¿Quién le dirá a Trump que está desnudo?
05/05/2025 | 17:10Redacción Cadena 3

La célebre parábola de Hans Christian Andersen, El traje nuevo del emperador, narra la historia de un rey vanidoso engañado por sastres que le venden un atuendo “invisible” que solo los inteligentes pueden ver.
Mientras sus cortesanos, temerosos o aduladores, alaban su inexistente vestimenta, es un niño quien finalmente grita la verdad: “¡El rey está desnudo!”.
En el panorama político actual, con Donald Trump nuevamente en el centro de la escena tras su regreso a la presidencia en enero de 2025, puso patas para arriba al mundo con sus decisiones de aranceles, dice que no sabe si debe respetar la Constitución, tiene a sus hijos dando vueltas por el mundo haciendo negocios…
Entonces, surge una pregunta inevitable: ¿quién asumirá el rol de ese niño valiente frente al magnate?
Trump, cuya retórica y estilo han polarizado al mundo durante una década, proyecta una imagen de invulnerabilidad que sus seguidores y aliados refuerzan.
Sin embargo, sus críticos señalan que, como el rey de la fábula, podría estar rodeado de una corte que prefiere el silencio o la alabanza antes que confrontar realidades incómodas.
En este contexto, identificar al “niño” que le hable con franqueza se vuelve un ejercicio tan especulativo como simbólico.
Entre los posibles candidatos, los analistas apuntan primero a figuras dentro del Partido Republicano que han mostrado cierta distancia del expresidente.
El senador Mitt Romney, quien votó a favor de condenar a Trump en sus juicios políticos de 2020 y 2021, podría ser un contendiente. Sin embargo, su influencia menguante entre los votantes trumpistas lo hace un eco lejano. Otro nombre es el del gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien, tras competir con Trump en las primarias de 2024, ha mantenido una relación ambivalente.
Aunque DeSantis podría tener el peso político para señalarle “desnudez” –como políticas impopulares o promesas incumplidas–, su silencio reciente sugiere que prefiere no arriesgar su futuro dentro del partido.
Fuera del círculo político, los medios de comunicación críticos, como The New York Times o CNN, han intentado históricamente desempeñar este papel. Sin embargo, Trump ha convertido sus ataques en combustible para su narrativa de víctima, despojándolos de credibilidad ante su base.
En las redes sociales, donde el expresidente mantiene una presencia activa en plataformas como Truth Social, las voces disidentes son rápidamente ahogadas por sus seguidores o descartadas como “noticias falsas”. Un usuario de X comentó el 7 de abril de 2025: “Nadie le dice a Trump que está equivocado porque su corte solo ve el traje que él quiere que vean”.
Entonces, ¿quién queda? Algunos sugieren que podría ser alguien inesperado, un outsider sin miedo a las represalias.
Tal vez un exaliado como Michael Cohen, su antiguo abogado, quien ya lo llamó “emperador sin ropa” en su libro Disloyal (2020), aunque su voz está desgastada por el desprecio de los trumpistas.
Otros miran hacia figuras culturales, como el comediante Bill Maher, conocido por su sátira mordaz, o incluso un miembro de la familia Trump –quizás Ivanka, quien se ha distanciado sutilmente de la política de su padre–. Sin embargo, la dinámica familiar y la lealtad histórica hacen esto improbable.
La parábola termina con el rey desfilando, ignorando al niño y aferrándose a su ilusión.
En el caso de Trump, su habilidad para redefinir la narrativa a su favor sugiere que, incluso si alguien grita la verdad, podría no importar.
“Trump no necesita ropa nueva; él es el traje”, escribió un columnista de The Atlantic el pasado marzo, refiriéndose a cómo su imagen trasciende las críticas.
El verdadero desafío no es solo quién hablará, sino si Trump –y su corte– escucharán.
Por ahora, el desfile continúa, y el niño sigue siendo una figura esquiva en esta moderna fábula política. Mientras tanto, el mundo observa, preguntándose si la verdad encontrará su voz o si, como en el cuento, la ilusión seguirá reinando.