanecerán sellados hasta que el nuevo pontífice, que será elegido en la Capilla Sixtina, los reabra.
El cónclave, que comenzará mañana con una misa previa, reunirá a los cardenales para designar al sucesor de Francisco.
El nuevo papa recibirá el Anillo del Pescador y el palio, símbolos de su autoridad, durante la misa de inicio de su pontificado, que culminará con la bendición Urbi et Orbi.




