Violencia y política: la trampa que debemos evitar
27/08/2025 | 17:46Redacción Cadena 3
El episodio ocurrido hoy en Lomas de Zamora, donde el presidente Javier Milei fue víctima de un acto de violencia durante un acto político, pone una vez más en evidencia un problema profundo que atraviesa a la política argentina: la violencia como recurso para dirimir diferencias ideológicas y electorales.
En una democracia sana, el conflicto político debe transitarse en el terreno del debate, las ideas y la persuasión.
Sin embargo, hechos como el de hoy, que no es aislado, sino que sigue a mucha verba inflamada, para decirlo de manera elegante, nos recuerdan que estamos lejos de ese ideal.
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El kirchnerismo organizó un ataque al Presidente en Lomas de Zamora, poniendo en riesgo a la gente y a las familias que lo fueron a acompañar.
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) August 27, 2025
Estos tipos, para recuperar algo de poder, siembran violencia y caos.
Kirchnerismo Nunca Más.
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Sabemos que la provincia de Buenos Aires, donde se votará en elecciones locales el próximo 7 de septiembre, es un territorio complicado.
Allí deben convivir un peronismo partido al medio y con jefes locales con pocos escrúpulos, y La Libertad Avanza, con Javier Milei, en momentos en que el gobierno atraviesa un escándalo por supuestos actos de corrupción.
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Campaña. Piedras, huevazos e insultos: evacuaron la caravana de Milei por Lomas de Zamora
El presidente y su hermana debieron ser evacuados y el candidato José Luis Espert debió irse en moto. Hubo dos detenidos. Fuerte repercusión en el oficialismo.
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Pero atacar a una figura pública, independientemente de su orientación ideológica, constituye un atentado no solo contra la persona, sino contra los principios fundamentales que sostienen nuestra convivencia democrática.
La creciente polarización en la política argentina ha hecho que la empatía y el respeto mutuo se erosionen.
Y en ese caldo de cultivo, favorecido por discursos encendidos, proliferan la intolerancia y la agresión.
Este clima tenso no solo pone en riesgo a los dirigentes, sino que también desincentiva la participación ciudadana y el diálogo plural.
La violencia solo profundiza la fractura y aleja a los ciudadanos de la posibilidad de un futuro compartido.
Lomas de Zamora nos dio hoy un llamado de atención urgente: recuperar el valor de la política como espacio civilizado de encuentro y propuestas.
Solo así podremos superar la crisis de credibilidad y la desafección con la política que hoy empuja a muchos a la resignación o a la reacción violenta.
La tarea es inmensa, pero imprescindible.




