La familia de Javier Pastore, a juicio por la muerte de un operario
Los padres y uno de los hermanos del ex jugador fueron acusados de homicidio culposo agravado. Les achacan haber sacado adrede las medidas de seguridad de una máquina.
10/04/2025 | 15:00Redacción Cadena 3
Mauricio Waldemar López tenía 31 años y un pequeño hijo que le arrancaba su enorme sonrisa. Desde hacía unos años, había ingresado a trabajar en la metalúrgica Cord-Mold, ubicada en barrio Empalme, de la ciudad de Córdoba. Su gran relación con dos de los hijos de los dueños, Ariel Pastore y el futbolista Javier Pastore, había sido una de las llaves para conseguir aquel trabajo.
En sus redes sociales, Mauricio mostraba sus pasiones: su esposa, su pequeño hijo y jugar al fútbol con amigos. Incluso, con el propio Javier, un futbolista internacional que supo vestir la camiseta de la selección argentina.

El jueves 30 de junio de 2022, hace casi tres años, Mauricio ingresó a limpiar las virutas de metal de una máquina fresadora. Nunca más salió vivo: fue aprisionado de manera mortal.
La investigación que llevó adelante el fiscal Tomás Casas acaba de concluir. El funcionario judicial analizó los múltiples peritajes, los testimonios de los empleados y otra prueba recolectada y determinó que los dueños de la empresa, el matrimonio compuesto por Juan Carlos Pastore y Patricia Coseani, además de uno de sus hijos, Ariel Pastore, deberán afrontar un juicio oral y público por el presunto delito de homicidio culposo agravado.
En la causa se subrayaron distintas supuestas anomalidades que hicieron que virara la perspectiva inicial de un "accidente laboral". Según entiende el fiscal, López murió porque la fresadora estaba activa cuando ingresó a limpiar. Para que esto fuera posible, el sistema de seguridad de la máquina había sido desactivado de manera manual.
En la causa se indica que varias máquinas tenían los dispositivos de seguridad alterados con el objetivo de que no frenaran la producción mientras se realizaban tareas de limpieza dentro de estos dispositivos. Al menos, desde hacía cuatro años, según contaron otros empleados.
Pero hubo otros datos que a la fiscalía también le llamaron la atención: cuando días después de la tragedia los peritos de la Policía Judicial fueron a cotejar diferentes cuestiones, se toparon con que ahora sí las medidas estaban colocadas de manera correcta. El día de la muerte de López, cuando fueron los fotógrafos judiciales constataron que no estaban correctamente aplicadas, según se lee en el expediente.
Además, se constató que el sistema de almacenamiento de las grabaciones internas de las cámaras de seguridad (DVR) había sido alterado, siempre de acuerdo a lo que consta en el expediente.
La elevación a juicio de la causa, que ahora puede ser apelada, responde a una larga lucha de la familia de López. Fueron ellos los que indicaron, desde un primer momento, que les llamaba la atención la "frialdad" con la que se había comportado la familia Pastore después de la tragedia. Fue esto los que los motivó a ir a la Justicia penal. Si bien los peritajes se demoraron varios meses, fue a partir de la incorporación del abogado Pedro Despouy Santoro que lograron seguir más de cerca la evolución del expediente.
"Esa máquina no contaba con los elementos de seguridad porque la empresa había tomado la decisión de sacárselos para que trabajara de manera más ágil y rápida. Ahora esperamos que la causa se radique en una Cámara para que se pueda llevar adelante el juicio", valoró el letrado.
Informe de Juan Federico.




