La miopía, un problema creciente entre niños y adolescentes que requiere atención
Afecta cada vez a más niños y adolescentes, progresa con el tiempo y puede provocar complicaciones severas. Los especialistas advierten sobre la urgente necesidad de tratarla como una enfermedad.
16/06/2025 | 10:03Redacción Cadena 3
La miopía se reconoció como una enfermedad que requiere atención médica y no se resuelve solo con anteojos. Según especialistas, su incidencia aumentó considerablemente entre niños y adolescentes, lo que ha generado preocupaciones sobre sus posibles consecuencias y la necesidad de actuar con urgencia.
En Argentina, cada 14 de junio se recuerda el Día Nacional de la Miopía, una jornada destinada a aumentar la conciencia sobre esta condición visual, que ha evolucionado en una seria problemática a nivel global, especialmente en los más jóvenes. Las proyecciones indican que para 2050, aproximadamente la mitad de la población mundial padecerá miopía. Sin embargo, persiste el error de considerarla como un simple inconveniente que se resuelve con el uso de anteojos.
El Dr. Roberto Albertazzi, especialista en cirugía refractiva del Consejo Argentino de Oftalmología (CAO), explicó que si una alteración en la estructura ocular afecta el enfoque de la luz y avanza con el tiempo, puede derivar en enfermedades oculares graves, por lo que no debe ser tratada simplemente como una condición menos grave.
Dos tipos de miopía con un solo riesgo
La miopía posee dos orígenes principales. Por un lado, está la forma congénita o hereditaria, que se presenta antes de los 7 años y se relaciona con antecedentes familiares de miopía. En estos casos, la epigenética tiene un papel importante, ya que el ambiente puede influir en la expresión de los genes responsables.
Por otro lado, la miopía adquirida –también conocida como ambiental– es ahora la más común. Factores como el uso prolongado de dispositivos electrónicos, condiciones inadecuadas para leer y la escasa exposición a la luz solar contribuyen al aumento de casos. Esta última forma no se corrige únicamente con lentes, siendo necesario un seguimiento médico y herramientas tecnológicas específicas, como los lentes de defocus periférico, para detener su avance.
A lo largo de los años, prevaleció la idea de que la miopía no era una enfermedad, lo que permitió que profesionales no médicos y ópticos prescribieran tratamientos sin la adecuada formación clínica. Esto tuvo graves consecuencias, como diagnósticos tardíos que implicaron riesgos subestimados y valiosas oportunidades perdidas para intervenir en la infancia, un período crucial para el desarrollo ocular.
El primer paso en la lucha contra esta problemática implica una correcta denominación de la miopía. Solo así se podrán implementar medidas estructurales, que incluyen:
- Regular la prescripción óptica a nivel nacional.
- Desarrollar programas de prevención en instituciones educativas.
- Asegurar que cada paciente cuente con seguimiento médico profesional.
Reconocer la miopía como una enfermedad no es una exageración, sino una necesidad urgente. Desde el CAO, que agrupa a todas las sociedades de oftalmología del país, se enfatiza en la importancia de cambiar la percepción de esta condición para proteger la salud visual desde una edad temprana.
El Dr. Albertazzi concluyó: “Estamos frente a una epidemia que afecta a millones. Actuar ahora es la única forma de frenar su avance”.
[Fuente: Noticias Argentinas]