El otro aniversario: dividido, el peronismo cumple un año fuera del poder

Sergio Suppo

Este martes 10 de diciembre se cumple un año desde que Javier Milei llegó al poder. O bien, un año desde que el peronismo dejó el poder. Y el evento del lunes en el partido de Moreno, en el conurbano bonaerense, se convierte en un símbolo de esta nueva etapa.

En una fotografía que reúne a las figuras más representativas del kirchnerismo, como Axel Kicillof, Cristina Kirchner, Máximo Kirchner y el reaparecido Sergio Massa, se intenta proyectar una imagen de unidad. Sin embargo, la ausencia del expresidente Alberto Fernández, quien parece haber desaparecido no solo de la escena política, sino también de las fotos, indica que la situación es más compleja de lo que aparenta.

A pesar de la foto instantánea de unidad, el contenido del discurso durante el acto revela un panorama de tensiones internas. El kirchnerismo, que dominó el peronismo durante años, se enfrenta al liderazgo de Cristina Kirchner, quien se encuentra en una posición vulnerable. 

Axel Kicillof, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, emerge como un contendiente en esta lucha por el poder. Su propuesta de desdoblar las elecciones provinciales y municipales de las nacionales genera una fricción con Cristina Kirchner, quien advierte que este movimiento podría perjudicar sus posibilidades en las elecciones nacionales.

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La intención de Kicillof de llevar a cabo las elecciones en dos fechas distintas es un hecho sin precedentes desde 1983. Esta estrategia podría resultar en que la provincia ya haya votado a sus intendentes y legisladores antes de la elección nacional, lo que, a su vez, debilitaría la candidatura de Cristina. La tensión entre ambos líderes se nota y la actitud de Cristina hacia Kicillof exhibe una preocupación por la fragmentación del voto y la pérdida de su influencia.

Además, la desconfianza hacia los pasos de Sergio Massa también se convierte en un tema de discusión, lo que sugiere que el kirchnerismo no solo enfrenta divisiones internas, sino también una crisis de liderazgo. 

En este contexto, el peronismo de los gobernadores y el de la CGT, que se reorganizan tras la salida de Pablo Moyano, también se ven afectados. Todo parece girar en torno a la figura de Cristina y su capacidad para mantener el control.

La fotografía del evento del peronismo, que intenta transmitir una imagen de unidad, en realidad revela un peronismo desgastado y dividido. Esta situación no solo refleja el fracaso del gobierno que terminó hace un año, sino que también pone de manifiesto la pérdida de liderazgo de su principal figura. A medida que se acerca el año electoral, queda claro que el camino por recorrer es incierto y lleno de obstáculos.

Un aspecto en esta contienda es que Javier Milei eligió a Cristina como su adversaria principal. Esta decisión tiene un peso significativo en la dinámica interna del peronismo y en el futuro de la política argentina. La imagen que se proyecta de unidad es, en realidad, un reflejo de las divisiones y la lucha interna que enfrenta el kirchnerismo.

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