Cierre de alianzas y de listas: ¿Cómo se arman los nuevos bloques del poder?
05/08/2025 | 13:11Redacción Cadena 3
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Ahora país
Pasado mañana (el miércoles en realidad), se cierran las alianzas electorales, y los plazos apremian. Pero los discursos ya están en marcha, adelantándose al cierre formal. En Córdoba, Patricia Bullrich ofreció un anticipo claro del relato que La Libertad Avanza desplegará para profundizar la bipolaridad que define la política argentina. No es una novedad: desde la Generación del '80, el país ha vivido en una eterna tensión entre dos grandes fuerzas. Hoy, esas fuerzas se encarnan en el oficialismo de La Libertad Avanza y el kirchnerismo, cada uno con estrategias opuestas para consolidar su poder.
La Libertad Avanza, como nueva fuerza nacional, no apuesta por alianzas formales, sino por absorber a dirigentes de otros partidos —como el PRO en Buenos Aires y CABA— bajo su sello, exigiendo lealtad total. Es un movimiento que refuerza su identidad y diluye a sus socios en su estructura. En el otro extremo, el kirchnerismo, que alguna vez hegemonizó al peronismo en todo el país, enfrenta una retracción. Aunque sigue fuerte en distritos clave como la Provincia de Buenos Aires —donde conviven tensiones entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner—, su dominio se fragmenta, dejando espacio a otras voces.
Bullrich ya trazó las líneas del discurso oficialista: celebrar la baja de la inflación como el gran logro de Javier Milei y apuntar a los gobernadores e intendentes como los villanos que no ajustan sus gastos. Según este relato, la reducción del gasto provincial y municipal permitiría bajar impuestos, aliviando la carga impositiva que sofoca a los ciudadanos. Es una estrategia para polarizar aún más, dejando poco margen a alternativas intermedias. El blanco principal son los gobernadores —de Córdoba, Santa Fe, Jujuy, Corrientes y Chubut— que, con su "grito federal", buscan un bloque legislativo tras el 10 de diciembre. Su meta no es solo competir electoralmente, sino negociar con el gobierno leyes a cambio de recursos para rutas, infraestructura y un país productivo que, dicen, "está olvidado".
Este esquema bipolar, sin embargo, no es solo un choque de ideas, sino un espectáculo electoral que ya comenzó. Los discursos, como señala Bullrich, buscan "entretener" —o, si prefieren los oyentes, usar otro verbo menos amable— mientras las listas definitivas se conocerán el 17 de agosto. La grieta se profundiza, y la política argentina, fiel a su historia, parece condenada a danzar entre dos polos, dejando a los ciudadanos como espectadores de una contienda que, más allá de los resultados, promete mantenernos divididos.




