El vacío en Tucumán: ¿un golpe al federalismo o un reclamo legítimo?
07/07/2025 | 17:12Redacción Cadena 3
El 9 de julio de 2024, el presidente Javier Milei y 18 gobernadores firmaron el Pacto de Mayo en Tucumán, en el que acordaban diez reformas para el futuro de Argentina.
Un año después, el acto por el Día de la Independencia en la misma provincia podría quedar semivacío debido a las tensiones entre el Gobierno y los gobernadores por el reparto de fondos.
¿Qué implica esta ausencia desde el punto de vista institucional?
Las relaciones entre la Casa Rosada y las provincias se han deteriorado por el ajuste fiscal, el corte de obra pública y la reducción de inversiones en salud y educación.
Los gobernadores, incluso los dialoguistas, critican el "maltrato" del Gobierno y han presentado un proyecto en el Congreso para aumentar los fondos coparticipables, como los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y el impuesto a los combustibles, generando fricciones con Milei. que no quiere resignar el déficit cero.
El acto en la Casa Histórica, organizado por el gobernador tucumano Osvaldo Jaldo, espera a Milei este 8 de julio a las 22 para su discurso.
Sin embargo, la asistencia de los gobernadores es incierta.
Los cinco mandatarios kirchneristas (Formosa, Buenos Aires, La Pampa, La Rioja y Tierra del Fuego) ya rechazaron el Pacto de Mayo y no asistirán.
Entre los dialoguistas, como Gustavo Sáenz (Salta), Raúl Jalil (Catamarca) y Hugo Passalacqua (Misiones), hay dudas.
Los radicales Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Alfredo Cornejo (Mendoza) confirmaron su ausencia por compromisos previos, y Gustavo Valdés (Corrientes) podría no asistir tras romper con los libertarios para las elecciones del 31 de agosto.
La ausencia de gobernadores en un acto patrio tan simbólico debilita la imagen de unidad federal. Estas ceremonias refuerzan la cohesión nacional, y un boicot, incluso por motivos logísticos o políticos, puede interpretarse como un rechazo al liderazgo de Milei, profundizando la fractura entre la Nación y las provincias.
En un país con tensiones históricas entre el poder central y los gobiernos provinciales, esto podría erosionar la confianza en las instituciones.
Sin embargo, los gobernadores argumentan que sus agendas locales y el escaso aviso —la invitación llegó el viernes— justifican su ausencia.
También perciben un intento del Gobierno de imponer su agenda electoral, lo que tensa aún más el vínculo.
Jalil, por ejemplo, defendió el ajuste provincial y criticó el foco de Milei en confrontar con el pasado en lugar de mirar al futuro.
En conclusión, el posible "vaciamiento" del acto en Tucumán refleja un deterioro en la relación entre el Gobierno y las provincias, agravado por disputas económicas y electorales.
Institucionalmente, esta ausencia debilita la cohesión federal y proyecta una imagen de división.
Aunque los gobernadores tienen razones válidas para no asistir, su decisión puede alimentar la percepción de un sistema político fragmentado, en un momento donde la unidad es crucial para enfrentar los desafíos nacionales.




